pero que de todos modos estarian en las colinas.

Entre estas categorias de personas estaban todas las intermedias. Deba haber decenas de millones, y Harvey Randall era uno de ellos. El miedo le habia acometido demasiado tarde, y no podia hacer nada mas que esperar el acontecimiento. Dentro de cinco dias el nucleo del Hamner-Brown habria pasado, siguiendo su camino hacia la extrana y fria region mas alla de los planetas...

O quiza habria finalizado su trayectoria al chocar con la Tierra.

Harvey hablaba consigo mismo en la intimidad de la ruidosa ducha.

«Tiene que haber algo, algo que yo pueda hacer. ?Que espero de todo esto? Si esa condenada y sucia bola de nieve acaba con las ventajas de la civilizacion y la industria de la publicidad... Bien, volveremos a las cosas basicas. Comer, dormir, pelear, beber y correr, no necesariamente por este orden. ?De acuerdo? De acuerdo.»

Harvey Randall se tomo el viernes libre. Llamo a la emisora para decir que no se encontraba bien, y tuvo la mala suerte de que Mark Czescu estuviera alli y atendiera la llamada.

—?Se trata de la fiebre del Martillo, Harv? —le pregunto Mark con evidente placer.

—Dejalo correr...

—Muy bien. Yo tambien he hecho unos planes. Ire con un par de amigos a un sitio tranquilo y seguro. Me olvide decirtelo. El martes de la semana que viene, cuando caiga del cielo la tarta helada, no estare aqui. ?Quieres que pasemos por tu casa cuando todo haya terminado?

Mark no obtuvo respuesta, porque Harvey Randall ya habia colgado el auricular.

Se dirigio a unos almacenes y efectuo cuidadosamente sus Compras, pagando con tarjetas de credito o cheques.

En un supermercado compro seis grandes trozos de carne para asar, que en conjunto pesaban doce kilos, la mitad de las existencias de vitaminas y especias y una considerable cantidad de bicarbonato de soda.

En una tienda vecina de alimentos para regimen compro mas vitaminas y especies envasadas, una respetable cantidad de sal y pimienta y tres molinillos de pimienta.

En el comercial de al lado adquirio un juego de buenos cuchillos de trinchar. Hacia tiempo que necesitaban cuchillos de cocina. Tambien compro una piedra de afilar y un afilador manual de hojas.

Hacia anos que deseaba poseer un equipo de herramientas, y aquel era el momento mas apropiado para adquirirlo. Mientras estaba en la ferreteria eligio algunas otras cosas. Piezas de plastico para reparaciones de fontaneria, cosas baratas que podria insertar en las tuberias de metal, servirian para un dia, si era necesario, y si no, valdria la pena tenerlas a mano. No habia en la tienda ningun hornillo portatil, pero el dependiente conocia a Harvey y le proporciono gustoso varias linternas que acababa de recibir, asi como lamparas a gas y bombonas de combustible.

En un establecimiento de licores se gasto ciento noventa y tres dolares en vodka, bourbon y whisky escoces, ademas de pequenos frascos de Grand Marnier, Drambuie y otros licores esotericos y caros. Lo cargo todo en la ranchera y luego fue en busca de botellas de agua mineral. Lo pago todo con tarjetas de credito. La mirada del dependiente fue como la del empleado de la ferreteria, reveladora de que comprendia la situacion.

Kipling, el perro, golpeaba su asiento con la cola.

—Estoy preparado para dar una gran fiesta —le dijo Harvey.

Al perro le gustaba salir con su amo, aunque no lo lograba con frecuencia. Observaba como Harvey iba de una tienda a otra, entraba en farmacias para comprar somniferos y mas vitaminas, yodo, pomadas para primeros auxilios y las ultimas vendas que quedaban, volvia al colmado para adquirir comida canina y luego entraba en la drogueria y salia cargado de jabon, champu, dentifrico, cepillos de dientes, crema para la piel, locion bronceadura...

—?Donde paramos? —pregunto Harvey. El perro le lamio la cara—. Tenemos que parar en alguna parte. Dios mio, nunca pense mucho en las bendiciones de la civilizacion antes de ahora, pero hay montones de cosas de las que no quisiera prescindir.

Llevo las compras a casa y luego bajo de nuevo la colina para recoger el furgon en el taller del mecanico que solia revisarlo. Si Harvey no hubiera sido un cliente muy antiguo y valioso, no le habrian aceptado su vehiculo para ajustarlo, cambiarle el aceite, engrasarlo y hacerle una revision general. El garaje no aceptaba nuevos encargos durante toda la semana, y habia docenas de coches esperando para revisiones de ultima hora.

