Las aguas se remontan a lo largo de la costa occidental de Florida; entonces se derraman sobre la tierra, arrastrando con ellas el suelo arenoso. Dejan tras ellas limpios canales, una miriada de pasillos desde el Golfo hasta el Oceano Atlantico. La corriente del Golfo sera mas fria y mucho mas estrecha en los siglos venideros.

Las aguas que cruzan Florida son caprichosas. Una ola secundaria se une al cuerpo principal de agua en su veloz carrera, elevandolo aun mas; en otro lugar, una ola muere dejando indemnes partes de la marisma de Okefenokee. La Habana y los cayos de Florida desaparecen al instante. Miami disfruta de una hora de tregua hasta que las olas del Atlantico producidas por los choques de varios fragmentos del cometa se encuentran con las veloces olas del Golfo, las superan y se estrellan contra las ciudades orientales de Florida.

Las aguas del Atlantico se vierten en el Golfo de Mexico, a traves de los recien formados canales que cruzan Florida. La cuenca del Golfo no puede contener todo ese caudal, y las aguas, una vez mas, fluyen hacia el oeste y el norte, a traves de las tierras ya anegadas. Una ola invade el rio Mississippi, y eleva su caudal a 12 metros por encima del nivel normal cuando pasa por Memphis, Tennessee.

Fred Lauren habia pasado toda la noche junto a la ventana, entre cuyos barrotes podia ver el cielo. Despues de fotografiarle y tomarle las huellas dactilares, le habian dejado solo en una celda. A mediodia sera trasladado a la prision de Los Angeles.

La prision de Los Angeles... Fred se echo a reir. A mediodia ese centro penitenciario habria desaparecido. Ni siquiera existiria ya la ciudad de Los Angeles. No tendrian oportunidad de encerrarle en una carcel junto con otros reclusos. Ahuyento los recuerdos de sus anteriores estancias carcelarias y penso en algo mas agradable.

Recordo a Colleen. Fue a visitarla llevandole regalos. El solo queria hablar. La muchacha se asusto, pero Fred entro en el apartamento antes de que ella pudiera impedirselo. Los regalos eran muy bonitos, tanto que Colleen le dejo quedarse junto a la puerta mientras ella, al otro lado de la habitacion miraba las joyas, los guantes y los zapatos rojos, preguntandose como sabia sus medidas, y el se lo dijo.

Fred hablo y hablo, y al cabo de un rato gano la confianza de la chica y ella le permitio que se sentara. Le ofrecio una copa y hablaron mas, y ella vacio tres veces su vaso. Le complacia que aquel hombre supiera tantas cosas de ella. Naturalmente, Fred no menciono el telescopio, pero le dijo como sabia donde trabajaba, donde compraba y lo bonito que era...

Fred no queria recordar el resto. Colleen acabo bebiendo demasiado y le dijo que, aunque acababan de conocerse, le parecia que se conocian desde hacia mucho tiempo y que, desde luego, el la conocia bien aunque ella no lo habia sabido, y le pregunto si queria quedarse...

Una golfa, como todas. Una golfa. O puede que no lo hubiera sido, que realmente le encantara su compania. Si, pero, ?por que se habia reido y despues habia gritado, diciendole que se marchara cuando...?

—?No!

Fred siempre se detenia al llegar a ese recuerdo. Miro el cielo. El cometa estaba alli. Su cola brillaba en el firmamento tal como habia visto en las ilustraciones de las revistas de astronomia, y cuando llego el alba a aquel cuadradito de cielo que Fred podia ver a traves de la ventana de su celda, los jirones del cometa seguian presentes entre las nubes, y abajo, en la calle, la gente iba de un lado a otro, inconsciente de lo que aquello significaba. ?No lo sabian, los muy estupidos?

Se abrio la puerta de la celda y le dejaron el desayuno. Los carceleros no querian hablarle. Todo el mundo le miraba sin disimular su repugnancia...

Lo sabian, lo sabian. Los medicos forenses debian haberla examinado y sabian que no habia sido violada, que el no pudo hacerlo, que lo intento pero no pudo, y ella se reia, se reia... El sabia como hacerlo, pero no quiso, y ella volvio a reirse y el la mordio hasta hacerla gritar. ?Y entonces pudo hacerlo, pero ella siguio gritando; impidiendoselo!

Tenia que dejar de pensar, antes de que recordara la forma del cuerpo sobre la cama. Los polis le habian obligado a mirarla. Uno de ellos le cogio la mano y le doblo los dedos hasta que, contra su voluntad, tuvo que abrir los ojos y mirar. Pero ?no comprendian que el la queria y que no habia sido su intencion...?

