Jabones Kalva. Inverti parte del dinero en la construccion de un observatorio y descubri un cometa. Consegui que la empresa patrocinara un documental sobre el cometa para que pudiera jactarme de ello. Como ve, todo es perfectamente logico.

—Desde luego, ahora que lo ha explicado no es dificil de entender.

—Oiga, si no quiere darme su direccion.

—Oh, si, se la dare. —Vivia en un bloque de muchos pisos, al oeste de Los Angeles. Tambien le dio su numero de telefono. Se despidio de el con un energico apreton de manos.

—Tengo que irme corriendo, pero me alegro de haberle conocido. Me ha hecho empezar el dia con buen pie.

Se marcho, dejando a Hamner deslumbrado y sonriendo alegremente.

—Ragnarok —dijo el hombre—. Armagedon. —Tenia una voz fuerte, persuasiva. Llevaba una barba muy poblada, con dos mechones de un blanco niveo en la barbilla, y su mirada era tierna y amable—. Los profetas de todas las tierras dicen que este dia esta al caer. El Dia del Juicio. La guerra de fuego y hielo presagiada por los antiguos. El Martillo es hielo, y llegara envuelto en fuego.

—?Y que aconseja usted? —pregunto Harvey Randall.

El hombre vacilo, tal vez temiendo que Randall se burlara de el.

—Unase a una iglesia. Unase a cualquier iglesia en la que pueda creer. «En la casa de mi padre hay muchas moradas.» Los que son realmente religiosos no seran abandonados.

—?Que haria usted si el cometa Hamner-Brown no choca con nosotros?

—Chocara.

Harvey hizo que el hombre se volviera hacia Mark, armado con la claqueta, e hizo una senal a Charlie para que seleccionara aquella entrevista. No habia sido un mal dia. Disponian de varios minutos de pelicula utilizables y Harvey habia aprendido algo sobre el estado de animo de los televidentes.

Mark se acerco a el, con la claqueta en la mano.

—Todo ha salido a pedir de boca, ?verdad? Habras observado que no he dicho ni palabra.

—Si, te has portado muy bien.

Hamner llego sonriendo, como si saborease algun placer intimo. Cargo su equipo de grabacion en el furgon y subio a bordo.

—?No os habeis dejado nada?

—Ragnarok se acerca. La Tierra perecera envuelta en hielo y fuego. Tenia la mejor barba que he visto en mi vida. ?Donde diablos estaba?

—Haciendo una entrevista —dijo Tim. Durante todo el viaje de regreso conservo aquella alegre sonrisa.

Desde los locales de la NBS Tim Hamner se dirigio a Bullocks. Sabia lo que estaba buscando. Despues paso por una floristeria y luego por una farmacia, donde compro somniferos. Iba a llevar un extrano horario.

Se dejo caer en la cama totalmente vestido. Estaba profundamente dormido cuando sono el telefono, alrededor de las seis y media. Se dio la vuelta y busco a tientas el aparato.

—?Diga?

—Desearia hablar con el senor Tim Hamner.

—Soy yo. ?Eres Eileen? Lo siento, estaba dormido. Iba a llamarte.

—Pues ya no hace falta. Tim, desde luego sabes como atraer la atencion de una chica. Las flores son bonitas, pero el jarron... ?Acabamos de conocernos!

—Entonces tu tambien eres aficionada al cristal de Steuben. Tengo una hermosa coleccion.

—?Ah, si?

—Tengo lo ultimo en animales. —Tim se sento en la cama—. Tengo... dejame ver, una ballena azul, un unicornio, una jirafa heredada de mi abuela, en estilo antiguo. Y el Principe Rana. ?Has visto el Principe Rana?

—He visto fotografias de Su Majestad. Eh, Tim, dejame que te invite a cenar. Hay un restaurante fuera de lo corriente que se llama Dar Magrib.

Los hombres solian quedarse en suspenso cuando Eileen les invitaba a cenar, pero la pausa de Tim apenas fue perceptible.