Harvey recogio el vehiculo y lleno de combustibles sus dos depositos. Lleno tambien los depositos adicionales que el furgon llevaba incorporados, pero para hacerlo tuvo que recorrer tres estaciones de servicio. Aunque no era oficial, se habia establecido el racionamiento de gasolina en toda la cuenca de Los Angeles.

Despues de almorzar, Harvey se aplico a la dura tarea. Primero tuvo que convertir el monton de carne que habia comprado en finos filetes. Los nuevos cuchillos le ayudaron, pero cuando llego la noche tenia los brazos agarrotados y la tarea aun no habia concluido.

—Necesitare el horno electrico para los proximos tres dias —le dijo a Loretta.

—Ese cometa va a chocar con nosotros —dijo ella con firmeza—. Lo sabia.

—No. Las probabilidades son de centenares o millares contra una a que eso no suceda.

—Entonces, ?a que viene todo eso? Tengo la cocina totalmente cubierta de filetitos de carne.

—Por si acaso —dijo Harvey—. Esa carne se conserva, y si nosotros no la consumimos, Andy puede utilizarla para sus excursiones.

Harvey volvio al trabajo.

La forma mas facil de preparar tasajo de carne no es la empleada por los indios. Estos utilizaban fuego lento, o el sol del verano, y su control de calidad era deficiente. Resultaba mucho mejor usar un moderno horno electrico, dejando en el los finos filetes de carne durante veinticuatro horas, a la temperatura justa. La carne se cuece y reseca. Una buena tira de tasajo es seca como un hueso y lo bastante dura para matar a uno si se afila un extremo. Se conserva practicamente para siempre.

El tasajo es una dieta demasiado limitada para mantenerle a uno vivo de manera indefinida. El tiempo puede prolongarse mucho con complementos de vitaminas, pero aun asi la dieta sigue siendo inadecuada. ?Como resolver el problema? Si el Martillo caia, el aburrimiento no figuraria entre las principales causas de muerte...

Harvey disponia de maiz a medio moler para aportar los hidratos de carbono. Al parecer, nadie en Beverly Hills habia pensado en eso, aunque se encontraba en varias tiendas. Tambien habia conseguido un saco de harina de maiz; la harina de trigo y centeno estaba totalmente agotada.

Con la grasa de la carne preparo pemican, mezclandolo con la poca azucar que habia en la casa, sal, pimienta y un poco de salsa de Worcestershire para darle un toque aromatico. Luego cocio la preparacion, conservando la grasa desprendida para preparar mas pemican, a fin de utilizarlo para el tocino. El tocino cubierto con grasa y resguardado del aire se mantenia mucho tiempo antes de volverse rancio.

Una vez realizadas todas estas operaciones, Harvey decidio que ya era suficiente en cuanto a la comida. Ahora debia ocuparse del agua. Se dirigio a la piscina, que habia empezado a vaciar la noche anterior. Casi se habia secado, y empezo a llenarla de nuevo. Esta vez no contendria cloro. Mientras se llenaba, coloco la cubierta para evitar que cayeran hojas y suciedad al agua.

Penso que beber toda aquella agua requeriria bastante tiempo. Disponia tambien del contenido del calentador para un momento dado, y... Busco en el garaje hasta encontrar varias botellas viejas de plastico. Algunas habian contenido liquido blanqueador y todavia olian a el. Perfecto. Harvey las lleno sin lavarlas primero. Las otras las lavo cuidadosamente. Aunque el agua de la piscina se agotara, aun dispondrian de un poco mas.

Comer, beber. ?Que venia ahora? Dormir. Eso no constituia un problema. Harvey Randall nunca tiraba nada y, ademas del saco de dormir adosado a su mochila, disponia de un saco de dormir militar, de los utilizados bajo temperaturas articas, otro saco de verano, varios forros de saco, el saco que Andy ya no utilizaba e incluso el que compro cuando Loretta fue en aquella unica ocasion de excursion con el. Cogio todos aquellos sacos y los colgo en el tendedero, para que los secara el calor del sol. Era el sistema de energia solar mas sencillo y eficaz conocido por el hombre: colgar la ropa para que se seque al aire libre en vez de utilizar un secador a gas o electrico. Naturalmente, era algo que no hacian muchos «conservacionistas». Estaban demasiado ocupados predicando la conservacion. Harvey se dijo que era injusto al pensar asi, y se pregunto por que lo hacia.

Porque le habia atacado la fiebre del Martillo, y su esposa lo sabia. Loretta creia que se habia vuelto loco, y ademas la estaba asustando. Estaba convencida de que el pensaba que el cometa chocaria. Y cuanto mas se

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