siempre. No encontraron ningun lugar donde pudieran quedarse y defenderlo. Los hermanos nunca fueron suficientes, y siempre hubo detras de ellos granjeros armados, los restos de las fuerzas policiales, supervivientes a los que no les quedaba nada por lo que vivir excepto matar a la gente de Alim Nassor...

Y ahora habia cinco mujeres y veinte hombres. Cuatro hombres habian muerto peleando por disputarse a las mujeres. Tres fueron los maridos, y una de las viudas se suicido el mismo dia que mataron a su esposo. Alim se sintio agradecido, pues aquellos sosego las cosas durante un tiempo.

Pero no demasiado. El marido de Mabe fue acuchillado mientras dormia, y ahora Mabe se acostaba con unos y otros, pero lo hacia de una manera extrana: alla donde acudiera, se producian peleas. Tal vez Mabe se vengaba de esta manera. ?Pero que podia hacer Alim? Si la mataba, tendria que parecer un accidente. No es posible matar al unico consuelo sexual de los hermanos. Alim pensaba que tal vez podria hacerlo en el momento adecuado, si habia otra pelea y todos sabian que ella era la causante.

Chick y Cassie eran un problema distinto. Eran granjeros cuyas granjas estaban sumergidas bajo el oceano en que se habia convertido el valle de San Joaquin. Hablaban como campesinos blancos y no comprendian el habla de la ciudad. Cassie era cimbrena, imponente, fuerte y encantadora. Chick era un fornido gigante que podia levantar la parte trasera de un coche o coger a un hermano como Swan por un tobillo y hacerlo volar por los aires, cosa que habia hecho.

Habian perdido a sus dos hijos bajo las aguas.

Si los ninos se hubieran salvado... Alim meneo la cabeza. ?Los ninos eran lo ultimo que la banda necesitaba ahora! Pero por otra parte, si Cassie hubiera aparecido ante ellos como una madre con dos hijos, tal vez los hermanos habrian pensado mas en protegerla y menos en meterse con ella.

Alim se introdujo entre el grupo. Los hermanos alzaron la vista y sonrieron. Si, la fogata habia sido una buena idea. Chick y Cassie estaban sentados, rodeandose mutuamente con los brazos, y miraban cavilosos el fuego. Alim se agacho frente a ellos.

—?Tenemos que hablar de algo? —les pregunto.

Chick meneo su gran cabeza. Cassie no se movio.

—?Estais seguros?

—Haz que tus ladrones esten alejados de mi mujer —dijo Chick.

—Lo intento, no creas. No es culpa de nadie, sino de la situacion. ?Alguien en especial?

—Jackie. ?Sabes que ese hijo de perra la amenazo con un cuchillo?

—Solo me lo enseno —dijo Cassie—, pero me asusto.

—No os asustan las armas de fuego —dijo Alim. Ella tenia un revolver tremendo y media docena de cargadores distintos, desde balines para cazar pajaros a proyectiles que podrian matar a un oso. Alim no habia imaginado que un revolver pudiera hacer tantas cosas a la vez—. ?Por que te asustan los cuchillos?

Ella se limito a menear la cabeza, y Chick le miro con ira.

Alim se levanto.

—Tratare de arreglarlo. ?Donde esta Chick?

—Esta escondido ahi afuera.

Alim asintio y salio. Se pregunto si debia rondar por alli o buscar a Jackie. Paseo entre los hermanos y hermanas, haciendose visible a la luz del fuego. Al dia siguiente lo recordarian.

Fue pasando el tiempo, y los hermanos y hermanas se cobijaron en el camion, en grupos de dos y tres. La llovizna estaba apagando el fuego y Jackie aun no aparecia. Alim ya habia pensado donde debia encontrarse.

A un lado estaba la linea costera que habian seguido durante una semana. Alim habia considerado la posibilidad de internarse en las colinas, pero ?para que? El mundo construido por los blancos estaba muerto, y ellos tendrian que empezar de nuevo. Un pedazo de tierra de labor y unos cuantos como Chick y Cassie para ensenarles como trabajarla, eso era lo que necesitaban. La tierra de labor estaba alli, bajo el agua. Si el agua se retirase alguna vez... Pero la lluvia seguia cayendo sin cesar, el fuego casi se habia extinguido y el oceano seguia alli, demasiado oscuro para poderlo ver, pero alli estaba, con su basura flotante y los cuerpos ahogados de ganado y hombres.

