cuando llegue aqui ya habia muerto. Supongo que lo que me queria consultar no era importante, pero tengo cierta mala conciencia por haberle fallado. Me ha parecido conveniente comentarselo a ustedes para ver si ocurria algo en Toynton Grange que pudiera preocuparlo. He de decir que me parece muy importante. Me han hablado de la muerte de Victor Holroyd, naturalmente, pero eso ocurrio al dia siguiente de que me escribiera el padre Baddeley. Sin embargo, si he pensado que lo que preocupaba podia ser algo que condujera a la muerte de Holroyd.

– No encontramos pruebas de que la muerte de Holroyd estuviera relacionada con alguien mas que consigo mismo -dijo el sargento Varney-. Como supongo que sabra, la conclusion de la investigacion fue que se trato de una muerte accidental. El doctor Maskell consulto con un jurado y, en mi opinion, se alegro del veredicto. El senor Anstey es muy respetado en la comarca, aunque en Toynton Grange se comuniquen poco con el exterior, y nadie queria incrementar su angustia. Pero a mi modo de ver, senor, era un caso claro de suicidio. Parece que Holroyd se dejo llevar por un impulso. No era el dia que solia salir de paseo y parece ser que lo decidio de repente. Disponemos de las declaraciones de la senorita Grace Willison y de la senora Ursula Hollis, que estaban con Holroyd en el patio, en el sentido de que llamo a Dennis Lerner y casi lo obligo a sacarlo. Lerner testifico que durante el trayecto estaba de especial mal humor y que cuando llegaron al lugar habitual se puso tan impertinente que Lerner cogio su libro y se acomodo a cierta distancia de la silla. Alli es donde lo vio el senor Julius Court, quien al parecer se encontraba en la cima de la loma justo a tiempo para ver como la silla se precipitaba hacia adelante, bajaba por la pendiente y caia por el precipicio. Cuando examine el terreno a la manana siguiente, todavia se distinguia, por las flores rotas y la hierba aplastada, donde se habia tendido Lerner, y su libro Geologia de la costa de Dorset, estaba aun donde lo habia dejado. A mi me parece, senor, que Holroyd lo provoco deliberadamente para que se alejara de la silla y asi no pudiera alcanzarlo a tiempo una vez hubiera soltado los frenos.

– ?Explico Lerner en el tribunal lo que le dijo Holroyd exactamente?

– No lo especifico, senor, pero me dio a entender que lo provoco diciendo que era homosexual, que no cumplia con su cometido en Toynton Grange, que buscaba una vida facil y que era grosero e incompetente.

– Pues parece que especifico bastante. ?Que parte de verdad hay en ello?

– Es dificil de decir, senor. Es posible que todo sea cierto, incluido lo primero, lo cual no quiere decir que le gustara que Holroyd se lo dijera.

– No es grosero -interrumpio el inspector Daniel-, eso esta comprobado. Mi hermana Ella trabaja de enfermera en el asilo de Meadowlands, cerca de Swanage. La senora Lerner, que tiene mas de ochenta anos, vive alli. Su hijo la va a ver con frecuencia, y no duda en echar una mano cuando hay que hacer. Es extrano que no quiera trabajar alli, pero quiza no sea mala idea no mezclar la vida privada con la profesional. Y es posible que no haya un puesto de practicante vacante. Sin duda, siente tambien cierta lealtad hacia Wilfred Anstey. Pero Ella tiene a Dennis Lerner en muy buen concepto. Un buen hijo, asi es como lo describe. Y debe de dedicar la mayor parte del sueldo a tener a su madre en Meadowlands. Como todos los sitios buenos, no es barato. No, yo diria que Holroyd era un individuo imposible. En Toynton Grange estaran mucho mas contentos sin el.

– Es una manera un poco arriesgada de suicidarse -dijo Dalgliesh-. Lo que me sorprende es que consiguiera hacer avanzar la silla.

– A mi tambien me sorprendio -declaro el sargento Varney despues de tomar un prolongado sorbo de cerveza-. No pudimos recuperar la silla entera, de modo que nos fue imposible experimentar con ella. Pero Holroyd era robusto, calculo que pesaba unos tres kilos mas que yo, y yo probe una de las sillas mas viejas de Toynton Grange, el modelo mas parecido al de el. Si el terreno era lo bastante firme y la pendiente de mas de treinta grados la podia hacer avanzar con un impulso fuerte. Julius Court declaro que vio que el cuerpo de Holroyd daba una sacudida, pero que desde donde estaba no distinguia si era para impulsar la silla o como reaccion espontanea al susto de encontrarse en movimiento. Y hay que recordar que era el unico metodo para matarse que tenia a su alcance. Estaba casi totalmente imposibilitado. Lo mas facil hubiera sido drogarse, pero todos los medicamentos estan bajo llave en el consultorio del primer piso; no tenia posibilidades de hacerse con algo peligroso sin ayuda. Podia haber intentado ahorcarse con una toalla del cuarto de bano, pero las puertas no tienen cerradura. Naturalmente es una precaucion ante la eventualidad de que los pacientes sufran algun percance y les sea imposible pedir ayuda, pero implica falta de intimidad.

