con Harvey Randall desde que le dio el alto en el camino.

—Podrias quedarte con nosotros —dijo Gordie.

—Me gustaria, y mas aun si me lo pidiera Andy.

—?Que esperas? —le pregunto Gordie—. Mira, tu elegiste quedarte en la ciudad. Tenias tu trabajo, te quedaste por el y enviaste a Andy a la montana...

—?Donde estaria a salvo!

—Y solo.

—No estaba solo —insistio Harvey—. Estaba...

—No me lo digas a mi. Discutelo con Andy. Mira, esta manana lo sometimos a votacion y nadie puso objeciones. Puedes quedarte con nosotros.

—Eso es una tonteria. ?Que hay aqui?

—?Y que hay ahi abajo?

—Seguridad.

Gordie se encogio de hombros.

—?Crees que eso vale la pena? —Gordie no imploraba, puesto que nada tenia que implorar. Solo trataba de hacer comprender a Harvey, aunque sabia que este nunca lo comprenderia. Y a Gordie no le importaba, en el fondo, pero debia hacer aquel esfuerzo por su amigo—. Mira, Harv, si tu hijo se va contigo volvera a ser un chiquillo. Aqui es el segundo al mando...

—?Al mando de que?

—Del grupo que formamos. Aqui es un hombre, Harv. Ahi abajo no lo seria. Vi la forma en que mirabas a el y a Janie. Para ti todavia son unos crios. Alla abajo haras que lo sean de nuevo. Les haras sentirse criaturas, inutiles. Pero aqui Andy sabe que no es inutil. Todos dependemos de el. Aqui esta haciendo algo importante, no es una mera pieza en una maquinaria de supervivencia.

Harvey penso que aquella definicion era acertada. Una maquinaria de supervivencia. Aquello era lo que tenian en la fortaleza del senador. Una maquina de supervivencia, y muy buena por cierto.

—Por lo menos hay muchas probabilidades de sobrevivir.

—Claro —dijo Gordie—. Piensa en ello. Harvey. El fin del mundo, la caida del cometa. ?No deberian ser las cosas distintas despues de eso?

—Pero las cosas ya son distintas. Por Dios, ?hasta que punto quieres que lo sean? Acabamos de capturar a cuatro chicos desgraciados y los hemos colgado enfrente del Ayuntamiento. Estamos poniendo todo nuestro empeno para sobrevivir el invierno. No es nada facil, pero lo lograremos.

—?Y que hariamos nosotros ahi abajo? —pregunto Gordie.

Harvey penso en ello. No estaba seguro. No sabia si Hardy dejaria entrar a tanta gente en la fortaleza. Un grupo de muchachos exploradores, si. Pero, ?aquella tropa de guerreros? Tal vez aquel era su medio natural, como una nueva raza de habitantes de las montanas.

—Maldita sea, es mi hijo, y va a venir conmigo.

—No, no lo es, Harv. Ya no es nada tuyo. Es dueno de si mismo y no tienes ninguna manera de obligarle a ir contigo. No nos iremos, Harv, ninguno de nosotros. Pero tu puedes quedarte.

—?Y que haria si me quedara?

—Lo que quisieras.

La oferta no era ni siquiera tentadora. ?Que haria alli? ?Y que seria? Harvey se levanto y cogio su mochila.

—No. ?Mark?

—Si, jefe.

—?Vienes conmigo o te quedas aqui?

Mark habia estado silencioso, lo cual era muy raro en el, desde que llegaron.

—Voy contigo, Harv. Joanna esta alla abajo, y no creo que esto le gustara mucho. A mi tampoco. No me hace gracia estar siempre acampado.

—Vamos —dijo Harvey. Miro a su alrededor, tristemente. No habia alli nada que le perteneciera.

Los maremotos han terminado su labor. En las orillas del Atlantico no quedan indicios de las obras humanas. Incluso las lineas costeras han cambiado. El Golfo de Mexico es un tercio mas grande que antes. Florida es una cadena de islas y la bahia de Chesapeake se ha convertido en un golfo. Profundas bahias se han abierto en la costa occidental de Africa.

