Y entonces, una de dos, o bien estaremos a salvo o habremos muerto. Al dice que no estaremos muertos.

Hubo murmullos y gestos de asentimiento.

Jellison prosiguio:

—He pedido a Harvey que asistiera a esta reunion porque tiene una propuesta que hacer. Harvey ha pedido que hagamos otra expedicion al exterior, para conseguir mas equipo que necesitaremos en primavera. —Mostro un papel con la lista que habian preparado Harvey, Brad Wagoner y Tim Hamner—. La mayor parte de las cosas no seran necesarias antes de la primavera.

—Pero son perecederas, senador —dijo Harvey—. Herramientas electricas, transistores, componentes, motores electricos... muchas cosas que serian utiles aun cuando hayan estado sumergidas, ya no estaran en condiciones para la primavera.

—La ultima vez que salimos al exterior perdimos cuatro hombres —dijo George Christopher—. Es muy peligroso.

—Porque no llevamos bastantes hombres —replico Harvey—. Tenemos que ir en un grupo compacto. Una gran columna no sera atacada.

Harvey estaba orgulloso de su dominio. No creia que nadie pudiera adivinar por el tono de su voz cuanto le aterraba la idea de salir de aquel valle. Miro brevemente a Maureen. Ella lo sabia. No le miraba, pero lo sabia.

—Pero gastaremos mucha gasolina —adujo Al Hardy—, y ademas interrumpiremos los programas de trabajo. Y todavia puede ser preciso luchar.

—Bien, si llevamos bastantes hombres, las cosas no iran tan mal —dijo George Christopher—. Pero no pienso salir mas con un par de camiones. Harvey tiene razon. Si vamos, iremos con mucha gente. Diez camiones y de cincuenta a cien hombres.

—Supongo que hemos de pensar bien estas cosas —dijo el reverendo Varley en tono melancolico y triste.

—Si, senor. —Christopher estaba decidido—. Reverendo, yo deseo la paz tanto como usted, pero no se como conseguirla. No se olvide de los vecinos de Deke, los que fueron devorados.

El reverendo Varley se estremecio.

—No lo he olvidado.

Hubo una pausa y Harvey aprovecho para intervenir.

—Tim ha estado trabajando con la guia telefonica y unos mapas. Ha localizado una tienda de material de inmersion. No estara a mas de cuatro metros por debajo del agua. Podriamos bucear y rescatar los equipos de inmersion.

—?Y que vas a utilizar para cargar las botellas de aire? —pregunto Steve Cox.

—Podemos construir un compresor —dijo Harvey—. No es dificil disenarlo.

—Puede que no sea dificil disenarlo —dijo Joe Henderson—, pero sin electricidad va a ser dificil construirlo.

Henderson habia sido el propietario de la gasolinera del pueblo, y ahora ayudaba a Ray Christopher en la herreria y taller mecanico.

—Dejadme que diga otras cosas que necesitamos —dijo Harvey—. Herramientas mecanicas, tornos, taladradoras, toda clase de herramientas, y las hemos localizado en su mayoria... en el mapa, claro. Y un dia las vamos a necesitar.

Henderson sonrio melancolicamente.

—Desde luego, me irian bien unas cuantas herramientas —comento.

—Cable de generador —prosiguio Harvey—. Cojinetes, piezas de repuesto para nuestros vehiculos de transporte, cable electrico.

—Para —dijo Henderson—. Me rindo. Vayamos a por ello.

—Al —llamo Jellison—. ?Podemos prescindir de cincuenta hombres durante una semana?

Al Hardy no parecio complacerle la pregunta.

—Eileen, ven un momento. —La interpelada salio de otra habitacion—. Dame esas listas de operarios, por favor.

—En seguida.

Antes de retirarse, Eileen dedico a Harvey una de sus esplendidas sonrisas. Eileen Hancock Hamner se habia equivocado: incluso despues de que cayera el cometa eran necesarios buenos administradores. A menudo Al Hardy le decia al senador que ella era la persona mas util de la fortaleza. Los hombres fuertes, granjeros, tiradores, hasta mecanicos e ingenieros no eran tan dificiles de encontrar, pero alguien que pudiera coordinar todo el esfuerzo valia su peso en oro.

