mi casa.

—Una de las secretarias de mi padre fue violada el ano pasado en el Capitolio —dijo Maureen—. ?No es maravillosa la civilizacion?

—Ojala mi hijo pudiera criarse aqui. Pero, ?que haria yo? ?Tareas agricolas? —La idea le hizo reir, pero no siguio hablando. La pendiente era demasiado pronunciada para ello.

Al pie de la abrupta ladera habia un camino polvoriento. El rancho todavia estaba lejos, pero ahora el recorrido era mucho mas facil. Alice se las arreglo para montar el caballo sin que Harvey descubriera como, aunque la habia estado mirando. Estaba de pie junto al animal, con la cabeza mas baja que la grupa de este, y al instante siguiente lo habia montado. Chasco la lengua y partio al galope. La ilusion de que la nina formaba de alguna manera parte del animal fue todavia mas intensa. Muchacha y caballo se movian con un ritmo perfecto, y sus largos cabellos rubios flotaban al viento.

—Cuando crezca sera una autentica belleza —dijo Harvey—. ?Sera el aire de aqui? Todo este valle es magico.

—A mi a veces tambien me lo parece —convino Maureen.

El sol ya estaba bajo cuando llegaron a la casa de piedra del rancho.

—Es un poco tarde, pero ?quiere darse un bano? —pregunto Maureen.

—?Por que no? Pero no tengo traje de bano.

—Oh, debe haber alguno por ahi. —Maureen entro en la casa y poco despues aparecio con un banador que entrego a Harvey—. Venga, le mostrare el bano para que se cambie.

Cuando Harvey se cambio y salio, Maureen ya le esperaba, luciendo un banador de una pieza y color blanco satinado, con una bata doblada al brazo. Le hizo un guino, indicandole que la siguiera, y se interno en un sendero que discurria entre granados hasta una pequena playa de arena junto a un arroyo de aguas burbujeantes. La muchacha sonrio y se metio en el agua sin vacilacion. Harvey la siguio.

—?Por todos los diablos! —grito—. ?Esta helada!

Maureen chapoteo en el agua, salpicandole el pecho y el cabello.

—Vamos, no le hara dano.

Harvey avanzo penosamente hasta la mitad del arroyo. A aquella distancia de las orillas la corriente era rapida, y el fondo rocoso. Le costaba mantenerse de pie, pero siguio a Maureen corriente arriba, hasta un estrecho hueco entre dos grandes piedras. El agua discurria por alli velozmente, y amenazaba con cubrirlos a los dos. A Harvey ya le llegaba hasta el pecho.

—Esto te hace entrar en calor rapidamente —comento.

Chapotearon de un lado a otro, y contemplaron el paso raudo de pequenas truchas cerca de la superficie. Harvey trato de descubrir peces mayores, pero estos se mantenian alejados. El arroyo, con sus rebalsas bajo breves y rapidas cascadas, parecia perfecto para las truchas. Las orillas rebosaban de arboles, excepto en dos lugares donde habian sido talados, sin duda por algun aficionado a la pesca que necesitaba espacio para lanzar el sedal.

—Creo que me estoy volviendo azul —dijo por fin Maureen—. ?Tiene suficiente?

—La verdad es que hace diez minutos que estoy listo para salir del agua.

Treparon a una enorme piedra blanca, con las aristas suavizadas por el agua. Aunque el sol estaba bajo, el cuerpo helado de Harvey agradecia su calor, y la piedra aun estaba caliente por haber recibido los rayos solares durante todo el dia.

—Necesitaba esto —dijo Harvey.

Maureen se volvio, apoyandose en el vientre y los codos, para mirarle.

—?A que se refiere? ?Al agua helada, la acrofobia o la escalada?

—Todo ello. Y tambien necesitaba pasar un dia entero sin hacer entrevistas. Me alegro de que su padre no estuviera. Manana el sueno terminara y volvere a ser Harvey Randall.

Maureen volvio a adelantarse: cuando el salio a su encuentro, ya vestido, ella se habia cambiado e incluso habia tenido tiempo de preparar unas bebidas.

—?Quiere quedarse a cenar? —le pregunto.

—Pues... si, pero ?puedo llevarla a alguna parte?

