llevaron gran cosa. Supongo que habran vuelto a su casa.

—Si es asi, se moriran de hambre —comento Harry.

—Invitales a la reunion en el pueblo —dijo Jellison—. Tienen tierras...

—Pero no tienen ni idea del trabajo agricola —dijo Harry—. Se me olvido decirselo. Esa gente esta deseosa de trabajar, pero no saben que estan haciendo.

Arthur Jellison tomo otra nota. Lo que Harry contaba llenaba muchas lagunas de informacion.

—Y dice usted que Deke Wilson se ha organizado.

Aquello era tambien una noticia, y de una zona exterior al valle. Jellison decidio enviar a Al Hardy para que se entrevistara con Wilson. Era mejor estar en buenas relaciones con los vecinos. Mark podria llevar a Hardy en la moto.

Habia muchas otras cosas que hacer. En lo mas profundo de su ser, Arthur Jellison estaba cansado como jamas lo habia estado en Washington. Penso que tendria que tomarse las cosas con calma.

Kilometros cubicos de agua se han evaporado, y las nubes prenadas de lluvia envuelven la Tierra. Frentes frios se forman en la base del Himalaya y tormentas de lluvia se abaten sobre la India nororiental, el norte de Birmania y las provincias chinas de Yunan y Sezuan. Los grandes rios del Asia oriental, el Brahmaputra, el Irrawaddy, el Salween, el Mekong, el Yangtze y el Amarillo, tienen todos su origen en las laderas del Himalaya. Las inundaciones se extienden por los fertiles valles de Asia, y las lluvias siguen cayendo en las tierras altas. Las presas se rompen y las aguas se precipitan y avanzan hasta encontrarse finalmente con las revueltas aguas saladas impulsadas tierra adentro por las grandes olas y los tifones.

Mientras llueve en toda la Tierra, surge mas vapor de los mares calientes, en tos puntos donde han chocado fragmentos del cometa. El agua no se eleva sola, sino acompanada de sal, tierra, polvo de roca y elementos evaporados de la corteza terrestre. Los volcanes lanzan mas miles de millones de toneladas de humo y polvo que se elevan hacia la estratosfera.

A medida que el cometa Hamner-Brown se retira hacia el espacio profundo, la Tierra parece una perla brillante con ardientes puntos luminosos. El albedo terrestre ha cambiado. El calor y la luz del sol son reflejados en mayor medida hacia el espacio, alejandose de la Tierra. El cometa ha pasado, pero sus efectos permanecen. Algunos de ellos son temporales, como los maremotos que se originan todavia en las cuencas oceanicas, algunos de ellos en su tercer viaje; huracanes y tifones que azotan tierra y mar; las tormentas de lluvia que envuelven todo el planeta.

Otros efectos son mas permanentes. En el Artico, el agua cae en forma de nieve que no se fundira en cientos de anos.

Cuarta parte

TRAS EL DIA DEL FIN DEL MUNDO

He aqui que vi un caballo blanco, y el que iba sentado en el tenia un arco, y le fue dada una corona y salio a completar su victoria.

Salio otro caballo rojo como el fuego, y al que iba sentado en el se le concedio quitar de la tierra la paz para que se mataran atrozmente los unos a los otros, y le fue dada ana gran espada.

Una revelacion a San Juan.

PRIMERA SEMANA: LA PRINCESA

Dudar de todo o creer en todo son dos soluciones igualmente convenientes; ambas ahorran la necesidad de la reflexion.

H. Poincare.

Maureen Jellison se detuvo en la cresta de la colina. Estaba empapada por la lluvia calida. Los relampagos brillaban en lo alto de las montanas. Maureen se acerco a la profunda grieta en la prominencia granitica. La superficie estaba resbaladiza. Sonrio al pensar en que su padre le habia dicho que no subiera alli sola incluso antes de que ocurriera...

