—Es curioso que nunca lo hicieras antes —dijo Hooker.

Nassor no dijo nada ni cambio de expresion. La verdad era que jamas se les habia ocurrido la posibilidad de comer gente, a ninguno de ellos, y eso era una fuente de orgullo secreto para Alim. Los suyos no eran canibales. Se habian visto obligados a comer carne humana, porque aquella era la unica forma de que Hooker les permitiera unirse a el.

—Puedes considerarte afortunado por haber tenido aquel tasajo —dijo Hooker, como regodeandose en el tema—. Nunca has estado bastante hambriento. Si, has sido afortunado.

—?Afortunado, dices? ?Afortunado! —El tono de Alim sorprendio a Hooker—. Habia una tonelada de tasajo en aquella furgoneta, y no sacamos ni un kilo por culpa de ese hijo de perra. —A traves de la abertura de la tienda miro hacia un negro esbelto que hacia guardia cerca del fuego—. Ese, ese maldito Hannibal.

Hooker fruncio el ceno.

—?Ese al que obligaste a hacer todo el trabajo? ?Perdio algo de comida?

El recuerdo de lo ocurrido enfurecio a Alim.

—Comida y licor. Escucha, podiamos olerlo, estuvo a punto de enloquecernos. ?Has visto las quemaduras de Gay? Creimos que iba a morir, y todos nos quemamos tratando de...

—?De que diablos me estas hablando?

—Ah, no lo sabes. —Alim alcanzo un pequeno baul situado detras de el, lo abrio y saco una botella de whisky barato, robada en una tienda—. Estabamos juntos —siguio diciendo—. Yo, mi gente y algunos otros. Y volvimos alli, pero no podiamos pensar... Todos los blancos...

El sargento Hooker se inclino por encima de la mesa y abofeteo a Alim con fuerza. Alim se llevo la mano a la pistola, pero se detuvo.

—Gracias.

Hooker asintio.

—Ahora cuentame lo que ocurrio.

—Los blancos, los ricos de Bel Air... La mitad de ellos se largaron abandonando sus casas. Las dejaron llenas de cosas. Solo tuvimos que ir alli con camiones y recorrer las casas... —Hizo una pausa y sonrio recordando aquellos dias—. Nos hicimos ricos. El reloj que te di. Y este anillo. —Alzo la mano para que el agata reflejara la luz—. Televisores, aparatos de alta fidelidad, alfombras persas, persas autenticas, la clase de cosas por las que te pagan veinte de los grandes. Toda clase de cosas, Gancho. Eramos ricos.

Hooker asintio. Si, a el le habian ido peor las cosas. Aquello todavia le hacia sentirse incomodo. Hooker habia sido soldado. Podian haberle enviado a Bel Air para disparar contra los malditos saqueadores. Aquel era un mundo loco.

—Y encontramos un alijo de drogas —dijo Alim—. Coca, aceite de hashish, hierba, y todo de lo mejor. Lo cogi antes de que mis chicos pudieran colocarse alli mismo.

Hookey bebio un trago de whisky.

—?Lo consumiste todo tu solo?

—No seas tan mal pensado. No, yo no lo consumi. Ni siquiera lo intente. Solo queria dejar claro que no les permitiria drogarse alli. Habia policias y patrullas por todas partes..

—Si.

—Y entonces cayo el maldito cometa. Salimos pitando, por caminos, carreteras, por donde pudimos, en direccion a Grapevine, pero el camion empezo a fallar. Estabamos en un camino, pues tratabamos de mantenernos alejados de las autopistas. Asi que llegamos a lo alto de una colina y vimos que un furgon venia detras de nosotros. Un furgon azul claro con cuatro motoristas, todos con escopetas y rifles, como una diligencia de pelicula escoltada por el ejercito...

—No me digas. —Hooker se sirvio mas whisky. Dentro de poco tendrian que hablar en serio, pero era agradable beber, tomar un trago, no pensar en lo que deberian hacer ahora.

—Lo hicimos todo muy bien —dijo Alim—. Nos adelantamos bastante al furgon, derribamos un arbol con una sierra a pilas, en un sitio estrecho... ?Tendrias que haberlo visto! Aquellas motos se paran y mis hombres estaban ante sus narices. No estabamos bien armados y tuvimos que usar mucha municion, pero al final todo, salio perfecto. No hicimos ningun agujero en las motos. Alli estaba el furgon, parado, y el conductor manos arriba... Y el furgon ni siquiera tenia un rasguno en su bonita pintura azul.