O en pimienta negra. Hardy fruncio el ceno. No le gustaba aquella expedicion. Era un riesgo innecesario. Si Randall se salia con la suya... ?Todavia perseguiria el furgon azul y los hombres que asesinaron a su mujer? Por lo menos no habia dejado de hablar de ello...

—Mientras la chica busca eso —dijo el jefe de policia—, permitidme que diga algo. Podemos prescindir de cincuenta hombres durante una semana, si nadie viene a atacarnos mientras esten fuera. Cincuenta hombres con sus rifles son una parte considerable de nuestra fuerza, Senador. Quisiera estar seguro de que nadie nos va a atacar, antes de enviar fuera tantos hombres a la vez.

—Puedo ocuparme de eso —afirmo el alcalde Seltz—. Podemos enviar una patrulla a traves del Mal Paso antes de salir, para ver si alguien se acerca por ahi.

—Harry volvera dentro de un par de dias, cuando termine su recorrido —dijo el senador Jellison—. Y Deke no tardara en llegar. Averiguaremos como estan las cosas en el exterior antes de tomar la decision final. George, ?no tienes nada que decir de todo esto?

Christopher meneo la cabeza.

—Me da igual una cosa que otra. Si las cosas no estan muy mal ahi afuera, si no hay nadie esperando para lanzar un ataque y acabar con nosotros, iremos sin duda alguna.

George se quedo en silencio, contemplando la pared, y todos supieron lo que estaba pensando. George Christopher no queria saber como estaban las cosas en el exterior. Nadie queria saberlo. Conocer la existencia del caos, la muerte y el hambre a unos pocos kilometros de distancia, mientras ellos estaban seguros en su valle, no haria mas que dificultar las cosas.

Eileen regreso con unos papeles. Hardy los estudio durante un rato.

—Todo depende de lo que encontreis —dijo al fin—. Tenemos que limpiar mas campos. Aun no tenemos bastante tierra preparada para plantar todas las semillas. Por otra parte, si podeis encontrar mas materiales para construir con ellos invernaderos, no necesitaremos tanta tierra plantada para el invierno. Y lo mismo en cuanto al fertilizante y el pienso, si podeis conseguirlos. Luego esta la cuestion de la gasolina...

Se trataba de gasolina y horas de trabajo a cambio de algo que solo podia suponerse. Todos intercambiaron sus puntos de vista hasta que se impuso la voz del senador.

—Harvey, nos propones que corramos un riesgo. De acuerdo en que es un riesgo con una elevada recompensa y que no perdemos mucho, pero sigue siendo un riesgo... Y de momento no necesitamos correr riesgos para seguir con vida.

—Asi es, mas o menos —dijo Harvey—. Creo que vale la pena correr ese riesgo, pero no puedo garantizarlo. —Se detuvo un momento y miro a su alrededor. Le gustaba aquella gente. Hasta George Christopher era un hombre sincero y era conveniente tenerle a favor si se presentaban problemas—. Mirad, si de mi dependiera, me quedaria aqui para siempre. No podeis imaginar lo bien que uno se siente al entrar en este valle, lo que es sentirse seguro despues de lo que vi en Los Angeles. No quisiera abandonar este valle jamas. Pero tenemos que mirar adelante. Hardy dice que resistiremos el invierno, y si el lo dice, sera cierto. Pero despues del invierno vendra la primavera, y despues otro invierno, y pasaran los anos. Tal vez vale la pena que hagamos ahora algun esfuerzo para que esos anos futuros sean mas faciles.

—Desde luego —dijo el alcalde Seltz—, pero siempre que el coste sea tan elevado que ya no haya mas anos. —Se echo a reir—. Mire, estuve hablando con esa doctora, Ruth, y dice que es un «sindrome de supervivencia». Todo el mundo que ha sobrevivido a la caida del cometa ha sufrido un cambio. Algunos se han vuelto majaretas y la vida no vale nada para ellos, asi que haran cualquier cosa. Pero a la mayoria les ocurre como a nosotros, somos tan cautelosos que nos ponemos en guardia ante nuestra sombra. Se que soy asi. No quiero correr ningun riesgo. Sin embargo, Harvey tiene razon en algo. Hay por ahi mucho material que podriamos

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