Le era dificil terminar aquel pensamiento. No sabia como nombrar a lo que habia sucedido. El fin del mundo parecia trivial, y ni siquiera era cierto, al menos de momento. El mundo no habia llegado a su fin en el rancho al que ahora llamaban la Fortaleza. Maureen no podia ver el valle alla abajo, oculto por la cortina de lluvia, pero sabia que estaba lleno de actividad. Se estaba haciendo un inventario de todo lo que podria ayudarles a superar el invierno, desde gasolina hasta cacerolas. Al Hardy se ocupaba de ello de manera sistematica, y utilizaba a Maureen, Eileen Hamner y Marie Vanee como agentes que visitaban todas las casas del valle.

—Somos unos husmeadores —grito Maureen al viento y la lluvia. Anadio en voz baja—: Y no sirve de nada.

Tener que husmear no le molestaba. Si algo era necesario, si algo podria salvarles, seria el cuidadoso trabajo de Al Hardy, y no husmear o tratar de ocultar sus posesiones. Quienes hacian esto ultimo estaban locos, pero no era eso lo que molestaba a Maureen, sino la actitud de quienes la recibian bien, los que creian sin el menor genero de dudas que el senador Jellison les garantizaria la subsistencia y que eran felices de un modo patetico al ver a su hija. No les importaba que ella habia ido a su casa a husmear y quizas a llevarse sus pertenencias. Ofrecian de buen grado todo cuanto tenian, gratuitamente, a cambio de una proteccion que no existia.

Algunos granjeros y rancheros tenian orgullo e independencia. Comprendian la necesidad de organizacion, pero eso no les hacia sentirse serviles. Los demas, en cambio, los pateticos refugiados que habian conseguido rebasar los bloqueos de las carreteras..., los pateticos refugiados procedentes de la ciudad que tenian casas en el valle y que habian huido para evitar el choque del cometa pero que no tenian idea de lo que harian ahora, incluso los campesinos cuyo subsistencia dependia de los camiones que transportaban pienso, los vagones de ferrocarril refrigerados y el clima de California... Para ellos los Jellison eran el «gobierno», que cuidaria de ellos como siempre lo habia hecho.

Maureen no podia soportar aquella responsabilidad. Les contaba mentiras deliberadamente. Aquel ano no habria cosechas en ninguna parte. ?Cuanto tiempo les mantendria vivos el botin obtenido en los almacenes inundados? ?Cuantos refugiados mas habia en la cuenca del San Joaquin, y que derecho tenia ella a vivir cuando el mundo estaba agonizando?

Brillaron los relampagos, ahora cerca de donde Maureen se hallaba. Permanecio inmovil sobre el granito, en el borde. «Yo queria objetivos. Ahora ya los tengo, pero son excesivos.» Su vida ya no giraba en torno a la vida social de Washington y sus chismorrerias. No podia decir que sobrevivir al fin del mundo fuera trivial... y, sin embargo, lo era. Si la vida iba a limitarse a la mera existencia, ?como iba a ser de otro modo? En Washington era mas comoda. Era mas facil ocultar el sufrimiento. Aquella era la unica diferencia.

Oyo el ruido de pasos detras de ella. Alguien se acercaba a la cresta de la colina. Maureen no estaba armada y tenia miedo. Penso que sentir temor ahora era algo ridiculo: estaba al borde de un precipicio, sobre un saliente granitico, rodeada por los relampagos amenazadores, y si esta situacion le atemorizara estaria justificado. No obstante, era la primera vez que sentia miedo por la proximidad de un extrano en el valle, lo cual aumentaba su panico. El Martillo cosmico lo habia destrozado todo, habia acabado con su refugio. Miro el borde del precipicio y adelanto ligeramente su cuerpo. Seria tan facil lanzarse al vacio...

El hombre se acerco mas. Llevaba un impermeable y un sombrero de ala ancha; sostenia un rifle resguardado de la lluvia debajo del impermeable.

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