—Poniendolo todo en perspectiva. Los alienigenas, mi cancer, la Tierra, todo.

—Esto esta bien.

—Apuesta a que si. Mantiene mi mente lejos del resto de toda esta locura —se golpeo el pecho y el abdomen con la mano—. Incluso puede que resulte util, en algun momento…

—Me gustara saber sobre ello —dijo Arthur.

Harry asintio.

—Lo sabras. Pero no ahora. La cosa todavia no ha cuajado.

29

15 de noviembre

El taxi azul y blanco rugio y se bamboleo por la serpenteante carretera que ascendia la ladera de la colina a una tremenda velocidad y eficiencia. Samshow permanecia sentado rigido en la parte de atras, inclinandose a uno y otro lado contra las curvas, preguntandose si no hubiera debido rechazar la invitacion cuando habia tanto trabajo por hacer. Afuera, la jungla nocturna pasaba velozmente por su lado, interrumpida de tanto en tanto por las iluminadas entradas a senderos particulares y por las fantasmales casas que flotaban encima de la ladera. Mas abajo, visible ocasionalmente por entre los arboles, se extendia el brillante joyero que era Honolulu.

Sand le habia dicho que habria gente interesante en la fiesta. El habia pasado delante hacia dos horas. El Glomar Descubridor habia atracado en Pearl Harbor aquella manana, y la invitacion de Gina Fusetti habia llegado por telefono a las diez. La senora Fusetti, esposa del profesor de fisica de la Universidad de Hawai Nathan Fusetti, era conocida en todo el Pacifico por sus fiestas.

—No podemos rechazar su invitacion —habia dicho Sand—. Ademas, necesitamos unas cuantas horas de descanso.

Samshow habia aceptado, reluctante.

Con los dedos vacilando sobre una palma llena de billetes de a dolar y cambio, pago y dio propina al conductor, y retrocedio rapidamente para evitar el chorro de gravilla de las ruedas de atras. Luego se volvio y contemplo la amplia casa pseudojaponesa a dos niveles envuelta con centenares de linternas de papel con bombillas electricas en su interior, con su sendero de acceso de piedra flanqueado por tikis esculpidos en lava con los ojos iluminados con velas.

Incluso desde donde estaba ahora podia oir hablar a la gente…, pero no una musica fuerte, por lo cual se sintio profundamente agradecido.

Una mujer joven y alta abrio la puerta a su llamada y sonrio alegremente.

—?Mama! —llamo—. Aqui tenemos a otro. ?Quien es usted?

—Walt Samshow —dijo Samshow—. ?Y usted?

—Tanya Fusetti. Mis padres…, ya sabe. Estoy aqui con mi novio.

—?Usted tiene que ser el doctor Samshow! —Gina Fusetti avanzo vivamente por el arco que conducia al semihundido comedor, frotandose las manos y sonriendo alegremente. A punto de cumplir los setenta anos, con el pelo completamente blanco, contemplo a Samshow con los ojos entrecerrados, con una sonriente adoracion, y lo condujo al interior, equipandole con una cerveza (Asahi) y un plato de papel con entremeses variados (atun teriyaki y verduras crudas)—. Nos complace enormemente tener con nosotros a un escritor y cientifico tan distinguido como usted —dijo la senora Fusetti, sonriendo con su sonrisa de mil vatios—. El senor Sand esta en una de las habitaciones de atras con algunos amigos… Nos dijo que vendria.

Sand aparecio por una puerta lateral.

—Walt, me alegra que finalmente haya venido. Hay algo extraordinario…

—?Ah, aqui esta! —La mujer hizo una inclinacion de cabeza hacia ambos, aun sonriendo—. ?Es un placer tan grande el tener a hombres capaces de decir algo cuando hablan! —La llegada de otro invitado la alejo. Mientras se marchaba, le lanzo un gesto explicito con ambas manos: diviertase, disfrute de la fiesta.

Es realmente extraordinaria —dijo Samshow.

—Actua asi con todo el mundo. Es un encanto.

—?Has asistido antes a sus fiestas?

—Durante un tiempo sali con la mayor de sus hijas.

