—Oye, ?quieres preguntar si alguien puede llevarme a la ciudad? Se me averio la camioneta.

—Lo siento. Tenemos que ahorrar la gasolina para emergencias.

Pero ?en que estaba pensando aquel tipo? Harry sintio un acceso de colera, pero se refreno.

—Bueno, asi es la vida. ?Podrias darme un bocadillo por lo menos?

—Ni hablar. Se acerca una era de hambre. Tenemos que pensar en nosotros mismos.

—No te entiendo. —A Harry empezaba a caerle mal la sonrisa de Tony.

—El Martillo ha caido —dijo Tony—. El Sistema ha sucumbido. Se acabo la mili, se acabaron los impuestos, se acabaron las guerras. Nadie mas ira a la carcel por fumar hierba. Ya no sera necesario elegir entre un chorizo y un idiota como presidente del pais. —Tony seguia sonriendo bajo su sombrero informe y calado—. Tampoco habra mas dias de reparto de basura. ?Crei estar borracho cuando vi un cartero en la puerta!

Harry penso que Tony realmente estaba borracho. Intento soslayar el asunto.

—Oye, ?podrias llamar a Hugo Beck? Dile que venga aqui.

—Lo intentare.

Harry observo a Tony mientras esta entraba de nuevo en la casa. Se pregunto si habria alli alguien vivo. Tony nunca le habia parecido un tipo peligroso, pero... si volvia a salir con un rifle, Harry echaria a correr como un gamo.

Salio media docena de muchachos. Una chica vestia equipo de lluvia; el resto parecian ataviados para ir a nadar. Tal vez aquello era juicioso. Nadie podia esperar permanecer seco con aquel tiempo. Harry reconocio a Tony, Hugo Beck y la muchacha de anchos hombros y caderas no menos anchas que se hacia llamar Galadriel, y un gigante silencioso cuyo nombre no habia logrado retener. Se reunieron junto a la puerta, al parecer sumamente divertidos.

—Bueno, ?a que viene todo esto? —pregunto Harry.

Gran parte de la grasa de Hugo Beck se habia transformado en musculo en los ultimos tres anos, pero aun asi no tenia aspecto de granjero. Tal vez se debia a las caras sandalias y el gastado traje de bano, o quiza a la forma en que se apoyaba indolentemente en la puerta, en la misma actitud que adoptaba el escritor Jason Gillcuddy para apoyarse en su barra de bar, dejando una mano libre para gesticular.

—Mira, chico —dijo Hugo—, por fin cayo el cometa. Puede que seas el ultimo cartero que veamos jamas. Considera lo que eso significa. No habra mas anuncios para comprar cosas que no te puedes permitir. No habra mas amistosos recordatorios de Hacienda para que pagues lo que les debes. Deberian tirar ese uniforme, Harry. El Sistema ha muerto.

—?El cometa choco con la Tierra?

—Exacto.

—Hummm.

Harry no sabia si creerle o no. Se habia hablado de aquello... pero un cometa no era nada. Polvo sucio iluminado por la luz no filtrada del sol, muy bonito cuando uno lo veia desde una colina con la apropiada chica al lado. Pero ?y la lluvia? ?Por que llovia de aquel modo?

—Humm. ?Asi que soy miembro del Sistema?

—Eso que llevas es un uniforme, ?no? —dijo Beck, y los demas se echaron a reir.

—Alguien debio decirmelo —dijo Harry bajando la vista—. Bueno, no podeis darme de comer ni llevarme...

—Se acabo la gasolina, tal vez para siempre. La lluvia va a destrozar la mayor parte de los cultivos. Eso esta a la vista, Harry.

—Si. ?Puedes prestarme un hacha durante un cuarto de hora?

—Tony, dale el hacha.

Tony troto hacia la granja.

—?Que vas a hacer con ella? —pregunto Tony.

—Cortar las raices de mi baston.

—?Y luego que haras?

No tuvo que responder, porque Tony regreso con el hacha. Harry se puso manos a la obra, observado por los inquilinos del Shire. Finalmente, Hugo volvio a preguntarle:

—?Que vas a hacer?

—Entregar el correo —respondio Harry.

—?Por que? —pregunto una fragil y bonita chica rubia—. Se acabo todo, hombre. Se acabaron las cartas al diputado de tu demarcacion, y los envios del Playboy. Se acabaron los impresos para pagar la renta o... o las instrucciones para votar. ?Eres libre! ?Quitate el uniforme y baila!

—Ya tengo frio, y me duelen los pies.

—Toma, dale una calada —dijo el gigante silencioso, alargandole un grueso cigarrillo de hechura casera a traves de los barrotes de la puerta, y protegiendolo con el sombrero de Tony. Harry observo las expresiones de desaprobacion de los demas, pero no dijo nada y acepto el obsequio, resguardandolo con su propio gorro mientras lo encendia y aspiraba.

?Tal vez cultivaban alli marihuana? Harry no hizo preguntas, pero...

—Tendreis problemas para conseguir papel de fumar.

Los muchachos intercambiaron miradas. No se les habia ocurrido.

—Sera mejor que conserveis las ultimas cartas. No habra mas dia de reparto de basura. —Harry devolvio el hacha a traves de los barrotes—. Gracias. Y gracias tambien por la calada.

Cogio el palo debidamente podado. Pesaba menos y estaba mejor equilibrado. Se echo la saca del correo al hombro.

—El correo es el correo. Nada puede impedir su entrega, ni la lluvia, ni el aguanieve, ni el calor del dia, ni las tinieblas de la noche, etcetera... Esta en el reglamento.

—?Y que dice el reglamento sobre el fin del mundo? —pregunto Hugo Beck.

—Creo que es eventual. Me voy a repartir el correo.

EL CARTERO: DOS

Entre las deficiencias comunes a los servicios postales italiano y norteamericano pueden citarse:

ineficiencia y retrasos en las entregas

organizacion anticuada

escaso rendimiento del personal y salarios bajos

elevado indice de huelgas

deficit economico muy elevado

Roberto Vacca, La proxima Edad Oscura

Carrie Roman era una viuda de edad mediana con dos hijos corpulentos que tenian la edad de Harry y le doblaban en tamano. Carrie era casi tan grande como ellos. Tres gigantes joviales, habitantes de una de las casas en las que Harry se detenia para tomar cafe. En una ocasion llevaron a Harry a la ciudad, para informar de una averia que habia sufrido la camioneta postal.

Cuando Harry llego a la puerta de los Roman se sentia optimista.

Naturalmente, la puerta estaba cerrada con candado, pero Jack Roman habia instalado un timbre para avisar a la casa. Harry lo pulso y espero.

La lluvia seguia cayendo, sin pausa, inexorable. Harry penso que si el agua empezara a brotar del suelo, ni lo notaria. La lluvia se habia convertido en el principal elemento del ambiente.

?Donde estarian los Roman? Cayo en la cuenta de que no tendrian electricidad. Para asegurarse, oprimio el timbre una vez mas.

Por el rabillo del ojo vio a alguien agachado, que habia salido de detras de un arbol. La figura solo fue visible un instante, pues los arbustos la ocultaron, pero Harry observo que llevaba algo, como una pala o un rifle, y

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