Parecia poco probable que hubiese sido capaz de reunir las energias necesarias para emitir un ladrido, y mucho menos para pegar una dentellada. Pregunto:
– ?Quien gano?
– ?Sir Paul! Acerto al otro con lo que llaman, segun creo, un gancho en la mandibula. Parecio un golpe muy satisfactorio. El mas joven cayo al suelo y entonces sir Paul lo agarro por el cuello de la chaqueta y por los pantalones, como si fuera un cachorrillo, y lo arrojo al rio. Hubo un buen chapotazo. «Dios mio -le dije a Makepeace-, ?que velada tan extraordinaria la que estamos pasando!»
Dalgliesh penso que la escena empezaba a asemejarse a un capitulo de una obra del genero cultivado por la propia senorita Gentle. Dijo:
– ?Y que ocurrio despues?
– Sir Paul vadeo en el rio y pesco al otro. Supongo que en realidad no queria que se ahogara. Tal vez no supiera si sabia o no nadar. Entonces lo arrojo sobre la hierba, dijo algo que yo no pude oir y echo a andar aguas arriba, en direccion a mi. Al pasar ante mi, asome la cabeza y dije: «Buenas noches. No creo que me recuerde, pero nos conocimos el pasado mes de junio, en la fiesta de los conservadores en Hertfordshire. Yo estaba visitando a una sobrina mia. Soy Millicent Gentle».
– ?Y que hizo el?
– Se acerco, se agacho junto al chinchorro y me estrecho la mano. No estaba nada sofocado, ni desconcertado en absoluto. Empapado si, desde luego, y le sangraba la mejilla. Parecia un aranazo. Pero se mostraba tan dueno de si como el dia en que nos conocimos en la fiesta de los conservadores. Le dije: «He visto la pelea. No lo habra matado, ?verdad?» Y el contesto: «No, no lo he matado. Solo he querido hacerlo». Entonces se excuso por lo sucedido, y yo le dije que en realidad no era necesario. Estaba empezando a tiritar -de hecho no hacia calor como para andar con la ropa mojada- y le sugeri que viniera a mi casa para secarse. Me dijo: «Es muy amable por su parte, pero creo que primero debo cambiar el coche de sitio». Sabia a que se referia, desde luego. Seria mejor que saliera del Black Swan antes de que alguien le viera o supiera que estaba alli. Los politicos han de tener cuidado. Le sugeri que lo aparcara en cualquier lugar junto a la carretera, y le dije que yo le esperaria un poco mas arriba, hasta que regresara. Hubiera podido venir a mi casa en coche, claro, pero eran ocho kilometros o mas, y en realidad estaba pasando mucho frio. Desaparecio y yo espere. No tardo mucho. Regreso antes de cinco minutos.
– ?Y que fue del otro hombre?
– No espere para verlo. Sabia que se repondria. Ademas, no estaba solo. Habia una chica con el.
– ?Una chica? ?Esta segura?
– Ya lo creo, totalmente segura. Salio de entre las matas y vio como sir Paul arrojaba al otro al rio. No pude dejar de verla. Estaba totalmente desnuda.
– ?Podria reconocerla?
Sin que se lo pidiera, Kate abrio su bolso y le tendio la fotografia.
La senorita Gentle dijo:
– Pero ?no es esta la chica que se ahogo? Es posible que fuera la misma, pero no le vi claramente la cara. Habia muy poca luz, como ya he dicho, y debian de estar a unos treinta metros de distancia.
– ?Y ella que hizo?
– Se rio. Fue algo extraordinario. Una carcajada tras otra. Cuando sir Paul se metio en el agua para sacar al otro, ella se sento en la orilla, desnuda como estaba, y partiendose de risa. No esta bien reirse del infortunio de los demas, pero en realidad el tenia un aspecto muy comico. La escena fue de lo mas extrano. Dos hombres saliendo empapados del rio, y una chica desnuda sentada junto a la orilla y riendose. Y tenia una risa contagiosa, sonora y alegre. Resonando sobre el agua, no parecia maliciosa. Pero supongo que debia de serlo.
– ?Y que hacia entretanto el grupo de la barcaza?
– Remaban aguas abajo en direccion al Black Swan. Tal vez empezaran a sentirse un poco asustados. El rio esta muy negro por la noche, y resulta muy extrano, casi siniestro. Yo ya me he acostumbrado y me siento en el a mis anchas, pero creo que ellos deseaban volver en busca de las luces y el calor.
– Por tanto, lo ultimo que vio usted del hombre y la chica es que estaban juntos en la orilla, y entonces usted empezo a remar lentamente contra corriente sin que la viera, ?no es asi?
