—Exacto —dijo el ayudante.

—Muy bien. —Hizo un gesto para despedir al ayudante—. Harv, ?por que este subito cambio de actitud en un medio de comunicacion de masas?

Harvey se encogio de hombros.

—El patrocinador insiste en ello. Por cierto, el patrocinador es Jabones Kalva, empresa a cuyo frente se encuentra Timothy Hamner, el cual...

Un acceso de risa interrumpio a Harvey. El jubilo contorsiono el rostro delgado de Sharps.

—?Magnifico! —exclamo, y a continuacion parecio reflexionar—. Una serie. Digame, Harv, si un politico nos ayudara en el estudio, quiero decir nos ayudara mucho, ?podria salir en la serie y obtener alguna publicidad favorable?

—Claro. Hamner insistiria en ello, y yo no tendria nada que objetar...

—Maravilloso. —Sharps alzo su taza de cafe—. Salud. Gracias, Harv, muchas gracias. Creo que nos veremos mas.

Sharps espero hasta que Harvey Randall hubo abandonado el edificio. Permanecio sentado, inmovil, algo poco frecuente en el, y sintio la emocion en la boca del estomago. Aquello podria salir bien. Finalmente oprimio el boton del intercomunicador.

—Larry, ponme con el senador Arthur Jellison en Washington. Gracias.

Espero con impaciencia hasta que sono el telefono.

—Ahora hablara contigo —le dijo su ayudante.

Sharps cogio el auricular.

—Aqui Sharps. —Tuvo que esperar de nuevo hasta que la secretaria le paso al senador.

—Si. Escucha, Art, tengo que hacerte una proposicion. ?Sabes lo del cometa?

—?Cometa? Ah, el cometa. Es curioso que lo menciones. He conocido al tipo que lo descubrio. Resulta que es un contribuyente importante, pero nunca le habia visto antes.

—Bien, escucha esto —dijo Sharps—: es importante, la oportunidad del siglo...

—Eso es lo que dijeron del Kahoutek...

—?Al diablo con el Kahoutek! Oye, Art, ?que posibilidades tenemos de conseguir fondos para una sonda?

—?Cuanto?

—Todo lo que podamos conseguir. El laboratorio puede remendar una caja negra no tripulada, algo que puede enviarse en un proyectil Thor-Delta...

—No hay problema. Puedo conseguirtelo —dijo Jellison.

—Pero eso no es todo lo que podemos conseguir. Lo que necesitamos es una sonda tripulada, digamos un par de hombres en un Apolo con cierto equipo en lugar de un tercer tripulante. Art, ese cometa va a pasar muy cerca. Desde ahi arriba podriamos obtener buenas fotografias, no solo de la cola y la cabellera, sino que hay buenas posibilidades de obtener muestras ?de la cabeza! ?Sabes lo que eso significa?

—La verdad es que no, pero tu acabas de decirme que es importante. —Jellison se quedo un momento silencioso—. Lo siento. Estoy de acuerdo contigo, pero no hay ninguna posibilidad. De todos modos, no podriamos lanzar un Apolo aunque contaramos con el presupuesto...

—Si que podemos. Acabo de comprobarlo en Rockwell. Es una mision con un indice de riesgo mas elevado de lo que le gusta a la NASA, pero podriamos hacerlo. Tenemos la maquinaria...

—No importa. No puedo conseguirte un presupuesto para eso.

Sharps fruncio el ceno. Sintio crecer en su estomago la morbida emocion. Arthur Jellison era un viejo amigo, y a Charlie Sharps no le gustaba hacer chantaje, pero...

—?Ni siquiera si los rusos envian un Soyuz?

—?Que? Pero ellos no van a...

—Oh, claro que si —dijo Sharps, pensando que no era realmente una mentira, sino una suposicion.

—?Puedes probar lo que dices?

—Dentro de algunos dias. Puedes contar con ello: los rusos van a subir para observar el Hamner- Brown.

—Eso me cubrira de mierda.

—?Como dices, senador?

—Que eso me cubrira de mierda.

—Ah.

—Estas bromeando conmigo, Charlie, ?no es asi?

—No, de veras, Art. Es importante. Y de todos modos necesitamos otra mision espacial, para mantener el interes por el espacio. Tu mismo querias que se aprobara un vuelo tripulado...

—Si, pero no tengo posibilidad de conseguirlo. —Otra pausa de silencio. Luego, hablando mas para si mismo que para Sharps, Jellison anadio—: Asi que los rusos van a ir. Y sin duda lo haran a bombo y platillo.

—Estoy seguro de que lo haran asi. Nuevo silencio. Charlie Sharps casi contuvo el aliento.

—De acuerdo —dijo al fin Jellison—. Husmeare en las alturas y vere que reacciones obtengo. Pero sera mejor que me des pruebas de inmediato.

—Senador, dentro de una semana te dare pruebas inequivocas.

—De acuerdo, lo intentare. ?Algo mas?

—De momento, no.

—Muy bien. Gracias por el informe, Charlie.

La comunicacion se corto. Sharps penso en lo abrupto que era aquel hombre. Sonrio y luego pulso de nuevo el boton del intercomunicador.

—Larry, quiero hablar con el doctor Sergei Fadayev de Moscu, y ya se la hora que es alli. Simplemente, haz que se ponga.

La leyenda de Gilgamesh consistio en un punado de historias inconexas que se extendieron por el semicirculo fertil de la Tierra, en Asia... y el cometa apenas habia cambiado. Aun se encontraba muy lejos del torbellino. La orbita de la tuna errante llamada Pluton pareceria un cuarto creciente suspendido cerca del borde, a prudente distancia. El sol, un punto excesivamente brillante, todavia irradiaba mucho menos calor a traves de la corteza del cometa de lo que habia irradiado el gigante negro en sus peores momentos. Ahora la corteza estaba compuesta principalmente por granizo que reflejaba la mayor parte del calor hacia las estrellas.

Pero el tiempo transcurrio.

Marte absorbio el agua en otra vuelta de su largo e imperfecto ciclo climatico. Los hombres se extendieron por la Tierra, riendo y rascandose. Y el cometa siguio cayendo. Un soplo del viento solar, formado por protones a alta velocidad, desollo su corteza. Gran parte del hidrogeno y el helio contenido en sus capas se habia disipado. El torbellino se acercaba.

MARZO: UNO

Y el Senor colgo un arcoiris como senal, La proxima vez no sera agua sino fuego.

Canto espiritual tradicional

Mark Czescu miro la casa y emitio un silbido. Era de estilo Tudor californiano, de estuco blanquecino con macizas vigas de madera insertas en los angulos, de autentica madera. Algunos lugares, como Glendale, tenian el mismo estilo de casa con vigas de imitacion en madera contrachapada, pero no Bel Air.

La casa destacada por su tamano entre todas aquellas casas notablemente grandes. Mark pulso el timbre de la puerta de entrada, que fue abierta al instante por un hombre joven de largos cabellos y fino bigote, el cual miro los bastos pantalones de Mark, sus botas y las grandes cajas marrones que habia dejado en el porche.

—No necesitamos nada —le dijo.

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