—Nunca me dijiste nada de eso.

Sand agito la cabeza y sonrio.

—?Conoce usted a Jeremy Kemp? El dice que le conoce a usted.

—Compartimos un camarote hace anos, creo; alguna expedicion… No, fue durante un seminario en Woods Hole. Kemp. Geofisico, terremotos, ?no es eso?

—Correcto. —Sand le empujo hacia delante—. Tenemos que hablar. Es una autentica coincidencia que el este aqui y nosotros tambien. Y tengo que decirle que de alguna forma quebrante las reglas. Traje conmigo nuestras observaciones.

—?Oh?

—Ya enviamos nuestros datos a La Jolla —dijo Sand, a modo de disculpa.

Samshow no se sintio completamente ablandado por aquello. Sand abrio la puerta de uno de los dormitorios traseros. Kemp y otros dos hombres estaban sentados en sillas y en el cobertor con dibujos polinesios de la cama, con cervezas y cocteles en la mano.

—?Walt! Me alegra verle de nuevo. —Kemp se puso en pie, cambio su coctel de mano, y estrecho firmemente la de Samshow. Fueron hechas las presentaciones, y Samshow se quedo de pie en un rincon mientras Sand animaba a Kemp a que explicara su propio problema cientifico.

—Me dedico a descubrir recursos para la Asian Thermal, un consorcio de energia en Taiwan y Corea. Estamos siguiendo el rastro del petroleo chino, para Beijing, eso es lo oficial, y de paso intentamos cartografiar todo el Pacifico sur oriental al sur de las Filipinas. En parte registramos los fenomenos sismicos y analizamos la propagacion de las ondas a traves de la corteza profunda. Bien, esto al menos es tan secreto como lo que usted me ha contado… ?Comprende?

Miro conspiradoramente hacia la puerta. Sand la cerro y dio una vuelta a la llave.

—Mi grupo ha estado escuchando las emisoras de las Filipinas y las Aleutianas. Tambien hemos conectado con el Centro de Informacion y Vigilancia de Terremotos del Servicio Geologico de los Estados Unidos en Colorado y el LASA, el Sistema Sismico de Gran Abertura en Montana. Tenemos un fenomeno sismico anomalo. Creemos que es una lectura erronea o una interpretacion equivocada. Pero quiza no. Procede de las inmediaciones de la fosa de Ramapo. La obtuvimos la noche del primero de noviembre, hora del Pacifico oriental.

—La noche de nuestro meteoro —dijo Samshow.

—Exacto. Situamos la hora aproximadamente a las ocho y media de la tarde. ?Correcto?

—Esa es nuestra hora tambien, con una variacion de diez minutos —admitio Sand.

—De acuerdo. No fue un terremoto perse. No el deslizamiento de una falla. Mas bien una detonacion nuclear…, y sin embargo tampoco. Obtuvimos un PcP, un reflejo fuera del nucleo exterior, en Beijing, y reflejos del P260P y P400P en Colorado, luego obtuvimos ondas P-primo-P-primo en el LASA en Montana. No solo eso, sino que obtuvimos persistencia en las ondas-P de alta frecuencia. Nada de ondas superficiales Love o Rayleigh, solo ondas corporales. Nada de ondas transversales inmediatas. Solo ondas de compresion en cantidades de microsismos realmente inusuales, como algo enterrandose. Exactamente en la fosa Ramapo. ?Que pudo ser?

Sand sonrio como un nino pequeno y malicioso.

—Algo que pese quiza cien millones de toneladas.

—Correcto —dijo Kemp, reflejando su sonrisa—. Asi que digamos una locura. Alguna cosa, con una masa de diez a la octava potencia toneladas metricas, golpea el oceano como una montana. Pero todo lo que obtienes es una pequena borrasca. De modo que no transfiere mucha de su energia. Un perfil muy pequeno. Simplemente golpea, pierde un pequeno, muy pequeno porcentaje de su velocidad en el agua, quiza tambien algo de calor. Algo de menos de un metro de ancho.

—Eso es ridiculo —dijo Samshow.

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