Seguire insistiendo al joven conductor del provecho que sacara de escribir repiques o incluso carrillones enteros, porque asi tendra una vision mas completa del funcionamiento de las campanas.
Troyte
– Bueno, naturalmente -admitio Cranton sonriendo con arrepentimiento desde la almohada delante de lord Peter-, si el caballero me reconoce, no hay nada mas que decir. Tendre que aclararles unas cuantas cosas, porque se han dicho muchas mentiras sobre mi. Es cierto que estuve en Fenchurch St Paul el dia de Ano Nuevo; que si es un lugar precioso para empezar el ano, diria que no. Tambien es cierto que no habia dado senales de vida desde septiembre. Y si me pregunta, creo que es culpa de la policia por no haber dado conmigo antes. No se para que pagamos tantos impuestos.
Se callo y cambio de posicion.
– No se canse yendose por las ramas -dijo el inspector jefe Parker de la policia de Londres amablemente-. ?Cuando empezo a dejarse barba? ?En septiembre? Me lo imaginaba. ?Cual era la idea? No creia que cambiaria tanto, ?verdad?
– No. Para ser sincero, se me paso por la cabeza desfigurarme el rostro. Pero luego pense: «Jamas reconoceran a Nobby Cranton si esconde sus hermosas facciones detras del pelo negro», asi que me sacrifique. Ahora no estoy tan mal, ya me he acostumbrado, pero cuando crecia me veia horrible. Me recordo aquellos buenos tiempos cuando vivia bajo la generosidad de su majestad. ?Ah! Y mire mis manos. Jamas se han recuperado; y yo le pregunto: ?como puede un caballero seguir con su profesion despues de tantos anos de arduo trabajo manual? Como yo digo, eso es dejar a uno con la miel en los labios.
– Asi que tenia algo entre manos desde el pasado mes de septiembre -continuo Parker pacientemente-, ?De que se trataba? ?Tenia algo que ver con las esmeraldas Wilbraham?
– Bueno, para ser sincero, si -respondio Nobby Cranton-. Vengan, les explicare toda la verdad sobre ese asunto. Nunca me importo, jamas me habia importado, que me metieran en la carcel por lo que hice. Pero un caballero se siente ofendido cuando se duda de su palabra. Y cuando dije que no tenia las esmeraldas, era cierto. Nunca las tuve, y ustedes lo saben. Si las hubiera tenido, no estaria viviendo en un antro como este, apuesten lo que quieran. Estaria viviendo como un caballero en medio del bosque. Las habria cortado y distribuido antes incluso que ustedes dijeran «mu». Hablando de seguirles la pista, jamas habrian descubierto como las habia distribuido.
– Asi que volvio a Fenchurch St Paul para encontrarlas, supongo -sugirio Wimsey.
– Correcto. ?Por que? Porque sabia que tenian que estar alli. Ese canalla… ya saben a quien me refiero…
– ?A Deacon?
– Si, ese canalla de Deacon. -La cara del enfermo se distorsiono por una mezcla de miedo y rabia-. Nunca salio del pueblo. No pudo deshacerse de ellas antes de que lo cogieran. Revisaron su correspondencia, ?no es cierto? Si las hubiera empaquetado y enviado a alguien, las habrian encontrado, ?no? No. Las dejo alli, en algun sitio, no se donde, pero las tenia el. Y yo quise ir a buscarlas. Quise ir a buscarlas y traerselas para que retiraran lo que dijeron en el juicio de que las tenia yo. Que mal hubieran quedado al tener que admitir que yo tenia razon, ?no?
– ?Usted cree? -dijo Parker-. Esa era la idea, ?verdad? Iria a buscar el botin y nos lo traeria como un buen chico, ?no?
– Correcto.
– Ni hablar de sacar ningun beneficio, claro.
– Oh, cielos, no.
– En septiembre no acudio a nosotros y nos sugirio que lo ayudaramos a buscarlas.
– Bueno, eso es cierto -admitio Cranton-. No queria estar rodeado de molestos policias. Era mi juego, ?no lo entiende? Todo era idea mia, como dicen los artistas.
– Encantador -dijo Parker-. ?Y que le hizo pensar que sabia donde buscarlas?