—El senor Hamner acepta encantado. Si, Dar Magrib es algo fuera de lo corriente. ?Has estado en el?

—Si, y es muy bueno.

—?E ibas a llevarme ahi sin advertirmelo? ?Sin decirme que tendre que comer con los dedos?

Eileen se echo a reir.

—Ponia a prueba tu buena disposicion.

—Aja. ?Por que no vienes aqui para tomar un coctel antes de ir a cenar? Te presentare a Su Majestad y las demas piezas de cristal.

Tim le indico el camino para ir a su casa.

Fred Lauren llego a casa con un monton de revistas. Las dejo al lado de la tumbona, se tendio, haciendo chirriar los muelles, y empezo a leer el National Enquirer.

El articulo confirmo sus peores temores. Era seguro que el cometa chocaria, y nadie tenia idea de donde seria el choque. Pero caeria en verano y en consecuencia, como aclaraba la ilustracion, el impacto se produciria en el hemisferio septentrional. Nadie sabia el volumen que tendria la cabeza del cometa, pero segun la revista supondria el fin del mundo.

Fred habia oido la predica por la radio, aquel loco que salia en todas las emisoras. El fin del mundo se aproximaba. Fred apreto las mandibulas y cogio el ejemplar de Astronomy. Segun esta revista habia cien mil posibilidades contra una de que el cometa pasara de largo, pero Fred apenas reparo en ello. Lo que le intereso fueron las representaciones artisticas, de un vivo realismo, del choque de un asteroide que lanzaba chorros de magma fundido, de un asteroide de «tipo medio» posado sobre la ciudad de Los Angeles, para dar una idea de su tamano, y de la cabeza de un cometa chocando con el oceano y dejando al descubierto el lecho del mar.

Habia oscurecido para poder seguir leyendo, pero Fred no penso en encender la luz. Muchos hombres nunca creen que van a morir, pero Fred lo creia en aquel momento. Permanecio sentado en la oscuridad hasta que se le ocurrio que Colleen debia haber llegado a casa, y se dirigio al telescopio.

La muchacha no estaba visible, pero habia luces en la casa. De subito, la imaginacion de Fred lleno de llamas la estancia vacia. La pared de estuco que rodeaba la ventana brillo con una luz cegadora que se fue apagando lentamente para revelar cortinajes ardiendo, ropas de cama, el sofa, la mesa y el mantel, todo ello ardiendo. Las ventanas se rompian, las astillas volaban. La puerta del bano... se abrio.

La muchacha salio poniendose una bata. Estaba desnuda. Para Fred resplandecia como una santa, como una belleza casi imposible de ver directamente. Paso una eternidad antes de que cerrase la bata... y en aquella eternidad Fred la vio banada en la luz del cometa mortifero. Colleen brillaba como una estrella, con los parpados fuertemente cerrados en un gesto inutil, el rostro lleno de astillas de vidrio, la bata y los largos cabellos chamuscados, ennegrecidos... Y habia desaparecido antes de que el la hubiese conocido. Fred se aparto del telescopio. La voz de la razon le decia que no podian conocerse. El sabia muy bien que haria, y no podria enfrentarse de nuevo a la carcel.

?La carcel? ?Cuando el cometa venia para ponerle fin al mundo? Los juicios llevaban tiempo. Nunca iria a la carcel. Moriria primero. Fred Lauren sonrio de una manera muy extrana. Los musculos en los angulos de sus mandibulas estaban agarrotados. ?Moriria primero!

MAYO

Hacia los anos 1790, los filosofos y cientificos tenian conocimiento de que numerosas personas afirmaban haber visto caer piedras del cielo, pero los cientificos mas eminentes se mostraban escepticos. El primer avance importante tuvo lugar en 1794, cuando un abogado aleman, E. F. F. Chladni, publico un estudio de algunos presuntos meteoritos, uno de los cuales se habia encontrado despues de avistar una bola de fuego. Chladni acepto

Вы читаете El martillo de Lucifer
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×