sere fiel a mi esposa. Puede que Baker lo fuera, pero estoy seguro de que usted no.

—?Ahora que diablos quiere...?

—Se como estan las cosas en este valle, Randall. Lo sabia antes de que cayera el cometa y lo se ahora. Asi que deje en paz a Maureen. Usted no es la clase de hombre que ella necesita.

—?Por que no? ?Quien le ha nombrado a usted guardian de la moral publica?

—Yo mismo. Y usted no es bastante bueno para ella. Usted tiene sus aventuras por ahi. De acuerdo, fue con ella. Eso no me gusta, pero no le eche la culpa a ella. Usted estaba casado, Randall. ?Que diablos significaba Maureen para usted? ?Otra mas que anadir a su marcador? Mire, me estoy poniendo nervioso, y no lo quiero. Solo le pido que la deje en paz. Hagame caso y apartese de ella.

George dio media vuelta y se alejo antes de que Harvey pudiera decir nada mas.

Harvey Randall se quedo donde estaba, asombrado, y apenas pudo contenerse para no echar a correr tras el fornido ranchero. Penso que debia estar loco. Deberia odiar a aquel bastardo...

Pero no le odiaba, sino que sentia un fuerte impulso de correr hacia aquel hombre y explicarle que las cosas no habian sido como el creia, que Harvey Randall pensaba sobre el matrimonio lo mismo que George Christopher, que estaba de acuerdo, y por eso el y Maureen habian...

?Que habian hecho?, se pregunto Harvey. Tal vez Christopher tuviera razon. Pero Loretta nunca lo supo, no sufrio por ello, ni tampoco Maureen, y todo era un monton de excusas porque el sabia muy bien lo que estaban haciendo.

Pero se limito a regresar a la sala de estar para hablar con los astronautas.

HISTORIA DE UN EXILIADO

Cuando el Sol se repliegue y salgan las estrellas, cuando las bestias salvajes se hayan reunido... cuando las hojas del Libro esten desenrolladas Y cuando se haya hecho arder el Infierno y el Paraiso este cerca, Cada alma sabra lo que ha producido. por la noche, cuando se oscurezca, al alba, cuando se ilumine... ?adonde iras entonces? El Coran

—Agua caliente para remojarte los pies —dijo Harry—. Comida cocinada. Ropa para cambiarte. Y, ademas, te necesitan, hombre. Ellos lo sabran en seguida.

—Lo conseguire —dijo Dan Forrester resoplando—. Me siento ligero... como una pluma sin... esa mochila. ?Y tienen ovejas?

En los ultimos dias, Dan temia mirarse los pies, pero dentro de poco no tendria que esforzarlos mas. En cuanto a la provision de insulina, habia tenido que aumentar la dosis. Debia estar deteriorandose.

—?Tienen frigorifico?

—No, frigorifico no. Ovejas, si. Tendremos que tratar sobre eso de inmediato. No falta mucho. La carretera esta bloqueada mas adelante.

Su companero, que iba delante de ellos por la desierta carretera, con la mochila de Dan Forrester a la espalda, se detuvo de repente y miro atras.

—Tu estas conmigo —dijo Harry—. Todo ira bien.

Hugo Beck asintio, pero espero a que Dan y Harry llegaran hasta el. Tenia miedo y no podia ocultarlo.

Habia un cartel a cincuenta metros de la barricada de troncos. Decia:

?PELIGRO!

TERRITORIO VIGILADO. NO SIGA ADELANTE. SI TIENE ALGO QUE HACER AQUI, CAMINE LENTAMENTE HASTA LA BARRICADA Y QUEDESE QUIETO. NO HABRA DISPAROS DE ADVERTENCIA. MANTENGA LAS MANOS CONTINUAMENTE A LA VISTA.

Debajo habia otro letrero en espanol, y mas alla una gran calavera con el simbolo de trafico internacional de «prohibido el paso».

—Extrana bienvenida —dijo Dan Forrester.

El trabajo seguia turnos rotatorios. Mark Czescu montaba guardia mientras algun otro fragmentaba piedras. Pero hacer guardia no siempre era divertido. Una vez llego una familia en bicicletas. Se habian abierto paso a traves del valle San Joaquin, y contaron historias de canibales y cosas peores. A Mark no le resulto nada agradable tener que echarles de alli. Les mostro la carretera del norte, donde habia un campamento de pescadores que sobrevivian a duras penas.

Eran cuatro personas. La fortaleza podia alimentar a cuatro mas, pero ?que personas en concreto? Si aceptaban aquellas, ?por que no otras? La decision de no aceptar a nadie sin razones especiales era acertada, pero eso no facilitaba la tarea de mirar a un hombre a los ojos y enviarle a la carretera.

Mark estaba sentado tras una pantalla de troncos y hojas desde donde podia vigilar sin ser visto. Sus companeros le vigilaban a el, sobre todo Bart Christopher.

Tres figuras se acercaban por la carretera, y Mark salio de su escondrijo al reconocer los restos de un uniforme gris del Servicio Postal. Saludo a Harry alegremente, pero su sonrisa se desvanecio cuando vio que los tres cruzaban la barrera.

—Feliz dia de reparto de basura, Harry —dijo mirando a Hugo Beck.

—Le he traido conmigo —dijo Harry en tono desafiante—. Ya conoces las reglas. Tiene mi salvoconducto. Y este es el doctor Dan Forrester...

—Hola, doctor —dijo Mark—. Usted y su maldito helado de crema de chocolate...

En los labios de Forrester se dibujo una sonrisa espectral.

—Tiene un libro —dijo Harry—. Tiene muchos libros, pero ese lo ha traido con el. Ensenaselo, Dan.

Caia una ligera llovizna. Dan no quito las tiras de cinta adhesiva. Mark leyo el titulo a traves de cuatro capas de plastico: De que modo funcionan las cosas, Volumen II.

—El primer volumen se encuentra en lugar seguro —dijo Dan—, junto con otros cuatro mil libros sobre la manera de reconstruir una civilizacion.

Mark se encogio de hombros. Estaba seguro que de todos modos les interesaria tener a Dan Forrester en la fortaleza. Pero valia la pena saber que otros regalos tenia el doctor.

—?Que clase de libros?

—La Enciclopedia Britanica, edicion de 1911. Un libro de formulas, editado en 1894, para cosas como el jabon, con toda una seccion sobre la manera de hacer cerveza a partir de los granos de cebada. El manual del apicultor, libros de veterinaria, manuales para la instruccion en laboratorios que empiezan con la quimica inorganica y siguen hasta la sintesis organica. Tengo unos para los equipos de los anos treinta y otros modernos. El manual del radioaficionado, el Almanaque del granjero, el Libro del caucho. Hagase una casa usted mismo, de Peters, y dos libros sobre como fabricar cemento Portland. El Manual del armero y una serie de textos militares sobre conservacion de las armas de infanteria. Los manuales de mantenimiento para la mayoria de coches y camiones. Las reparaciones domesticas, de Wheeler. Tres libros sobre jardineria hidroponica. Una serie completa de...

—?Basta! —grito Mark—. Entrad, principe. Bienvenido a casa, Harry. Los de dentro estan preocupados por

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