Y detras habia una elevacion aislada, el unico lugar desde donde Jackie podia observar el fuego. Alim subio el monticulo, como un ciego, tentando las ramas, apartandolas, y arrastrando los pies para no romperse un tobillo.

—?Jackie?

—Si, Alim —dijo una voz cercana.

Alim ascendio el resto del camino. Jackie estaba en la cumbre, vuelto de espaldas. Era un hombre de talla media, con un abrigo demasiado grande para el.

—?Por que no puedes dejar en paz a Cassie? —le pregunto Alim.

—Lo he intentado.

—?Estas tratando de hacer que me maten?

—Lo he intentado, Alim. Incluso fui con esa Mabe. Esa mujer no es mas que lo que tiene entre piernas, pero recurri a ella, procurando apaciguarme. Pero me rechazo y se fue con Swan. Dijo que era su turno. Se acuesta con tres cada noche, con cualquiera que se lo pida, pero a mi me rechaza. ?A mi!

—Quiere fastidiarte —dijo Alim, que empezaba a ver la forma correcta de proceder—. Le gustan las peleas. No sabe quien apunalo a James, asi que hara que nos matemos unos a otros. Se acuesta con Elliot y le dice a Rob que la ha violado. A ti no te abre las piernas para que te pelees con Chick. Y si lo digo me va a indisponer con seis hombres. ?Que puedo hacer, Jackie?

Alim creyo haber dado con la solucion: hacer que Jackie pensara con la cabeza en lugar de la entrepierna.

—Lo que necesitamos —dijo Jackie— es algo que desvie las mentes de los hermanos para que no piensen en las mujeres.

Lo dijo como si la idea fuera divertida y triste al mismo tiempo.

—Eso no va a ser facil.

—Alim, ?donde vamos a ir? ?Que nos ocurrira?

—Es dificil decirlo.

Podia hablar con Jackie, pero no podia decir a nadie que no sabia lo que harian, donde irian. Y Jackie era listo, una vez fue miembro de los Panteras Negras, tuvo inquietudes politicas, como Alim. En una epoca trabajaron juntos. Jackie agitaba el gueto hasta que Alim lograba lo que queria del Ayuntamiento, y luego aplacaba las cosas de modo que pareciera obra de Alim. Alim Nassor tenia que hacer pensar a Jackie, pero no podia decirle, a el ni a nadie, que estaba asustado, harto de aquella humedad, que se sentia desgraciado y estaba a punto de perder los nervios.

—El poder negro ha terminado —dijo Jackie—. No hay bastantes negros, ni bastante poder.

—Si, ya lo imaginaba.

—Y nosotros somos pocos —continuo Jackie—. Insuficientes para establecernos en ninguna parte. Chick dice que cada uno necesitaria un par de acres para vivir. Cien acres podrian mantenernos vivos, pero no podra ser. Desconocemos el trabajo agricola. Haria falta gente que realizara parte del trabajo, y dos acres para cada uno. Eso supondria una gran extension, y no podriamos cuidarla.

—Podemos cuidar una pequena extension —dijo Alim.

—Lo que debemos hacer es unirnos, encontrar un grupo de blancos con los que podamos trabajar juntos. Politica, no sangre. —Jackie hablaba con la mirada perdida en la noche, en voz pausada, pero Alim podia notar que Jackie habia reflexionado en aquello largo tiempo—. El maldito sistema ha sido aplastado. Siempre quisimos que el sistema desapareciera, librarnos de los cerdos, el Ayuntamiento y los ricos bastardos.. Pero no nos sirve de nada, porque no somos bastantes.

—Mierda —exclamo Alim—. Yo he reunido a todos los que he podido. ?Me estas diciendo que no lo hice?

—No, tu hiciste cuanto estuvo en tu mano —dijo Jackie—. No es culpa tuya si no hubo bastante gente. Alim, ven aqui y mira alla abajo.

A traves de la lluvia se veia una luz difuminada. Tenia que ser la fogata de un campamento, que brillaba junto a la linea del agua, hacia el norte.

—Tengo mejor vista que tu —dijo Jackie—. Quiza no ves que se trata de dos fogatas, dos. ?Cuanta gente debe haber para que valga la pena encender dos fuegos?

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