– Si. El rio se curva alli ligeramente y las matas son mas altas junto al agua. A ellos en seguida los perdi de vista. Me sente tranquilamente y espere a que regresara sir Paul.
– ?Desde que direccion?
– Desde mas arriba, la misma direccion en que habia remado yo. Tuvo que venir atravesando el aparcamiento para coches, ?comprende?
– ?Sin oir ni ver al chico y a la chica?
– Bueno, sin poder verlos, pero yo todavia la oi a ella, riendose, mientras cruzabamos el rio. Tuve que remar con mucho cuidado, pues con Makepeace y un pasajero ibamos muy bajos sobre el agua.
La imagen de los dos en aquel cascaron, con Makepeace rigido en la proa, era ridicula pero al mismo tiempo conmovedora, y a Dalgliesh le entraron ganas de echarse a reir. No esperaba sentir un impulso semejante en medio de una investigacion por asesinato, y mucho menos en esta, y lo agradecio. Pregunto:
– ?Cuanto tiempo estuvo riendose la chica?
– Casi hasta que llegamos a la orilla opuesta. Entonces, de repente, la risa ceso.
– ?Oyo usted algo en aquel momento? ?Un grito, una zambullida en el agua?
– Nada. Pero es que si ella se zambullo limpiamente alli, apenas pudo oirse nada. Y no creo que yo hubiera podido oir la zambullida con el ruido de mis remos.
– ?Y que ocurrio entonces, senorita Gentle?
– Primero, sir Paul pregunto si podia utilizar el telefono para una llamada local. No dijo adonde y yo, naturalmente, no se lo pregunte. Le deje alli y entre en la cocina, para que el pudiera sentirse a sus anchas. Despues, le sugeri que tomara un bano caliente. Encendi el calentador electrico del cuarto de bano y tambien todas mis estufas de parafina. No parecia el momento propicio para economizar. Y le di un desinfectante para la cara. No creo haber mencionado que aquel joven le habia hecho un feo aranazo en la mejilla. No era una manera muy viril de pelear, pense. Despues, mientras el estaba en el cuarto de bano, le seque la ropa en la secadora. Yo no tengo lavadora, y en realidad no la necesito, viviendo, como vivo, sola. Incluso me las arreglo muy bien con las sabanas, gracias al escurridor. Sin embargo, no sabria como arreglarmelas sin la secadora. Ademas, le di la vieja bata de mi padre para que se la pusiera mientras se le secaba la ropa. Es de pura lana y calienta mucho. Ahora ya no se fabrican batas asi. Cuando salio del cuarto de bano, pense que estaba muy guapo con ella. Nos sentamos ante el fuego y yo prepare un poco de cacao caliente. Por tratarse de un caballero, pense que tal vez le gustara algo mas fuerte y le ofreci mi vino de bayas de sauco, pero me dijo que preferia el cacao. Bien, en realidad no dijo que prefiriese el cacao. Le hubiese gustado probar el vino, pues estaba seguro de que habia de ser excelente, pero pensaba que una bebida caliente le sentaria mejor. Estuve de acuerdo con el. En realidad, no hay nada tan reconfortante como un buen cacao bien fuerte cuando el frio aprieta. Lo prepare con leche. Habia encargado medio litro mas porque aquella noche habia pensado hacer coliflor con bechamel para cenar. ?No fue una suerte?
Dalgliesh dijo:
– Lo fue, ciertamente. ?Ha hablado de esto con alguna otra persona?
– Con nadie. Y no se lo hubiera dicho a usted si no me hubiera telefoneado y si el no estuviera muerto.
– ?Le pidio el que guardara silencio al respecto?
– Oh, no, el no hubiera hecho tal cosa. No era de esa clase de hombres, y ademas sabia que yo no lo contaria. Siempre se sabe cuando se puede confiar en una persona en un caso como este, ?no cree? Si se puede confiar, ?por que decirselo? Y si no se puede, de nada sirve pedirlo.
– Le ruego que siga sin hablar de ello, senorita Gentle. Podria ser muy importante.
Ella asintio, pero sin decir palabra, y Dalgliesh pregunto, sin saber si ello podia ser importante ni por que necesitaba saberlo con tanta urgencia:
– ?De que hablaron ustedes?
– No de la pelea, al menos no mucho. Yo dije: «Espero que no fuese por una mujer, ?verdad que no?». Y el me dijo que si.
– ?La mujer que se reia, la chica desnuda?
– No lo creo. No estoy segura del porque, pero no lo creo. Tengo la sensacion de que se trataba de algo mas