– ?Y un posible defecto de la silla?

– Ya se me habia ocurrido, y fue debidamente planteado en la investigacion. Pero solo recuperamos el asiento y una de las ruedas de la silla. Las dos piezas laterales que llevaban los frenos de mano y la barra transversal con los trinquetes no se encontraron.

– Justamente las partes de la silla en las que se hubieran podido ver los defectos de los frenos, ya fueran de origen natural o deliberado.

– Si las hubieramos encontrado a tiempo y el mar no las hubiera estropeado demasiado. Pero no las encontramos. El cuerpo se habia desprendido de la silla en el aire o al recibir el impacto, y Court, como es natural, se concentro en recuperar el cadaver. El oleaje lo zarandeaba, los pantalones estaban llenos de agua y pesaba demasiado para transportarlo a mucha distancia. Pero le metio la toalla por el cinturon y consiguio sujetarlo hasta que llego la ayuda en las personas del senor Anstey, el doctor Hewson, la hermana Moxon y Albert Philby, el mozo, con una camilla. Entre todos pusieron el cadaver encima y regresaron trabajosamente a Toynton Grange por la playa. Entonces nos llamaron. En cuanto llegaron a casa al senor Court se le ocurrio que la silla tambien deberia recuperarse para examinarla y mando a Philby a buscarla. La hermana Moxon se ofrecio a acompanarlo. La marea se habia retirado unos veinte metros y encontraron la parte central, es decir el asiento y el respaldo, y una de las ruedas.

– Me sorprende que Dorothy Moxon fuera a buscar la silla, lo mas logico es que se hubiera quedado con los pacientes.

– Eso me parece a mi, pero Anstey se nego a salir de Toynton Grange y el doctor Hewson penso que su lugar estaba junto al cadaver. La enfermera Rainer tenia la tarde libre y alli no habia nadie mas, si excluimos a la senora Millicent Hammitt, y no creo que a alguien se le ocurriera contar con ella. Parecia importante que fueran dos los pares de ojos que buscaran la silla antes de que oscureciera.

– ?Y Julius Court?

– El senor Court y el senor Lerner pensaron que debian estar en Toynton Grange cuando llegaramos nosotros.

– Muy bien pensado. Y cuando llegaron sin duda estaba demasiado oscuro para rastrear el terreno debidamente.

– Si. Eran las siete y catorce. Aparte tomar declaraciones y disponer que el cadaver se trasladara a la funeraria, poco podiamos hacer hasta la manana siguiente. No se si ha visto esa playa con la marea baja. Parece una enorme lamina de caramelo de melaza negra que un gigante prodigioso se haya divertido en aplastar con un martillo gigantesco. Hicimos una busqueda bastante intensa en una amplia zona, pero si las piezas metalicas estan en las grietas que hay entre algunas rocas haria falta un detector de metales para localizarlas, con suerte, y material para recuperarlas. A mi modo de ver, lo mas probable es que hayan quedado enterradas bajo las piedras. Con la marea alta hay mucha turbulencia.

– ?Hay algun motivo para suponer que Holroyd sintiera de repente impulsos suicidas? -dijo Dalgliesh-. Quiero decir… ?por que eligio ese momento?

– Yo tambien lo pregunte. Una semana antes, es decir el 5 de septiembre, el senor Court, junto con el doctor y la senora Hewson, lo llevaron a Londres en el coche de Court para ver a sus abogados y a un medico del hospital St. Saviour. Es el hospital donde se formo el doctor Hewson. Deduzco que al senor Holroyd no le dieron muchas esperanzas de que fuera posible hacer algo mas por el. El doctor Hewson dijo que la noticia no parecio deprimirlo mucho. No esperaba otra cosa. El doctor Hewson me dio a entender mas o menos que Holroyd habia insistido en realizar la consulta simplemente para que lo llevaran a Londres. Era un hombre inquieto y le gustaba alejarse de Toynton Grange de vez en cuando. El senor Court pensaba hacer el viaje de todas maneras y les ofrecio su coche. Tanto la enfermera jefe, la senora Moxon, como el senor Anstey insistieron en que Holroyd no regreso especialmente deprimido, pero, claro, tienen cierto interes en desacreditar la teoria del suicidio. Los pacientes me contaron una historia bastante distinta. Despues de su

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