Entre las aberturas de la linea de casas, al otro lado de la calle, el cielo brillaba de un modo extrano. El brillo estaba localizado a la izquierda, hacia el lejano suroeste. El brillo se extinguio en seguida, pero Fred sonrio. Habia sucedido. Ahora el fin estaba cercano.

—Eh Charlie —dijo una voz desde el exterior, la voz de un hombre borracho—. ?Charlie!

—?Que quieres? —pregunto el guardian.

—?Que diablos ha sido eso? ?Estan rodando una pelicula por ahi?

—No se de que me hablas. Preguntale al maniaco sexual. Su celda esta orientada al oeste.

—Eh, maniaco sexual...

De repente, las paredes y el suelo se agitaron furiosamente. Fred salio despedido... Extendio los brazos para evitar que la pared le machacara la cabeza. Las piedras le golpearon los brazos y Fred chillo. Sintio un dolor insoportable en el codo izquierdo.

El suelo parecio estabilizarse. La carcel estaba solidamente construida, y habia resistido el fuerte temblor de tierra. Fred movio el brazo izquierdo y gimio. Ahora se oian los gritos de otros presos. Los quejidos de uno de ellos eran de agonia. Debia haberse caido desde la litera mas alta. Fred ignoro los gritos y lamentos y regreso a la ventana. Estaba poseido por el miedo. Que era aquello?

El cielo se habia cubierto de nubes, que avanzaban velozmente, se agitaban de un modo caotico, se formaban y desvanecian para formarse de nuevo y avanzar hacia el noroeste. Una formacion de nubes mas bajas, mas lentas y estables empezo a moverse hacia el sur y el oeste. Aquello no era lo que Fred habia esperado. El se habia preparado para presenciar una oleada de fuego. Pero el dia de la condenacion parecia tomarse las cosas con calma.

El cielo se oscurecio. Ahora todas las nubes eran negras, se revolvian y agitaban, brillaban con un continuo relampagueo. El viento y los truenos aullaban mas que los presos.

El fin del mundo llego con una luz cegadora y un simultaneo estampido de truenos.

Fred se encontro de subito en el suelo. El codo le dolia intensamente. Penso que un rayo habia caido en la carcel. El corredor estaba a oscuras, todo estaba envuelto en tinieblas, de modo que la vision solo era posible cuando restallaban los relampagos, como las luces estroboscopicas de una discoteca.

Charlie recorria el bloque de celdas, con las llaves en la mano. Dejaba libres a los presos, uno tras otro. Abria las puertas, los presos salian y se marchaban por el corredor... Pero paso de largo ante la celda de Fred. Todas las celdas a cada lado del corredor estaban abiertas, menos la de Fred Lauren.

Fred grito, pero Charlie no le hizo caso. Sin volverse, avanzo entre las celdas hasta llegar a la puerta principal y desaparecer.

Fred se quedo solo.

Eric Larsen no miro a la derecha ni a la izquierda. Caminaba a grandes zancadas. Sorteaba muertos y heridos e ignoraba las suplicas de auxilio. Podria haber echado una mano pero avanzaba a impulsos de una terrible determinacion. La fria expresion de sus ojos y el arma que llevaba impedian que nadie se interpusiera en su camino.

No vio a otros policias. Apenas percibio a la gente a su alrededor, unos ayudando a los heridos, otros mirando desconsoladamente las ruinas de sus hogares, tiendas y almacenes, y otros corriendo sin rumbo. Ya nada importaba. Todos estaban condenados, lo mismo que Eric Larsen.

El joven patrullero podria haber subido a un coche e ir a las colinas. Vio que algunos coches pasaban velozmente por su lado. Vio a Eileen Hancock en un viejo Chrysler. Si se hubiera detenido, Eric podria haberse ido con ella, pero no lo hizo, y Eric se alegro, porque estaba resuelto a cumplir su proposito.

Pero, ?y si ya no fuera necesario, si estuviera perdiendo el tiempo? No habia forma de saberlo.

Penso que debio haber tomado un coche. Asi habria podido terminar con aquel asunto y tener aun una posibilidad de huida. Pero ya era demasiado tarde. Llego al edificio que albergaba la comisaria y la carcel municipal. Parecia desierto. Entro en la carcel. El cadaver de una mujer policia yacia bajo un enorme armario derribado. Eric no vio a nadie mas, ni vivo ni muerto. Siguio adelante, paso por detras de la sala donde se tomaba la filiacion a los detenidos y subio las escaleras. Las celdas estaban en silencio.

Habia perdido el tiempo. Alli no era necesario. Estaba a punto de bajar las escaleras cuando se detuvo. Ya que habia llegado hasta alli, tenia que asegurarse.

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