borax. Tras cierto espoleo, los caballos se deslizaron ladera abajo. Cabalgaron a la sombra por entre la salvia de una tranquila garganta del Valle de la Muerte, mirandose y sonriendo pero sin decir una palabra.
La garganta se abria a una amplia llanura y la salvia daba paso a una serie de monticulos de amarillenta hierba. Parte de una vieja linea ferrea minera de via estrecha se deslizaba por su izquierda, con los railes oxidandose sobre una larga base de escoria y tierra gris. Los pajaros lanzaban sus gritos sobre la quietud, y una gruesa culebra deslizo su metro de largo por entre los matorrales.
—Bien —dijo Stella, tirando de las riendas de su yegua para detenerla y volviendose a el—. Yo ya casi estoy curada. ?Que hay con usted?
Edward asintio con la cabeza.
—Esto ayuda, si.
Ella acerco su montura a la de el y dio una palmada en su hombro.
—He vivido aqui toda mi vida, con unos cuantos anos en la escuela y viajando. Europa. Africa. El Cuerpo de Paz. Mi madre y mi hermana y yo hemos hecho todo lo posible por mantener unida la ciudad tras la muerte de mi padre. Esto se ha convertido en mi vida. A veces significa una terrible responsabilidad…, usted no lo creera, puesto que el pueblo es tan pequeno. Pero pesa sobre mi. Mi madre lo resiste mucho mejor.
—Es una gran mujer —dijo Edward.
Stella inclino la cabeza hacia un lado, contemplando tristemente el pedregoso suelo.
—?Sabe?, dije que yo era una radical. En realidad la autenticamente radical era mi hermana. Fue a Cuba. Tenia las obras completas de Lenin y Marx en su biblioteca. Ama Shoshone tanto como yo, pero tuvo que irse. Creemos que esta en Angola. Senor, vaya lugar para estar ahora. Yo soy simplemente una capitalista, como los demas.
—Supongo que debe ser duro para su madre.
—?Quien, yo o mi hermana?
—Su hermana, quiero decir. Bueno, supongo que las dos.
—?Que hay de su familia?
—Nada digno de mencionar. Mi padre desaparecio hace mas de veinte anos, y mi madre vive en Austin. No nos vemos mucho.
—?Y sus conexiones con la universidad?
—No estoy seguro de que siga alli mucho tiempo, ahora.
—?Nada de planes a largo plazo?
Edward alejo un zumbante moscardon y lo contemplo serpentear entre los monticulos hasta desaparecer.
—No veo por que.
—Mi madre y yo hemos estado haciendo planes para vender los derechos minerales. Reharemos las instalaciones de alcantarillado con un prestamo del gobierno, pero este dinero extra…, puede mantener al pueblo en funcionamiento durante anos, aunque los turistas sigan desviandose hacia Tecopa.
—El gran complejo turistico.
Ella asintio.
—Fue un desastre para todos nosotros. Tecopa no era mas que un punado de cabanas edificadas sobre un manantial de agua caliente. Ahora esta de moda. El desierto es asi.
—Esto es hermoso. Puede que le ocurra algo grande a Shoshone.
—Si, pero, ?lo deseamos? —Agito la cabeza, dubitativa—. Me gustaria que se conservara de la misma forma que era cuando yo era nina, pero se que no es practico. La forma es como cuando papa estaba vivo. Parecia todo tan permanente entonces. Siempre podia volver. —Volvio a agitar la cabeza, lentamente, mirando mas alla de la hierba hacia una colina cubierta de lava—. Lo que estoy intentando decir es que un geologo seria de mucha utilidad aqui. En Shoshone. Nos podria ayudar a elaborar los derechos sobre los minerales y establecer que es exactamente lo que tenemos.
—Eso podria ser estupendo —admitio Edward.
—?Cree usted que ya ha pasado todo?
—Su negocio turistico tendria que ser realmente bueno durante los proximos meses —dijo el.
Stella hizo una mueca.
—Ahora solo estamos viviendo de los fenomenos. Los locos religiosos. Todos hacia el cono de escoria. ?Quien los necesita? Todos los demas se quedaran en casa y aguardaran a que haya pasado todo. ?Cree usted que todo esto pasara?
—No lo se. —Pero si lo sabia, en lo mas profundo de sus entranas—. En realidad, no es cierto. Creo que ya ha pasado todo.
—?Las cosas dentro de la Tierra?
—Quiza. Quizas algo de lo que ni siquiera sabemos nada.
—Eso me hace sentir malditamente loca —dijo Stella con voz quebrada—. Impotente.
—Si.
—Pero voy a seguir planeando cosas. Aunque quiza todo se derrumbe. Los mercados se estan volviendo locos. Tal vez nadie desee comprar derechos sobre minerales ahora. Pero tenemos que seguir actuando.
—No creo que pueda quedarme —dijo el—. Suena como algo maravilloso, pero…
Los ojos de la mujer se entrecerraron.
—?Inquieto?
—No creo que en estos momentos pueda fundar realmente un hogar en ninguna parte. Ni siquiera aqui, por hermoso que sea esto.
—?Donde piensa ir?
—Viajare. Probablemente me separe de Reslaw y Minelli. Me independice.
—A veces me gustaria hacer lo mismo —dijo ella, con anoranza—. Pero mis raices estan demasiado hundidas aqui. No me parezco demasiado a mi hermana. Y tengo que quedarme con mama.
—Habia un lugar —dijo Edward— donde mi padre solia llevarnos a mi madre y a mi antes de marcharse. Mi ultimo verano con el fue el mejor verano que jamas haya pasado. No he vuelto alli desde entonces. No deseaba sentirme decepcionado. Me preguntaba si el lugar podia haber cambiado… a peor.
—?Donde era?
—El Yosemite —dijo el.
—Es un hermoso lugar.
—?Ha estado alli recientemente?
—El verano pasado, mientras iba camino del pais del vino. Era realmente encantador, incluso con toda la gente. Sin estar atestado, tendria que ser maravilloso.
—Quiza vaya alli. Vivir un tiempo de mis sueldos atrasados. He sonado con ello, ?sabe? Esos suenos peculiares en los que vuelves a un sitio y es completamente distinto, pero sigue siendo algo especial. Pienso para mi mismo, despues de todos esos anos de simplemente sonar en volver alli, que finalmente estoy de vuelta. Y entonces despierto…, y no es mas que un sueno.
Stella adelanto una mano y la poso en su brazo.
—Si… si no funciona, siempre puede volver aqui.
—Gracias —dijo Edward—. Eso seria estupendo. Mi posicion como profesor estara seguramente cerrada por aquel entonces. No puedo esperar que aguarden eternamente.
—Hagamos un trato —dijo Stella—. El proximo verano, viene usted aqui y nos ayuda a mama y a mi. Despues se va al Yosemite, y despues dejamos que las cosas sigan su curso.
—De acuerdo —dijo Edward, sonriendo. Adelanto a su vez una mano y la poso en el brazo de ella, y luego se inclino para darle un beso en la mejilla—. Es un trato.
PERSPECTIVA
Aqui en el desierto invernal, a solo unos pocos kilometros del propio Valle de la Muerte, la noche es
