– Cuando descubrieron el cuerpo -contesto Thoday despacio, como si le estuvieran arrancando las palabras-. En ese momento supe quien era.
– ?Y por que no dijiste nada? -le pregunto el comisario.
– ?Y que todo el mundo supiera que Mary y yo no estamos legalmente casados? Ni hablar.
– Ya -dijo Wimsey-. Pero, entonces, ?por que no se volvieron a casar?
Thoday se movio muy inquieto en la silla.
– Bueno, vera, milord… Esperaba que Mary no se enterara nunca. Sabia que seria un golpe muy duro para ella. Y estaban las ninas. Jamas lo hubieramos superado. Asi que me prometi que no diria nada y que me llevaria el pecado, si es que se puede considerar un pecado, a la tumba. No queria que Mary pasara otra vez por los comentarios y las miradas indiscretas. ?No lo entienden? Bueno, y entonces… cuando lo descubrio al ver aquella carta… -Hizo una pausa y volvio a empezar-. Vera, desde que encontraron el cadaver, estuve muy inquieto y preocupado, es mas, me atreveria a decir que me comportaba de un modo raro en casa y ella lo noto; cuando me pregunto si el hombre muerto era Deacon, yo le dije que si y asi fue como lo descubrio todo.
– ?Y como reconociste el cadaver?
Se produjo un largo silencio.
– Porque estaba muy desfigurado, ya sabes -dijo Wimsey.
– Usted dijo que pensaba que era… que habia estado en la carcel -dijo Thoday-. Entonces yo me dije…
– Un momento -lo interrumpio el comisario-. ?Cuando escuchaste a milord decir eso? En el interrogatorio publico no se lo preguntaron y menos durante la suspension del veredicto, porque tuvimos la precaucion de no decir nada de todo esto. ?Como lo sabias?
– Se lo oi decir a Emily, la chica que trabaja en casa del parroco -dijo lentamente Thoday-. Al parecer, lo oyo hablando con el senor Bunter.
– ?De verdad? -pregunto el comisario-. Me gustaria saber que mas oyo la senorita Emily. ?Que hay de la botella de cerveza? ?Habla! ?Quien le dijo que borrara las huellas?
– Ella no pretendia molestar a nadie -dijo Will-. Solo tenia curiosidad. Ya sabe como son las chiquillas. Al dia siguiente vino y le explico toda la historia a Mary. Estaba extrana.
– ?No me digas! -dijo el comisario, incredulo-. Da igual. Volvamos a Deacon. Has dicho que oiste que Emily dijo que habia oido que milord le decia al senor Bunter que el muerto habia estado en la carcel. ?No es asi? ?Y que pensaste?
– Que debia ser Deacon. Pense que ese demonio habia salido de su tumba para molestarnos otra vez. No lo sabia, pero es lo que pense.
– ?Y que pensaste que habia venido a buscar?
– ?Como iba a saberlo? Solo pense que habia vuelto, solo eso.
– Pensaste que habia venido a buscar las esmeraldas, ?no es cierto? -pregunto el comisario.
Por primera vez, Will Thoday mostro ingenuidad e impaciencia en la mirada.
– ?Las esmeraldas? ?Por eso habia vuelto? ?Quiere decir que, despues de todo, las tenia el? Siempre creimos que se las habia llevado el otro tipo, Cranton.
– ?No sabias que estaban escondidas en la iglesia?
– ?En la iglesia?
– Las encontramos el lunes -le explico Wimsey-. Estaban escondidas en el techo.
– ?En el techo de la iglesia? Entonces, eso es lo que… Han encontrado las esmeraldas. ?Gracias a Dios! Ahora ya nadie podra decir que Mary tuvo algo que ver en el robo.
– Eso es cierto -dijo Wimsey-. Pero me gustaria saber lo que ibas a decir. ?«Eso es lo que…»? ?Que? «Eso es lo que buscaba cuando lo encontre en la iglesia», ?era eso?
– No, milord. Iba a decir… Iba a decir que eso fue lo que hizo con las joyas. -Parecio que lo invadia una oleada de ira nueva-. ?El muy desgraciado! Despues de todo, era cierto que habia traicionado al otro tipo.
– Si -dijo Wimsey-. Me temo que no se pueden decir demasiadas cosas a favor del desaparecido senor Deacon. Lo siento, senora Thoday, pero era una persona bastante indeseable. Y usted no ha sido la unica que lo ha sufrido. En Francia se caso con otra mujer que se ha quedado viuda y con tres hijos que mantener.
– ?Pobrecita! -dijo Mary.
– ?Sinverguenza! -exclamo Will-. Si lo hubiera sabido…
– ?Como dices?
– Nada -respondio el granjero-. ?Como fue a parar a Francia? ?Como es que…?