«?Pero crees que conserve aquella coca que encontre en Bel Air? Pues no. Ese hijo de perra de Hannibal se la fumo toda, y era buena mercancia, ?sabes?, no la mierda que el solia consumir, pero se la cargo toda. Y cuando aquellos tipos abrian la puerta del furgon, sin poner problemas, Hannibal va y decide que es el ultimo de los Mau Mau, y se abalanza contra el furgon con un coctel Molotov. Mierda, arrojo aquella bomba de gasolina directamente al interior del camion.

—Oh, no. —Hooker meneo la cabeza—. ?Habia buen genero en el furgon?

—?Bueno? ?Bueno dices? ?Gancho, no te creeras lo que habia en el maldito furgon! Aquella bomba estallo como.. como...

—Gasolina.

—Si, eso mismo. —Alim trato de reir pero no pudo—. Los tipos que estaban dentro del camion se incendiaron y salieron gritando, y un par de los bastardos tenian armas. Empezaron a disparar contra nosotros, tuvimos que responder, y cuando todo aquello termino el camion estaba envuelto en llamas y no podiamos acercarnos a el.

»Las botellas empezaron a explotar en el camion. ?Chico, los olores bastaban para hacerte enloquecer! Estabamos muertos de hambre, sin nada que llevarnos a la boca, y empezaron a salir olores de comida, y de whisky, conac y todas esas golosinas que nunca probabamos, chocolate, pasas, manzanas... Mierda, Gancho, aquel camion estaba lleno de comida y licor. Habia carne, carne de buey, no la del conductor...

Alim se detuvo bruscamente. Miro de reojo a Hooker. Este no dijo nada.

—Bueno, algo estallo y salio volando ese paquete de tasajo, todavia envuelto en papel de plata y bolsas de plastico. Estaba intacto, sin quemar ni impregnado de gasolina. Habria un kilo de carne. Gay entro corriendo en el furgon y salio con dos botellas, pero tuvimos que dejarle beberse una para aliviar el dolor de las quemaduras, y cuando empezo a hacerle efecto ya nos habiamos bebido la otra.

»Pero un par de motoristas estaban todavia vivos y nos dijeron lo que hubo en el furgon. De todo. Armas, alimentos, toda clase de licores, genero europeo... ?Puedes imaginar lo que valdria ahora? ?Donde parara Europa ahora? Habia una tonelada de tasajo, y una cosa grasa que aun sabia peor, pero que nadie le importa cuando se muere de hambre. Y sopa, patatas y comida congelada... Mierda, aquellos tipos habian esperado hasta que cayo el cometa y entonces saquearon todos los lugares donde habian visto a la gente prepararse.

—Fueron mas listos que tu —dijo Hooker.

Alim se encogio de hombros.

—Tal vez. Yo no crei que ese maldito cometa fuera a caer. ?Y tu?

—No.

Hooker penso que, de haberlo sabido, nunca hubiera salido con aquel camion, hubiera llevado muchas mas municiones o... ?Por que se largo dejando al capitan alli, solo? Mierda.

—...Y botellas de gasolina —decia Alim—. Una gran ayuda, ?verdad? Podiamos oleria. La comida ardia, la gasolina explotaba, las ropas se quemaban, aquellos hijos de perra debian haber pensado que se acercaban los glaciares. —Alim alzo el tono de voz—: ?Y si tuvieran razon, ese hijo de puta de Hannibal ira con el culo al aire, porque me voy a poner su ropa encima de la mia!

—?Que paso con las motos? —pregunto Hooker. No se molesto en preguntar por los que las conducian.

—Se quemaron. Habia mas gasolina de reserva en el furgon y siguio ardiendo. Se extendio por todas partes. El fuego fue tan intenso que hasta se quemaron los arboles. ?En medio de aquella lluvia, con el agua cayendo a cantaros, y hasta los arboles se quemaron! Pero pudimos salvar sus armas.

—Menos mal. Lastima que se perdiera lo demas.

—Si, fue una pena.

Por el momento estaban a salvo. Todo el mundo, hasta los esclavos, estaban secos y calientes, y hasta casi tenian bastante que comer. No querian pensar en que debian marcharse, ni hacia donde, pero no tardarian mucho en verse obligados a hacerlo.

—?Alim! ?Sargento! —grito Jackie.

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