regreso, observaron un cambio en Holroyd. No dijeron que estuviera deprimido, pero tampoco era mas facil convivir con el. Dijeron que estaba nervioso. La senorita Willison lo califico de exaltado. Dijo que parecia que estaba tomando alguna decision. No creo que le quepa duda alguna de que Holroyd se suicido. Cuando la interrogue se mostro muy alterada por la idea y angustiada por el senor Anstey. No queria creerlo, pero no tenia otro remedio.
– ?Y la visita de Holroyd a su abogado? ?Se enteraria alli de algo que lo intranquilizara?
– Es un bufete familiar muy antiguo, Holroyd y Martinson, de Bedford Row. El hermano mayor de Holroyd es el socio principal. Lo llame pero no saque gran cosa. Segun el, la visita fue casi por completo de indole social y Victor no estaba mas deprimido que de costumbre. Nunca se habian llevado muy bien, pero el senor Martin Holroyd iba a ver a su hermano alguna que otra vez, sobre todo cuando tenia que hablar con el senor Anstey sobre sus asuntos.
– ?Quiere decir que Holroyd y Martinson son los abogados de Anstey?
– Hace mas de ciento cincuenta anos que representan a la familia, tengo entendido. Es una relacion que viene de antiguo. Por eso Victor Holroyd se entero de la existencia de Toynton Grange. Fue el primer paciente de Anstey.
– ?Y la silla? ?No seria posible que alguien de Toynton Grange la saboteara, ya fuera el dia que murio Holroyd o la noche anterior?
– Philby, claro. Tuvo la mejor oportunidad, pero pudieron haberlo hecho varias personas. La pesada silla de Anstey, la que usaba para estos paseos, se guardaba en el taller que hay al final del pasillo de la ampliacion sur. No se si lo sabe, pero es accesible incluso en silla de ruedas. Fundamentalmente, es Philby el que trabaja alli. Tiene las herramientas corrientes de carpinteria y algunas de metalisteria. Pero los pacientes tambien pueden utilizarlo y se les alienta a ayudarlo o a dedicarse a sus propias aficiones. Holroyd hacia sencillos trabajos de carpinteria antes de empeorar, y el senor Carwardine hace figuras de arcilla de vez en cuando. Las mujeres no suelen usarlo, pero no seria extrano ver a uno de los hombres por alli.
– Carwardine me dijo que estaba en el taller cuando Philby engraso y comprobo los frenos a las nueve menos cuarto -declaro Dalgliesh.
– Eso es mas de lo que me dijo a mi. Me dio la impresion de que no habia visto exactamente que hacia Philby. Y este se mostro algo evasivo sobre si comprobo o no los frenos. No me extrano. Era evidente que todos querian que pareciera un accidente si eso no debia inducir al juez investigador a entrar en demasiadas consideraciones sobre una posible negligencia. Sin embargo, yo tuve algo de suerte cuando les pregunte por la manana de la muerte de Holroyd. Despues de desayunar, Philby bajo al taller; serian las nueve menos cuarto. No estuvo alli mas de una hora y cuando se fue cerro la puerta con llave. Estaba encolando unas cosas y no queria que alguien las tocara. Me dio la impresion de que Philby piensa que el taller es dominio suyo y no le hace demasiada gracia que lo usen los pacientes. De cualquier modo, se metio la llave en el bolsillo y no volvio a abrir la puerta hasta que Lerner le pidio la llave con alboroto para sacar la silla de Holroyd poco antes de las cuatro. Suponiendo que Philby dijera la verdad, las unicas personas en Toynton Grange que carecen de coartada en el periodo en que estuvo abierto el taller a primeras horas de la manana del 12 de septiembre son el senor Anstey, el propio Holroyd, el senor Carwardine, la hermana Moxon y la senora Hewson. El senor Court estaba en Londres y no llego a su casa hasta poco antes de que salieran Lerner y Holroyd. Lerner esta tambien libre de sospecha. Se hallaba con los pacientes en todos los momentos importantes.
Aquello estaba muy bien, penso Dalgliesh, pero demostraba muy poca cosa. El taller quedo abierto despues de que se marcharan Carwardine y Philby, y presumiblemente estuvo abierto toda la noche.