– Es una historia muy larga -dijo Wimsey-. Ademas, no tiene nada que ver con lo que aqui nos ocupa. Repasemos su historia. Oiste que en el cementerio habia aparecido el cuerpo de un hombre que podia haber sido un convicto y, a pesar que tenia el rostro muy desfigurado, estuviste lo bastante… ?inspirado?… para identificarlo como Geoffrey Deacon, a quien creiais muerto desde 1918. No le dijiste nada a tu mujer quien, cuando el otro dia vio una carta escrita a mano de Deacon, que podia haberla escrito en cualquier momento, estuvo… ?tambien inspirada?… y dedujo lo mismo que tu. Sin esperar ni siquiera que alguien lo verificara, os vais corriendo a la ciudad a casaros otra vez, y esa es la unica explicacion que puedes darnos. ?Es cierto?
– Eso es todo lo que puedo decir, milord.
– Y, por cierto, es una historia con muy poco fundamento -observo el comisario-. A ver si lo entiendes, Will Thoday. Sabes tan bien como yo cual es tu situacion. Sabes que no tienes que respondernos si no quieres. Sin embargo, podemos reabrir la investigacion del cadaver enterrado y tendras que explicarle la historia al juez de instruccion. O podemos acusarte del asesinato y llevar el caso ante un juez y un jurado. O puedes decirnos toda la verdad ahora. Lo que tu prefieras.
– No tengo nada mas que anadir, senor Blundell.
– Mira, te voy a ser muy sincero -dijo Wimsey-. Es una lastima, porque el fiscal puede que tenga otra version en la cabeza. Puede pensar, por ejemplo, que tu sabias que Deacon estaba vivo porque te habias encontrado con el en la iglesia la noche del 30 de diciembre.
Espero para ver el efecto que producian estas palabras, y continuo.
– Veras, tenemos la declaracion del Loco Peake, que no creo que este tan loco como para no poder aportar pruebas sobre lo que vio y oyo esa noche desde detras de la tumba del abad Thomas. El hombre de la barba negra y las voces en la sacristia, y Will Thoday sacando una cuerda del baul. Por cierto, ?que te llevo a la iglesia? Viste una luz, quiza. Te acercaste y viste que la puerta estaba abierta, ?es asi? Y en la sacristia encontraste a un hombre haciendo algo sospechoso. Lo increpaste y, cuando el te respondio, supiste quien era. Fue una suerte que no te disparara, pero posiblemente lo cogiste desprevenido. De todos modos, lo amenazaste con entregarlo a la justicia, pero el te dijo que eso pondria a tu mujer y a tus hijas en una situacion muy comprometida. Asi que empezasteis a hablar y, al final, llegasteis a un acuerdo. Prometiste no decir nada y sacarlo del pais con doscientas libras en el bolsillo, pero en ese momento no las tenias, asi que, mientras tanto, lo esconderias en un lugar seguro. Luego cogiste una cuerda y lo ataste. Lo que no se es como conseguiste que no se resistiera mientras lo atabas. ?Le diste un punetazo o que hiciste? ?No vas a ayudarme? Bueno, da igual. Lo ataste y lo dejaste en la sacristia mientras ibas a casa del parroco a robar sus llaves. Por cierto, fue un milagro que estuvieran en su sitio. Casi nunca lo estan. Luego lo llevaste al campanario, porque la sala de las campanas es bastante amplia y es segura, pues hay que abrir muchas puertas hasta llegar alli, y eso era mas facil que escoltarlo por todo el pueblo. Despues, le ibas llevando comida… quiza la senora Thoday nos podria ayudar en este punto. ?Echo de menos alguna botella de cerveza? Ya sabe, de esas de litro y medio que encarga cada vez que viene Jim. Por cierto, Jim esta de camino y tendremos que hablar con el cuando llegue.
El comisario, que observaba a Mary, vio que esta contraia la cara alarmada, aunque no dijo nada. Wimsey continuo implacable:
– Al dia siguiente fuiste a Walbeach a sacar el dinero del banco. Pero no te encontrabas demasiado bien y, cuando volvias a casa, perdiste el conocimiento y no pudiste volver al campanario para soltar a Deacon. Lo debiste pasar muy mal. No querias confiar en tu mujer pero, claro, ahi estaba Jim.
Thoday levanto la cabeza.
– No voy a decir que si ni que no, milord. Solo le dire que jamas le dije ni una palabra sobre Deacon a Jim, ni una palabra. Ni el a mi. Y esa es la verdad.
– Muy bien -dijo Wimsey-. Pasara lo que pasara, entre el 30 de diciembre y el 4 de enero alguien mato a Deacon. Y la noche del 4, alguien lo enterro. Alguien que lo conocia porque se tomo la molestia de destrozarle la