En la tierra, los crateres ya no brillan de manera visible, pero siguen cambiando el clima. Los volcanes vierten lava y humo. Los huracanes azotan los mares. Llueve por doquier. La obra del Martillo aun no se ha completado.

CUARTA SEMANA: LOS NOMADAS

Hay un hecho que aportara un notable alivio a muchos supervivientes: los graves problemas a los que deberan enfrentarse seran por lo menos totalmente diferentes de aquellos que les han atormentado en los anos pasados. Los problemas de una civilizacion avanzada seran sustituidos por los propios de una civilizacion primitiva, y es probable que una mayoria de supervivientes este formada por personas especialmente adaptadas al rapido paso de un tipo de existencia complicado a otro primitivo...

Roberto Vacca, La proxima Edad Oscura

Los bosques eran hermosos, oscuros y frondosos, pero estaban demasiado humedos. Dan Forrester suspiro pensando en un mundo calido y seco, ahora perdido, y siguio avanzando. Las cinco capas de ropa con que se vestia estaban empapadas. Bajo los arboles no estaba mas seco, pero tampoco mas mojado, y la oscuridad no era superior a la del campo abierto. Ademas, alli nunca llegaban las infrecuentes neviscas. Dan no creia que llegaria a vivir lo suficiente para ver el sol de nuevo.

Mientras caminaba iba mascando un trozo de pescado en relativo buen estado. Habia aprendido en uno de sus libros la manera de capturar peces en hoyos profundos de los arroyos y, para su sorpresa, el sistema habia funcionado, igual que las trampas cuidadosamente tendidas para cazar conejos. Desde que salio de Tujunga nunca habia tenido bastante para comer, pero tampoco se habia muerto de hambre, y aquello era algo que le separaba de muchos otros.

Habian pasado cuatro semanas desde la caida del cometa, y durante aquel tiempo habia ido avanzando hacia el norte! Poco despues de abandonar su casa se quedo sin coche. Le fue arrebatado por dos hombres con sus mujeres e hijos. Le habian dejado su mochila y gran parte de su equipo, pues en los primeros dias tras la catastrofe la gente no sabia hasta que punto empeorarian las cosas, o tal vez eran personas decentes cuya necesidad era mayor que la suya. Eso era lo que le habian dicho, de todos modos. Lo mismo daba.

Ahora, mas delgado y —tenia que admitirlo— mas sano de lo que nunca habia estado (con excepcion de los pies, que tenian ampollas incurables, puesto que la diabetes dificulta la circulacion, motivo por el que solo podia avanzar unos pocos kilometros al dia), Dan Forrester, doctor en humanidades y astronomo sin estrellas, patrono sin posibilidad de empleo a la vista, seguia caminando porque no habia nada mas que hacer.

Los vientos ya no eran feroces, salvo cuando soplaban huracanes, y estos eran menos frecuentes. La lluvia habia remitido, caia con menos insistencia y a veces incluso cesaba durante algun tiempo, lo que era una bendicion. Ademas, la lluvia se habia vuelto fria y en ocasiones se producian neviscas. Nieve en julio, a mil doscientos metros de altura. Nevaba mucho mas pronto de lo que Dan habia esperado. La cubierto nubosa que envolvia la Tierra reflejaba gran parte de la luz del sol, y el planeta se estaba enfriando. Dan podia imaginar que se estaban iniciando glaciares en el norte. Ahora solo las laderas de las montanas y los valles altos estaban ligeramente cubiertos de nieve, pero aquella nieve no se fundiria en mucho tiempo.

Decidio tomarse un descanso y se apoyo en un arbol, presionando con la mochila sobre la aspera corteza. De ese modo no estaba sentado del todo, aligeraba peso de sus pies y le resultaba mas facil que quitarse la

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