en sabanas.

Alim no se lo habia llevado todo, pero no importaba. Al menos estarian bien cubiertos hasta que todo aquello pasara.

Alim cogio una radio y un tostador y siguio a los otros. La luz del dia le hizo parpadear. Gay estaba en la parte trasera del camion, ajustando el toldo. Harold puso en marcha el motor. Todo iba bien. Alim se detuvo ante la puerta abierta del vehiculo y echo un vistazo al camino.

Vio un arbol alto entre el cesped que arrojaba dos sombras alargadas. Y un arbol mas pequeno tambien tenia dos sombras. Miro al suelo y vio sus dos sombras, una de ellas moviendose. Alzo la vista y vio un segundo sol que caia del cielo y se ocultaba tras la colina. Parpadeo. Cerro los ojos con fuerza y vio una intensa luminosidad violeta.

Subio al camion. Mientras bajaban por el sendero conecto la radio.

—Atencion, Jackie, atencion, Jackie. Maldito hijo de perra, ?contesta!

—?Quien es? ?Alim Nassor?

—Si. ?Lo has visto?

—Si he visto, ?que?

—El cometa, ?El Martillo de Dios! Le he visto caer. ?He visto como cruzaba el cielo ardiendo, hasta que se estrello! Jackie, escucha bien, porque estos cacharros no van a funcionar dentro de un momento. El cometa ha chocado. Todo ha sido verdad, y tenemos que reunimos.

—Alim, debes haber encontrado algo especial. ?Coca, tal vez?

—Es cierto, Jackie. El mundo ha sido golpeado. Habra terremotos y mareas inmensas. Llama a todo el mundo y diles que nos encontraremos... en la cabana cerca de Grapevine. Tenemos que permanecer juntos. No nos ahogaremos porque estamos a mucha altura, pero tenemos que reunimos.

—Alim, esto es una locura. Todavia he de ir a dos casas, hemos recogido un monton de material, ?y que me dices que ha llegado el fin del mundo?

—?Llama a alguien, Jackie! ?Alguien tiene que haberlo visto! Mira, tengo que llamar a los demas mientras todavia funciona la radio.

Alim cerro la comunicacion. Todavia estaban en el camino. El rostro de Harold habia adquirido un matiz ceniciento.

—Yo tambien lo he visto. George... Alim, ?crees que estamos demasiado altos para ahogarnos? No quiero ahogarme.

—Estamos tan altos como es posible. Tenemos que bajar antes de llegar a Grapevine. Muevete, Harols. Tenemos que pasar por la zona baja antes de que llueva demasiado.

Harold acelero. Alim conecto la radio. ?Estaban realmente demasiado altos para ahogarse? ?Habia alguien, en alguna parte?

EL MARTES DEL PORTENTO: UNO

Corri hacia la roca para ocultar mi rostro, pero la roca grito: ?No hay lugar para ocultarse! No hay lugar para ocultarse aqui abajo...

Las cumbres de las montanas Santa Monica eran sitio adecuado para vivir. Las tiendas estaban muy lejos. Trasladarse por carretera constituia una aventura. Los caminos eran casi verticales en algunos puntos. Sin embargo, habia muchas casas alli arriba que, desde luego, no eran la consecuencia directa del exceso de poblacion. El exceso de poblacion dio lugar a la formacion de las ciudades.

El panorama desde lo alto, el lunes por la noche, era increible, unico. En uno de los lados, Los Angeles se extendia a partir de la falda de la montana. Al otro lado estaba el valle de San Fernando. De noche las ciudades se convertian en alfombras de luces multicolores que se extendian hasta el infinito. Las autopistas eran rios de luz moviendose entre mares luminosos. Parecia como si el mundo entero se hubiera convertido en ciudad.

