—Johnny —intervino Rick Delanty—, alla abajo habra gente convencida de que todo esto ha sido un complot de los rusos.

—Si, pero mas en el Sur y el medio Oeste que en California. Y el Este ha desaparecido. ?Que nos queda? Ademas, ten en cuenta que todos nosotros somos heroes. Los ultimos hombres del espacio. —Si trataba de convencerse a si mismo, no resultaba.

Leonilla y Pieter intercambiaron miradas. Hablaron entre si en voz baja.

—?Podeis imaginar lo que haria la KGB si aterrizaramos en una capsula espacial americana? —pregunto Leonilla—. ?Son tambien los americanos asi de estupidos?

Rick Delanty rio entre dientes.

—No estamos exactamente en el mismo barco. Yo no me preocuparia por el FBI, sino por los honrados y patrioticos ciudadanos...

Leonilla fruncio el ceno y no dijo nada.

—Bien —concluyo Rick—. ?A que viene tanta preocupacion? Nosotros vamos a aterrizar en una nave espacial sovietica con el simbolo de la hoz y el martillo y esas grandes letras CCCP...

—Es mejor que un simbolo marciano —dijo Johnny Baker.

Ninguno se rio. Rick tomo de nuevo la palabra.

—Diablos, si tuvieramos eleccion, no aterrizariamos en el mundo. Cabria pensar que la gente estara dispuesta a ayudarse despues de esto, pero yo lo dudo.

—Algunos si estaran dispuestos.

—Claro. Mira, Johnny, la mitad de la gente ha muerto, y el resto estara luchando por lo que quede para comer. El mal tiempo arruina las cosechas, ya lo sabes. Muchos de los supervivientes no resistiran otro invierno.

Leonilla se estremecio. Habia conocido gente que vivio a duras penas durante la epoca de hambre que siguio a la ascension de Stalin al trono de los zares.

—Pero si queda algo de civilizacion ahi abajo —dijo Rick Delanty—, alguien a quien le interese lo que hemos hecho, sera en California. Tenemos el material del cometa Hamner-Brown. La ultima mision espacial por...

—Por largo tiempo —concluyo Pieter.

—Si, y tenemos que salvar el material recogido. Eso tendra alguna importancia.

Pieter Jakov parecio aliviado, pues ya no habian mas elecciones dificiles.

—Muy bien. ?Hay centrales nucleares en California? Si. Tal vez habran resistido. La civilizacion se formara alrededor de la energia electrica. Ahi es donde deberemos ir.

Las comunicaciones del Mando Aereo Estrategico estan disenadas para resistir, han sido pensadas para operar incluso despues de un ataque atomico. No se tuvo en cuenta, al instalar los servicios de comunicaciones, la posibilidad de un desastre a escala planetaria, pero contienen tantos duplicados y sistemas paralelos que, incluso bajo el impacto del cometa, los mensajes pudieron emitirse.

El comandante Bennet Rosten escuchaba la charla que emitia el altavoz. La mayor parte de lo que decian no iba dirigido a el, pero escuchaba de todos modos. Si las comunicaciones se cortaban, el comandante Rosten disponia de sus propios misiles y, una vez agotados los plazos de tiempo reglamentarios, podria lanzarlos. Era mejor que supiera mas de lo necesario que demasiado poco.

—Atencion, atencion, ordenes de emergencia de guerra. A todos los mandos del MAE. —La voz del general Bambridge se oia mal a traves de las intensas interferencias. Rosten apenas podia entenderle—. El presidente ha muerto en un accidente de helicoptero. Repito, el presidente ha muerto en un accidente de helicoptero. No tenemos pruebas de un ataque enemigo contra Estados Unidos. No tenemos comunicacion con la autoridad superior.

—Por los clavos de Cristo —musito el capitan Luce—. ?Que hacemos ahora?

—Aquello para lo que nos pagan —dijo Rosten.

Las interferencias cubrieron la voz del locutor.

—...No tenemos informes de la oficina principal... Hay huracanes... repito... tornados.

