ser mejor.

?Tal vez era aquella la razon de que la hubieran llamado? Ella no tenia experiencia en misiones espaciales, pero tal vez... Habia sido afortunada durante largo tiempo. ?Por que no iba a tener mas suerte? Se imagino tripulando un Soyuz autentico, esperando que los grandes cohetes propulsores rugieran y lanzaran la nave espacial. Entusiasmada, emprendio con el avion de entrenamiento una serie de ejercicios acrobaticos que habrian supuesto su descalificacion si alguien la hubiera visto.

Una subita ventolera en el valle San Joaquin sacudio levemente el remolque, haciendo que Barry Price se despertara al instante. Permanecio tendido, inmovil, escuchando el ruido tranquilizador de las excavadoras. Su equipo trabajaba todavia en la planta de energia nuclear. Habia luz en el exterior. Se sento cautelosamente, para no despertar a Dolores, pero ella se agito y abrio un ojo.

—?Que hora es? —pregunto, todavia adormilada.

—Cerca de las seis.

—Oh, Dios mio. Vuelve a la cama.

Tendio los brazos hacia el. Las sabanas cayeron, descubriendo sus senos bronceados.

El se aparto, y luego cogio sus manos y las retuvo mientras se inclinaba para besarla.

—Mujer, eres insaciable.

—Todavia no he tenido ninguna queja. ?De veras tienes que levantarte?

—Si. He de adelantar trabajo antes de que vengan unos visitantes, y he de leer ese informe que McCleve envio ayer. Tenia que haberlo hecho anoche.

Ella sonrio con picardia.

—Lo que hicimos ha sido mas divertido. ?No vas a acostarte de nuevo?

—No. —Fue hasta el lavabo y dejo correr el agua para que se calentara.

—Te despiertas antes que cualquier otro hombre que haya conocido —dijo Dolores—. Pero yo no voy a levantarme de madrugada.

Se tapo la cabeza con la almohada, pero siguio moviendose ligeramente bajo las sabanas, haciendo saber a su amante que estaba despierta.

Todavia disponible, penso Barry mientras se vestia. Si por ella fuera, nunca saldrian de la cama. Una vez vestido fingio creer que ella dormia y abandono rapidamente el remolque. En el exterior, estiro sus miembros y respiro hondo el fresco aire matinal. Su remolque se encontraba en el borde del campamento que albergaba a la mayor parte de los trabajadores del Proyecto Nuclear San Joaquin. Dolores tambien disponia de uno de aquellos remolques, bastante alejado del suyo, pero ella no lo usaba mucho ultimamente. Barry se encamino hacia la planta con una sonrisa que se desvanecio al pensar en Dolores.

Era una mujer estupenda, y lo que hacian en su abundante tiempo libre no habia afectado en absoluto a su trabajo. Era mas ayudante administrativa que secretaria, y Barry sabia demasiado bien que no podria hacer nada sin ella. Por lo menos era tan importante para su trabajo como el director de operaciones, y aquello aterraba a Barry Price. Esperaba el sentido de posesion, las exigencias para que le dedicara tiempo y atencion que habian hecho tan desagradable la vida con Grace, su esposa. No podia creer que Dolores quedara satisfecha con ser simplemente su... ?Que era?, se pregunto. No seria correcto considerarla su querida. El no la mantenia. Dolores no estaba dispuesta a permitir a ningun hombre que tuviera esa clase de dominio sobre su vida. Penso que la mejor calificacion seria la de amante, y que no debia darle mas vueltas, sino disfrutar de la situacion y estar contento.

Se detuvo para servirse un cafe de la gran cafetera que estaba en la cabana del supervisor de construccion. Siempre tenian un cafe excelente. Se llevo una taza a su despacho y cogio el informe de McCleve.

Un minuto despues gritaba enfurecido.

Todavia no se habia calmado cuando llego Dolores, hacia las ocho treinta, provista de otra taza de cafe. Encontro a Barry andando de un lado a otro de la estancia.

—?Que ocurre? —le pregunto.

Barry penso que aquella era otra de las cosas que le gustaban de ella. Nunca pedia nada personal en la oficina.

—Esto. —Le mostro el informe—. ?Sabes lo que quieren esos idiotas?

