ochenta kilometros por segundo. Descubrir desviaciones laterales era todavia mas dificil.

—Viene directamente hacia nosotros —informo Baker.

—Sin duda habra algun movimiento lateral —dijo la voz radiofonica de Dan Forrester.

—Si, pero no es medible —replico Rick Delanty—. Mire, doctor, le hemos dado cuanto hemos podido. Tendra que bastar con eso.

—Lo siento —dijo Forrester en tono de disculpa—. Se que estan haciendo cuanto pueden. Lo que ocurre es que resulta dificil trazar la proyeccion sin datos mejores.

Tras aquel intercambio, tuvieron que dedicar cinco minutos a alisar las plumas arrugadas de Forrester y asegurarle que no estaban enfadados con el.

—Hay momentos en que los genios me vuelven loco —dijo Johnny Baker.

—Eso es facil de solucionar —comento Delanty—. Dale solo lo que quiere. Ya ves que no se queja de mis observaciones.

—Vete a freir esparragos —dijo Baker.

Delanty le miro con fingida perplejidad.

—?De donde voy a sacarlos? —Se acerco a Baker—. Toma, yo apretare los botones y tu lee las cifras.

Cuando finalizaron las observaciones de la manana y dispusieron de unos momentos de descanso, Pieter Jakov carraspeo un poco.

—Hay algo que me intriga —les dijo—. Hace mucho tiempo que quiero preguntarlo, pero, por favor, no lo tomen en un sentido equivocado.

Johnny se dio cuenta de que Pieter habia esperado a que Leonilla hubiera entrado en el Soyuz y cerrado la escotilla.

—Adelante.

La mirada de Pieter se fijo alternativamente en los dos americanos.

—Nuestros periodicos nos dicen que en America los negros estan por debajo de los blancos, que los blancos dominan a los negros. Pero ustedes parecen entenderse muy bien. Lo dire sin ambages: ?son ustedes iguales?

Rick solto un bufido.

—Que va. El tiene mas graduacion que yo.

—Pero, ?y si no fuera asi? —sugirio Pieter.

La expresion de Rick habria parecido bastante seria a cualquiera que no fuera americano.

—General Baker, ?puedo ser tu igual?

—?En? Oh, claro, Rick, puedes ser mi igual. ?Por que no me lo dijiste antes?

—Bueno, ya sabes, es un tema delicado.

Por la expresion de Jakov parecia que estaba a punto de echarse a reir. Antes de que pudiera hacerlo, Johnny le pregunto:

—?De veras le interesa una conferencia sobre relaciones raciales?

—Si, por favor.

—?Como mea Leonilla cuando vuela en caida libre?

—Humm. Ya veo...

—?Que es lo que ves? —pregunto Leonilla, que aparecio a traves de la doble escotilla.

—Es una discusion sin importancia —dijo Johnny—. No intervienen secretos de Estado.

Leonilla se sujeto a un pasamanos y observo a los tres hombres. John Baker tecleaba numeros en un ordenador programable manual, Pieter Jakov sonreia de oreja a oreja, observando lo que hacia su companero con aparente admiracion... pero los tres tenian la expresion irritante de quien guarda un secreto.

—Desde luego teneis muy buen equipo —dijo el cosmonauta—. Pocas cosas podemos hacer en el espacio mejor que vosotros.

Delanty parecia tener problemas respiratorios. Baker intervino con rapidez.

—Oh, este computador de bolsillo no es de la NASA. Es mio.

—Vaya. ?Es un instrumento caro?

—Doscientos pavos —dijo Baker—. En rublos es mucho dinero, pero no tanto si lo traduces en tasa de productividad. Puede que baste con el semanal de un trabajador medio, y sera menos caro para alguien que realmente tenga que utilizarlo.

—Si tuviera el dinero, ?cuanto tardaria en conseguir uno? —pregunto Leonilla.

—Unos cinco minutos —respondio Baker—. Alla abajo, en una tienda. Aqui no seria tan facil.