– ?Ah! -exclamo Cranton con prudencia-. Algo que una vez dijo Deacon me dio una idea. Pero en eso tambien mintio. Nunca he conocido a un mentiroso mas grande que ese tipo. Era tan malvado que le salia veneno por los poros de la piel. Me esta bien por tratar con ladronzuelos de segunda. Estos tipos son espiritus pobres y solitarios. No tienen ningun sentido del honor.
– Que bonito -repuso el inspector jefe-. ?Quien es Paul Sastre?
– ?Otra mentira! -respondio Cranton, con aire triunfal-, Deacon me dijo que…
– ?Cuando?
– En el…, ?vaya!…, en el banquillo de los acusados, perdon por mencionar un lugar tan vulgar. Me dijo: «?Quieres saber donde estan las piedras? Preguntaselo a Paul Sastre o a Batty Thomas», y luego me sonrio. «?Quien son esos?», le pregunte, y el me respondio riendose mas: «Los encontraras en Fenchurch», y anadio: «Aunque me parece que no volveras por alli en una temporada». Entonces le pegue un punetazo, con perdon, y el policia tuvo que separarnos.
– ?En serio? -pregunto Parker, incredulo.
– Se lo prometo, queria morirme, pero cuando volvi a Fenchurch descubri que esas personas no existian, solo me explicaron una estupida historia sobre campanas. Asi que al final me olvide del tema.
– Y desaparecio el sabado por la noche. ?Por que?
– Bueno, para ser sincero, habia una persona en ese pueblo que no me gustaba; tenia la sensacion de que mi cara le traia recuerdos, a pesar del cambio que habia sufrido con la barba. Asi que, como no queria peleas, porque no es de caballeros, me fui sin hacer ruido.
– ?Y quien era esa persona tan penetrante?
– Pues esa mujer… la esposa de Deacon. Habiamos estado hombro con hombro, por asi decirlo, en unas circunstancias bastantes desafortunadas, y no queria volver a recordarlo. Nunca pense que me la encontraria alli y, francamente, me parecio de muy mal gusto.
– Regreso cuando se caso con un hombre llamado Thoday -dijo Wimsey.
– ?Se volvio a casar? -pregunto Cranton, cerrando los ojos-. ?Oh! No lo sabia. Bueno, eso me ha dejado helado.
– ?A que viene tanta sorpresa?
– ?Como? Ah, si… Alguien se olvido algunos detalles, eso es todo.
– Oiga -dijo Parker-, sera mejor que nos diga toda la verdad. ?Esa mujer tuvo algo que ver en el robo de las esmeraldas?
– ?Como iba yo a saberlo? Aunque, para ser sincero, no lo creo. Creo que solo era una estupida sometida a su marido. Estoy seguro de que el le dijo que averiguara donde estaba el collar, pero no creo que ella fuera consciente de lo que estaba haciendo. Honestamente, no lo creo, no me imagino al tal Deacon echando a perder todo el negocio por decirselo a su mujer. ?Pero que demonios! ?Que se yo de todo eso?
– ?Cree que ella no sabe donde estan las joyas?
Cranton se quedo pensando un momento. Luego se echo a reir.
– Me jugaria el cuello a que no sabe nada.
– ?Por que esta tan seguro?
– Si supiera algo y fuera honesta, se lo habria dicho a la policia, ?no? Y si lo supiera y quisiera hacer negocio, me lo habria dicho a mi o a mis amigos. No. No creo que puedan sacarle nada.
– Hum. ?Y dice que cree que lo reconocio?
– Tengo la ligera idea de que mi cara le empezaba a resultar algo familiar. Aunque claro, solo fue un presentimiento. Puede que me equivocara. Pero, de todos modos, evite el problema, porque discutir siempre ha sido de muy mala educacion. Asi que me fui por la noche. Trabajaba para el herrero, un tipo excelente, aunque un poco rudo. Tampoco queria problemas con el. Solo me fui a casa para pensar tranquilamente y entonces me cogieron las fiebres reumaticas, y las consecuencias han sido problemas en el corazon, como pueden ver.
– Perfectamente. ?Como cogio las fiebres reumaticas?
– ?No cree que cualquiera que hubiera caido en una de esas canteras habria cogido las fiebres reumaticas? Jamas habia visto un pais como este, jamas. La vida del campo nunca me sedujo, especialmente en invierno, con