Pero en las cumbres habia tambien lugares vacios. Mark, Frank y Joanna dejaron la carretera de Mulholland al caer el sol y subieron sus motocicletas por la falda de una colina. Acamparon en una zona rocosa, desde donde no se veian los automoviles en su interminable ir y venir, a cierta distancia de las casas a ambos lados. Frank Stoner dio una vuelta por la cumbre de la colina, miro las vertientes a ambos lados e hizo un gesto de asentimiento. Alli no se podia construir. Habia demasiado peligro de corrimiento de tierras. No es que importara para nada la razon por la que nadie habia construido alli una casa, pero a Frank Stoner no le gustaba dejar las preguntas sin respuesta. Regreso al lugar donde Joanna y Mark estaban montando el hornillo portatil.

—Puede que tengamos unos vecinos nerviosos —dijo Frank—. Cenemos mientras hay luz todavia. Cuando oscurezca no encenderemos linternas ni fuegos.

—No veo por que... —empezo a decir Mark.

Joanna le interrumpio con un tono de impaciencia.

—Mira, estas casas estan muy alejadas de la comisaria mas proxima. Si se dan cuenta de que hay alguien merodeando cerca de sus casas lo mas seguro es que se pongan nerviosos, y no queremos pasar la vigilia del martes del acontecimiento en la comisaria de Malibu.

La muchacha volvio a la lectura de las instrucciones en los paquetes de alimentos congelados que habian llevado consigo. No era una buena cocinera, pero si dejaba que Mark se encargara de la comida, el lo haria a su manera, que podria ser buena o mala, segun su estado de animo. Si seguia las instrucciones era seguro que prepararia al menos algo comestible, y estaba hambrienta.

Miro a los dos hombres. Frank Stoner era mucho mas alto que Mark, un hombre robusto, fuerte, fisicamente atractivo. Joanna habia tenido antes aquella sensacion. Seria muy bueno en la cama.

No era la primera vez que sentia aquello, pero hasta entonces no habia pensado que se habia equivocado de hombre al unirse a Mark. Aquella idea la dejo perpleja. Vivir con Mark era muy divertido. No sabia si estaba enamorada de Mark, porque no estaba segura de que era el amor, pero se entendian en la cama y no se enfadaban con frecuencia. ?Por que pues aquella subita atraccion por Frank Stoner?

Vacio la lata de carne en una cacerola y sonrio, oculta a las miradas de los hombres. Querrian saber que le hacia sonreir, y ella no queria explicarlo. Si ella misma se preguntaba por que Frank Stoner le hacia tilin...

Pero la cuestion le tenia preocupada. Joanna habia recibido una buena educacion, gracias a sus padres de clase media alta. No la utilizaba mucho, pero al menos gracias a aquella educacion sentia una considerable curiosidad, sobre todo por la gente, incluida ella misma.

—Esto es casi perfecto —dijo Mark.

Frank hizo un grunido de desaprobacion.

—?No? ?Por que no? —pregunto Mark. El habia elegido aquel lugar y estaba orgulloso de su eleccion.

—Es mejor el desierto Mojave —dijo Frank en tono distraido. Tendio en el suelo su saco de dormir y se sento sobre el—. Pero esta demasiado lejos para ir por nada. Con todo... Estamos sobre una mala capa.

—?Una capa? —pregunto Joanna.

—Es una capa tectonica —dijo Mark—. Ya sabes, los continentes flotan encima de las rocas fundidas del interior de la tierra.

Frank escuchaba en silencio. No habia motivo para corregir a Mark. El Mojave era desde luego un sitio mejor. Se encontraba en la plataforma norteamericana. Los Angeles y la Baja California estaban situadas en otra. Ambas se unian en San Andreas Fault, y si el Martillo golpeaba alli, San Andreas se convertiria en un infierno. Haria que ambas plataformas temblaran, pero en la norteamericana tendria menor repercusion.

De todos modos, solo se trataba de un ejercicio. Frank habia preguntado al JPL, y las probabilidades de que el Martillo chocara con la Tierra eran escasas. Habia mas peligro en las autopistas. Aquella acampada era un ejercicio de entrenamiento, pero cuando Stoner hacia algo lo hacia bien. Estaba en su naturaleza. Habia hecho que Joanna llevara su propia moto, aunque ella preferia montar detras de Mark. Frank insistio en que llevaran las tres, por si perdian una.

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