—Desde luego que no.

—?Quieren que oculte la planta! ?Pretenden que excavemos un terraplen de quince metros alrededor de todo el complejo!

—?Eso proporcionaria mayor seguridad a la planta? —inquirio Dolores.

—?No! Seria un puro afeite, ni siquiera eso. Maldita sea, San Joaquin es bonito, la planta es hermosa. Deberiamos estar orgullosos de ella y no tratar de esconderla tras un monton de tierra.

Dolores dejo la taza sobre la mesa y en su rostro se dibujo una sonrisa incierta.

—?Estas obligado a hacerlo?

—Espero que no, pero McCleve dice que a los miembros de la junta les gusta la idea, lo mismo que al alcalde. ?Si me obligan a eso se va a retrasar todo el programa! Tendre que distraer hombres de las excavaciones del cuarto reactor y...

—Y entretanto van a venir las damas de la Asociacion de Padres y Maestros. Estaran aqui dentro de un cuarto de hora.

—Dios mio. Gracias, querida. He de recobrar la compostura.

—Si, sera mejor que lo hagas. Pareces un oso. Se agradable, que esas senoras estan de nuestro lado.

—Me alegro de que alguien lo este.

Barry regreso a su mesa de trabajo y miro el monton de trabajo que aun habia de hacer, esperando que las senoras no le robaran demasiado tiempo. Tal vez tendria ocasion de telefonear al alcalde y quiza este seria razonable y el podria volver al trabajo de nuevo..

La planta bullia de actividad. Excavadoras, elevadores de cargas y camiones cargados de cemento se movian sin cesar, trazando un intrincado dibujo que no parecia tener orden ni concierto. Los obreros acarreaban materiales de construccion. Barry Price condujo al grupo a traves de aquel torbellino, casi sin percibirlo.

Las senoras habian visto las peliculas del departamento de relaciones publicas, y juiciosamente se habian vestido con pantalones y llevaban zapatos de tacon bajo. No tuvieron ningun inconveniente en ponerse los cascos que les entrego Dolores. Hasta entonces, tampoco habian formulado demasiadas preguntas.

Barry las llevo al emplazamiento del reactor numero tres. Era un laberinto de vigas de acero y estructuras de madera terciada, visible porque la cupula cobertora no estaba terminada. Seria un buen lugar para mostrar a las visitantes las caracteristicas de seguridad. Barry confiaba en que le escucharian. Dolores dijo que le habian parecido muy razonables, y el tenia esperanzas, pero la experiencia pasada le hacia mantenerse en guardia. Llegaron a una zona mas tranquila donde en aquel momento habia pocos obreros de la construccion. Seguia oyendose el ruido de las excavadoras, los carpinteros que elevaban estructuras y los soldadores que unian tuberias...

—Ya se que le hacemos perder mucho tiempo —dijo la senora Gunderson—, pero creemos que es importante. Muchos padres nos preguntan sobre la planta. La escuela esta solo a pocos kilometros...

Barry sonrio, mostrando su acuerdo y dando a entender que todo estaba bien, que conocia la importancia de su visita. Pero no lo decia de corazon. Seguia pensando en el informe de McCleve.

—?Trabajan todos esos obreros para usted? —pregunto otra senora.

—Bueno, son obreros de Bechtel, la empresa que construye las plantas. El departamento de agua y energia no puede mantener permanentemente en nomina a tantos obreros de la construccion.

La senora Gunderson no se interesaba por los detalles administrativos. Su caracter era parecido al de Barry: queria ir al grano, y en seguida. Era una mujer robusta y bien vestida. Su marido poseia una granja en algun lugar de la vecindad.

—Iba usted a ensenarnos el equipo de seguridad —le dijo.

—Exacto. —Barry senalo la cupula en construccion—. En primer lugar tenemos la misma cobertura. Es de hormigon armado y muy gruesa, por lo que si algo ocurre dentro, el problema no sale al exterior. Pero lo que ustedes querian ver es esto. —Indico una gran tuberia que se introducia en la cupula incompleta—. Es nuestro primer sistema de enfriamiento, de acero inoxidable y con sesenta centimetros de diametro. El grosor de la pared

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