– Solo al padre Martin. Paso un momento por la habitacion hacia las once de la noche, pero no se quedo. El tambien estaba preocupado por Peter.
– ?Porque sabia que al senor Buckhurst le asustan los vientos fuertes? -inquirio Kate.
– El padre Martin siempre acaba por enterarse de esa clase de cosas. Creo que en el seminario solo lo sabemos el y yo.
– ?Regreso a su habitacion en algun momento de la noche?
– No. Si hubiera querido ducharme, habria podido utilizar la ducha situada al lado de la enfermeria. Y no necesitaba pijama.
– Senor Arbuthnot, ?esta seguro de que cerro con llave la puerta que da al claustro norte despues de entrar para ir a ver a su amigo?
– Completamente. El senor Pilbeam comprueba que no queden puertas abiertas a eso de las once, cuando cierra la principal. El se lo confirmara.
– ?Y no salio de la enfermeria hasta esta manana?
– No. Estuve alli toda la noche. Peter y yo apagamos las lamparas a medianoche. No se el, pero yo dormi profundamente. Me desperte poco antes de las seis y media y vi que Peter continuaba durmiendo. Me dirigia hacia mi habitacion cuando me encontre al padre Sebastian, que salia de su despacho. No parecio sorprendido de verme ni me pregunto por que no me habia marchado. Ahora comprendo que tenia otras cosas en la cabeza. Me ordeno que llamase a todo el mundo, los invitados, los seminaristas y el personal, y les pidiera que acudieran a la biblioteca a las siete y media. Recuerdo que le pregunte «?Y los maitines, padre?», y el me contesto: «Se han suspendido.»
– ?Le dio alguna explicacion sobre la convocatoria? -quiso saber Dalgliesh.
– No, ninguna. No me entere de lo que habia sucedido hasta las siete y media, cuando comunico la noticia a todo el mundo en la biblioteca.
– ?Puede anadir algo mas? ?Algo que tal vez estuviera relacionado con el asesinato del archidiacono?
Arbuthnot se miro las manos, que estaban enlazadas sobre su regazo, y guardo silencio durante un buen rato. Luego, como si hubiera tomado una decision, alzo la vista y la fijo en Dalgliesh.
– Me ha hecho muchas preguntas -dijo-. ?Me permite que le haga yo una?
– Desde luego, aunque no le prometo que vaya a contestarla.
– Bien. Es evidente que ustedes, me refiero a la policia, creen que el asesino del archidiacono es alguna de las personas que durmio anoche en el seminario. Supongo que tendran algun motivo para pensarlo, pero ?no es mas probable que entrase alguien ajeno a la casa, quiza para robar, y que Crampton lo sorprendiera? Al fin y al cabo, este sitio no es seguro. Un intruso no habria topado con dificultades para acceder al patio, meterse en la casa y sustraer las llaves de la iglesia. Cualquier persona que haya estado alguna vez sabe, si se ha fijado, donde se guardan las llaves. Asi que me pregunto por que han centrado la investigacion en nosotros, los seminaristas y los sacerdotes.
– No descartamos ninguna posibilidad -asevero Dalgliesh-. Es todo cuanto puedo decirle.
– Vera, he estado pensando… -prosiguio Arbuthnot- bueno, todos deben de haberlo pensado. Si alguien del seminario mato a Crampton, ese alguien tendria que ser yo. Nadie mas habria deseado o podido hacerlo. Ninguno de los otros lo odiaba tanto, y aun si lo odiaran, serian incapaces de cometer un asesinato. Me pregunto si lo hice sin tener conciencia de ello. Si me levante en plena noche para volver a mi habitacion y lo vi entrar en la iglesia. ?Es posible que lo siguiera, discutiera acaloradamente con el y lo matara?
– ?Por que se le ha ocurrido eso? -pregunto Dalgliesh con un tono sereno y desprovisto de curiosidad.
– Porque es una posibilidad. Si el crimen es obra de alguien de dentro, ?quien mas pudo cometerlo? Y hay un indicio que respalda esa teoria. Cuando regrese a mi habitacion esta manana, despues de llamar a todo el mundo para que acudiese a la biblioteca, supe que alguien habia entrado alli durante la noche. Encontre una ramita junto a la puerta, en la parte de dentro. A menos que alguien la haya sacado, debe de estar alli todavia. Como han cerrado el claustro norte, no me ha sido posible regresar para comprobarlo. Me imagino que se trata de una especie de prueba, pero ?de que?