Ella se echo a reir.

—Me referia abajo. ?Puede comprarse eso en las tiendas?

—Si tienes el dinero, o un buen credito, o aunque el credito no sea tan bueno —dijo Baker—. ?Por que? ?Le interesa uno? Encontraremos la manera de conseguirselo. ?Usted tambien quiere uno, Pieter?

—?Podrian arreglarlo?

—Claro, no hay problema. Llamare al encargado de relaciones publicas de Texas Instruments. Les regalaran un par de ordenadores manuales, para publicidad. Eso les ayudara a vender mas. ?O preferirian un Hewlett-Packard? Utilizan una clase distinta de notacion, pero son rapidos...

—Eso es lo que me confunde —dijo Pieter—. Dos empresas, dos rivales diferentes que fabrican un equipo tan bueno. Es una perdida.

—Tal vez sea una perdida —dijo Rick Delanty—, pero yo puedo llevarle a cualquier tienda de aparatos electronicos del pais y comprar uno.

—No hablemos de politica —advirtio Johnny Baker.

—No se trata de politica.

Se hizo un pesado silencio. Pieter Jakov se deslizo hacia la terminal, con su teclado y su pantalla lectora. Paso cuidadosamente una mano sobre el aparato.

—Es tan precisa, tiene tal complejidad electronica... Es un verdadero placer trabajar con su maquinaria americana. —Hizo un gesto que abarcaba el laboratorio espacial, los recipientes de cristal esmerilado, las camaras, radares y grabadoras—. Es sorprendente lo que hemos aprendido en esta breve mision, gracias a su equipo. Creo que tanto como en cualquiera de nuestro vuelos Soyuz anteriores.

—?Tanto? —dijo Leonilla Malik con un dejo de sarcasmo—. Mas. —Los tres hombres volvieron sus cabezas hacia ella—. Nuestros cosmonautas se limitan a volar en el aparato, como pasajeros, para demostrar que podemos enviar hombres al espacio y a veces hacer que vuelvan sanos y salvos. Para esta mision no hemos podido contribuir con nada mas que alimentos, agua y oxigeno...

—Alguien tenia que llevar el almuerzo —dijo Rick Delanty—. Estaba muy bien preparado.

—Si, pero eso es todo lo que hemos aportado. Una vez tuvimos un programa espacial...

Jakov la interrumpio hablando velozmente en ruso. Ni Johnny ni Rick podian seguirle, pero era evidente lo que decia.

Ella respondio con un monosilabo breve y brusco, y prosiguio:

—La base del marxismo es la objetividad, ?no es asi? Es el momento de ser objetivos. Una vez tuvimos un programa espacial. ?Sergei Korolev fue un genio tan grande como cualquier otro que haya existido! Pudo haber convertido nuestra actividad espacial en el mayor instrumento de conocimiento en el mundo, pero aquellos locos del Kremlin querian espectaculos. Kruschev ordeno que se hicieran numeros de circo para avergonzar a los americanos, y en vez de desarrollar nuestras capacidades ofrecimos al mundo juegos malabares. Fuimos los primeros en poner tres hombres en orbita, a base de eliminar todos los instrumentos cientificos e introducir a duras penas un tercer hombre, un hombre muy pequeno, en una capsula construida para dos, para una orbita. ?Juegos de circo! Pudimos ser los primeros en la Luna, pero ahora todavia tenemos que ir ahi.

—?Camarada Malik!

Ella se encogio de hombros.

—?Se trata acaso de algo nuevo? No, creo que no. Dimos nuestros espectaculos y agotamos nuestras oportunidades para ocupar los titulares de los periodicos, y hoy el mejor piloto de la Union Sovietica no puede ensamblar su nave espacial en un objetivo del tamano de una comoda dascha. Y usted se ofrece para darnos, regalarnos como publicidad, algo que los mejores ingenieros de la Union Sovietica no pueden fabricar o comprar por si mismos.

—Eh, no tenia la intencion de molestarla —dijo Johnny Baker.

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