– No olvido usted detalle, sargento -dijo-. ?Consiguio descubrir todo esto sin alarmarlos demasiado?
– Eso creo. No creo que pensaran ni un instante que el responsable podia ser otro. Lo interpretaron como que estaba comprobando si Holroyd tuvo la oportunidad de manipular la silla. Y, si se truco deliberadamente, yo soy del parecer de que lo hizo el mismo. Por lo que he oido, era un hombre avieso. Es probable que le divirtiera pensar que cuando se recuperara la silla del mar y se descubriera el dano, todos los habitantes de Toynton Grange serian sospechosos. Tal idea debia de complacerlo.
– Pero me resulta dificil creer que ambos frenos fallaran al mismo tiempo y de manera accidental -dijo Dalgliesh-. He visto las sillas. El sistema de frenado es muy sencillo, pero efectivo y seguro. Y casi resulta igualmente dificil imaginar que hubo un sabotaje deliberado. ?Como podia fiarse el asesino de que los frenos fallaran en ese preciso momento? Lerner o Holroyd podian comprobarlos antes de salir. El defecto podia ser descubierto al detener la silla en la cima del acantilado e incluso durante el trayecto. Ademas, por lo visto nadie sabia que Holroyd iba a insistir en salir esa tarde. Ah, ?que ocurrio exactamente en la cima del acantilado? ?Quien le echo el freno a la silla?
– Segun Lerner, Holroyd. Lerner admite que no miro los frenos ni una sola vez. Lo unico que puede decir es que no observo nada anormal en la silla. No usaron los frenos hasta que llegaron al lugar donde solian detenerse.
Se produjo un instante de silencio. Habian terminado de comer y el inspector Daniel se metio la mano en el bolsillo de la chaqueta de Tweed y saco su pipa. Mientras acariciaba la cazoleta con el dedo gordo antes de cargarla, dijo:
– ?No le preocupa nada de la muerte del anciano?
– Medicamente ya le habian diagnosticado una muerte proxima y murio en circunstancias poco convenientes para mi. Me preocupa no haber llegado a tiempo para oir lo que le rondaba por la cabeza, pero es una preocupacion personal. Como policia, me gustaria saber quien fue la ultima persona que lo vio antes de morir. Oficialmente fue Grace Willison, pero tengo la sensacion de que tuvo otra visita, otro penitente. Cuando lo encontraron a la manana siguiente llevaba la estola puesta. Falta su diario y alguien habia abierto su escritorio. Puesto que hace mas de veinte anos que no veia al padre Baddeley, es muy poco logico por mi parte estar tan seguro de que no fue el mismo.
El sargento Varney se volvio hacia el inspector.
– ?Cual seria la posicion teologica si alguien se confesara con un sacerdote, fuera absuelto y luego lo matara para asegurarse de que no abriria la boca? ?Seria valida la confesion?
El joven rostro adquirio una expresion grave muy poco natural; era imposible discernir si la pregunta era seria, si se trataba de un chiste dirigido al inspector o si existia algun otro sutil motivo. Daniel se saco la pipa de la boca.
– ?Dios mio! ?Vosotros los jovenes sois un atajo de ateos ignorantes! Cuando yo era pequeno, iba a catequesis y echaba centavos en la bandeja para los ninos negros no era ni la mitad de ignorante que vosotros. Creeme, chico, de nada le serviria, ni teologicamente ni de cualquier otra manera. -Y volviendose hacia Dalgliesh, anadio-: ?Asi que llevaba la estola puesta? Eso es interesante.
– A mi me lo ha parecido.
– Pero tampoco es tan extrano. A lo mejor estaba solo y sintio que se moria. Quiza se encontraba mas comodo llevandola puesta. ?No le parece?
– No se lo que haria, ni lo que pensaria. En los ultimos veinte anos no me ha interesado saberlo.
– Y el escritorio forzado… A lo mejor decidio empezar a destruir sus papeles y no se acordaba de donde habia dejado la llave.
– Es perfectamente posible.
– ?Lo incineraron?
– Si, a instancias de la senora Hammitt, y enterraron sus cenizas segun el rito de la Iglesia anglicana.
El inspector Daniel no dijo mas. Mientras se levantaban para marcharse, Dalgliesh penso amargamente que no habia mas que decir.