Maureen le sonrio.

—Se nota que usted desconoce como es la salvaje vida nocturna de Springfield y Porterville. Estaremos mejor aqui. Ademas, me gusta cocinar. Si lo desea, puede ayudarme.

—Claro.

—Bueno, la verdad es que no hay mucho que hacer. —Saco unos filetes del frigorifico—. Hornos de microondas y alimentos congelados. La manera civilizada de saborear la comida.

—Ese cacharro tiene mas mandos que una capsula Apolo.

—No lo crea. He estado en una de ellas. Eh, usted tambien ha estado, ?no?

—He visto la replica —dijo Harvey—, no la capsula verdadera. Pero me gustaria volar en uno de esos aparatos y contemplar al cometa en orbita, sin el obstaculo de la atmosfera.

Maureen no respondio y Randall tomo un sorbo de whisky. Estaba muy hambriento. Miro en el frigorifico y encontro verduras chinas congeladas para acompanar la carne.

Despues de cenar tomaron cafe en el porche, sentados en unos comodos sillones cuyos brazos, anchos y planos, permitian depositar las tazas. Hacia frio y no estaban bien abrigados, pero prefirieron seguir alli, hablando de infinidad de cosas, de los astronautas a los que Maureen habia conocido, de las matematicas en la obra de Lewis Carroll, de la politica social en Washington. En un momento determinado, Maureen entro en la casa, apago todas las luces y regreso al porche a tientas. La oscuridad era absoluta.

—?Por que ha hecho eso? —le pregunto Randall.

—Lo vera en seguida —replico la voz incorporea de Maureen. El sillon crujio y Harvey supo que la muchacha se habia sentado.

Era una noche sin luna, y las estrellas solo brillaban con su propia luz, pero Harvey, gradualmente, comprendio lo que Maureen habia pretendido. Cuando las Pleyades aparecieron sobre las montanas, no las reconocio. El grupo estelar brillaba intensamente. ?La Via Lactea resplandecia, pero el ni siquiera podia ver su taza de cafe!

—Mucha gente de la ciudad jamas tiene ocasion de ver este espectaculo —le dijo Maureen.

—Tiene razon. Gracias.

Ella se echo a reir.

—Podria haber estado nublado. Mis poderes son limitados.

—Si pudieramos... —empezo a decir Harvey—. No, estoy equivocado. Pensaba en lo que ocurriria si pudieramos mostrar este panorama al publico, a los votantes... Los periodicos y revistas ofrecen constantemente imagenes de las estrellas, hablan de agrupaciones estelares, de agujeros negros, sistemas multiples y todo cuanto es posible encontrar alla arriba. Pero habria que traer a la gente aqui, solo una docena de personas a la vez, y entonces sabrian como es en realidad, comprenderian que todo eso es autentico, y que esta ahi en espera de que lo alcancemos.

Maureen, cuya vista se habia adaptado ya a la oscuridad, le tomo una mano, lo que sorprendio un poco a Harvey.

—No serviria de nada —le dijo—. Si asi fuera, el principal apoyo de la NASA provendria de la comunidad campesina.

—Pero si uno jamas hubiera visto algo asi... Ah, probablemente tienes razon. —Era muy consciente de que seguian con las manos unidas, pero no podia interrumpirse en aquel momento—. Oye, ?te gustan los imperios interestelares? —anadio, satisfecho de haber encontrado un tema inocuo.

—No lo se. Hablame de los imperios interestelares.

Harvey senalo algun punto en el cielo y se inclino hacia ella para que pudiera seguir la direccion de su brazo. Alli donde la Via Lactea se engrosaba y brillaba, en Sagitario, alli estaba el eje galactico.

—Ahi es donde tiene lugar la accion, en la mayoria de los imperios mas antiguos. Las estrellas estan mucho mas juntas. Ahi esta Trantor y los mundos del Eje. Pero resulta arriesgado construir ahi. A veces los soles situados en el centro han estallado, pero la radiacion aun no nos ha alcanzado.

—?Y la Tierra siempre domina la situacion?

—Desde luego. Pero en la mayoria de los casos la Tierra ha sufrido una gran guerra nuclear.

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