—?Jesus! —exclamo Luce. Penso en su familia, en la superficie. En la base habia refugios. Millie seria lo bastante sensata para dirigirse a ellos. ?O no? Era la esposa de un miembro de las Fuerzas Aereas, pero era joven, demasiado joven, y...

—...la condicion sigue siendo roja, repito, la condicion sigue siendo roja. Cierro.

—Abriremos las tarjetas de objetivos —dijo Rosten.

Harold Luce asintio.

—Supongo que eso es lo mejor, jefe.

Tal como se habia entrenado para hacerlo, Luce anoto la hora en el registro. «Cumpliendo ordenes del comandante en jefe, las tarjetas de objetivos e interpretaciones han sido trasladadas a 1841 ZULU.» Luce uso sus llaves y luego giro el panel de comunicaciones. Saco un monton de tarjetas de IBM y las dejo sobre la consola. Las tarjetas no tenian indicacion alguna de lo que significaban, pero habia un libro de claves y podian interpretarlas. En circunstancias normales, ni Luce ni Rosten sabian a donde apuntaban sus misiles. Pero ahora, como era casi seguro que de ellos dependia exclusivamente el destino de los proyectiles, era mejor saberlo.

Paso el tiempo. La voz sono de nuevo:

—El Apolo informa de un lanzamiento de misiles sovieticos... Repito... Masivo... Quinientos misiles...

—?Los bastardos! —grito Rosten—. ?Malditos hijos de perra rojos!

—Calma, jefe. —El capitan Luce manoseo las tarjetas y el libro de claves. Miro el tablero de controles. Los misiles estaban todavia cerrados. No podian lanzarlos si no recibian ordenes desde el avion especial en que viajaba el mando.

—Espejo, aqui Rebote. ?Espejo, aqui Rebote. Tenemos mensajes del primer ministro sovietico. Los sovieticos afirman que han respondido a un ataque chino a la Union Sovietica con un lanzamiento de misiles. Los sovieticos solicitan ayuda a Estados Unidos contra el ataque chino que no ha sido provocado.

«A todas las unidades. Aqui Mando Aereo Estrategico. El Apolo informa que los misiles sovieticos se dirigen al Este. Repito... No... Por lo que sabemos...

—Atencion, comandantes de escuadras, aqui Espejo. No se ha producido un ataque sovietico contra Estados Unidos. Repito, ataque sovietico solo contra China, no contra Estados Unidos...

Los altavoces callaron. Luce y Rosten intercambiaron miradas. Luego miraron sus tarjetas de objetivos.

Cambiaron las luces de su tablero de control y un nuevo cronometro digital empezo a contar los segundos.

Pasadas cuatro horas, serian los duenos de sus propios pajaros.

Un punado de carbones ardientes desparramados por Mexico y el Este de Estados Unidos: los impactos del Martillo en tierra. Columnas de aire supercaliente ascienden hacia la estratosfera, arrastrando millones de toneladas de polvo y tierra vaporizados. Los vientos se abaten contra la columna de aire ascendente y, al encontrarse, producen media docena de gigantescas espirales que giran en el sentido de las agujas del reloj. En las espirales se forman remolinos que salen despedidos, convertidos en huracanes.

Sobre Mexico se forma un gigantesco huracan que se mueve hacia el Este, cruzando el Golfo, e incorpora energia calorifica del agua marina hirviente que cubre el lugar donde se produjo el impacto en el Golfo. El huracan se dirige al Norte, desde el mar a la tierra, originando tornados en su avance. Los vientos huracanados intensifican las inundaciones en el valle del Mississippi.

A medida que el aire humedo caliente se alza por encima de los oceanos, frios vientos bajan del Artico. A lo largo del valle de Ohio se forma un enorme frente. Nacen tornados, se liberan y desparraman. Cuando el frente pasa, se forma otro, y otro mas detras de el, liberando centenares de tornados que abaten su furia contra las ruinas de las ciudades. Los frentes se mueven hacia el Este. En el Atlantico se forman mas, y sobre Europa, y a traves de Africa.. Densas nubes cargadas de lluvia cubren la Tierra.

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