– ?Esta seguro de que la ramita no estaba ya en su cuarto despues de las completas, cuando salio para ir a ver a Peter Buckhurst?
– Si, estoy seguro. Habria reparado en ella. Alguien entro en mi habitacion despues de que yo me marchara. Quiza fui yo mismo. ?Que otra persona iba a hacerlo a esas horas y con semejante tormenta?
– ?Alguna vez ha sufrido una amnesia temporal? -inquirio Dalgliesh.
– No, nunca.
– ?Y no miente cuando asegura que no recuerda haber matado al archidiacono?
– No. Se lo juro.
– Lo unico que puedo garantizarle es que quienquiera que cometiese el asesinato no alberga ninguna duda de que lo hizo.
– ?Quiere decir que esta manana me habria despertado con las manos manchadas de sangre? ?Literalmente?
– Quiero decir lo que he dicho, nada mas. Hemos terminado con usted por el momento. Si recuerda algo mas, avisenos de inmediato.
La despedida fue breve y, segun observo Kate, inesperada para Arbuthnot.
– Gracias -murmuro sin apartar la mirada de Dalgliesh y se marcho.
El comisario aguardo a que cerrase la puerta.
– ?Que le parece, Kate? -pregunto entonces-. ?Es un actor consumado o un muchacho inocente y afligido?
– En mi opinion es un buen actor. Con ese aspecto, me extranaria que no lo fuera. Se que eso no lo convierte en culpable. Aun asi es una historia ingeniosa, ?no? Practicamente ha confesado su culpabilidad con el fin de averiguar lo que sabemos hasta el momento. Y el hecho de que pasara la noche con Buckhurst no le da una coartada: podria haber salido despues de que Peter se durmiera, tomado las llaves de la iglesia y telefoneado al archidiacono. Segun la senora Betterton, es un buen imitador de voces y tal vez fingiera ser uno de los sacerdotes. Ademas, si alguien lo hubiese visto en la casa, no habria cuestionado su derecho a estar alli. Incluso si Peter Buckhurst se hubiera despertado y visto que no estaba a su lado, seria dificil que delatase a su amigo. Le resultaria mas facil convencerse a si mismo de que la otra cama no estaba vacia.
– Lo mejor sera interrogarlo a el a continuacion. Lo dejo en sus manos y en las de Piers. No obstante, si Arbuthnot se llevo la llave, ?por que no la devolvio cuando regreso a la casa? Lo mas probable es que el asesino de Crampton no volviera a entrar en la casa, a menos, por supuesto, que pretendiera hacernos creer precisamente eso. Si Raphael mato al archidiacono, y creo que seguira siendo el principal sospechoso hasta que hablemos con Yarwood, su tactica mas inteligente habra sido la de deshacerse de la llave. ?Se ha fijado en que no ha mencionado una sola vez a Yarwood? Es listo, asi que debe de haberse percatado de la posible trascendencia de la desaparicion del inspector. No es tan ingenuo como para pensar que un policia es incapaz de cometer un asesinato.
– ?Y lo de la ramita en su habitacion? -pregunto Kate.
– Dice que sigue alli, y seguramente es cierto. Pero ?como y cuando aparecio? Eso significa que los tecnicos deberan revisar tambien la habitacion de Arbuthnot. Si no miente, la ramita quiza sea importante. Por otro lado, este asesinato se planeo meticulosamente. Si Arbuthnot proyectaba cometer un homicidio, ?por que iba a complicarse las cosas yendo al cuarto de Peter Buckhurst? Si este hubiera estado muy asustado por la tormenta, a Raphael le habria resultado imposible marcharse. Y no podia contar con que su amigo se durmiera, ni siquiera a medianoche.
– Sin embargo, si queria fabricarse una coartada, Peter Buckhurst constituiria su mejor baza. Despues de todo, no le costaria enganar a un joven enfermo y aterrado. Si Arbuthnot hubiese planeado cometer el asesinato a medianoche, por ejemplo, despues de apagar las luces podria haberle murmurado a Buckhurst que pasaban de las doce.
– Cosa que solo le seria util si el forense lograra determinar una hora mas precisa de la muerte de Crampton. Arbuthnot carece de coartada, pero todos estan en la misma situacion.
– Incluido Yarwood.
– Es probable que el posea la clave de todo este asunto. Aunque hemos de seguir adelante, mientras no este en condiciones de ser interrogado, seguramente nos faltaran indicios esenciales.