familia, excepto, claro esta, que no lo es. Nunca lo ha sido. Ella los odia. No lo sabe en realidad, todavia no lo sabe, pero los odia y un dia despertara y se dara cuenta. Como yo. Esa vieja bruja asquerosa, lady Ursula. La he visto procurar no sentirse rebajada cuando Evelyn la toca.

– ?Evelyn?

– Mattie. Sepa que ella tiene un nombre. Pero ellos le encontraron un apodo, como si se tratara de un gato o de un perro.

– Si han estado abusando de sus servicios durante anos, ?por que no se marcho?

– Demasiado atemorizada. Estaba ida. Cuando alguien pasa una temporada en una de esas granjas de la proteccion y el padre es un asesino, la gente se vuelve suspicaz. Ya no se atreven a confiar a esas personas el cuidado de sus preciosos hijos o dejarlas andar por sus cocinas. Los Berowne la tenian bien segura, alli donde querian tenerla, ya lo creo. ?Por que habian de pensar, si no, que a ella le entusiasmaba cuidar a aquella vieja egoista, lavarla por debajo de sus tetas caidas como pellejos? ?Espero no llegar a viejo!

Ella dijo:

– Llegara. Alli donde va a ir, le cuidaran debidamente. Una dieta saludable, ejercicio diario, bien seguro durante la noche. Llegara a viejo, sin lugar a dudas.

El se echo a reir.

– Pero no me mataran, ?verdad que no? No pueden hacerlo. Y volvere a salir. Curado. La sorprenderia saber con que rapidez me curaran.

– No, si mata a una oficial de policia.

– Esperemos que no sea necesario, pues. ?Cuando estara lista esa comida? Tengo ganas de ponerme en marcha.

Ella contesto:

– Pronto. Ya no puede tardar mucho.

La cocina empezaba a llenarse del sabroso olor de la salsa. Cogio el paquete de la pasta y saco de el un punado de espaguetis. Los partio y los leves chasquidos le parecieron insolitamente fuertes. Penso: Si Allan ha telefoneado a la policia, pueden estar ya ahi afuera, perforando la pared, mirando, vigilando, escuchando. Se pregunto como procederian. ?Telefonearian y comenzarian el largo proceso de negociacion? ?Irrumpirian de golpe? Probablemente, ninguna de las dos cosas. Mientras el ignorase su presencia, vigilarian y escucharian, sabiendo que mas tarde o mas temprano el saldria del apartamento con sus dos rehenes. Esto les ofreceria la mejor oportunidad para reducirlo a la impotencia. Si es que estaban alli. Si es que Allan habia actuado.

De pronto, el dijo:

– Dios, este lugar es de lo mas patetico. Usted no puede verlo, ?verdad? Cree que esta muy bien. No, cree que esta mejor incluso. Cree que en realidad es algo. Se siente orgullosa de el, ?verdad? Un buen gusto aburrido, ortodoxo, horrible, convencional. Seis tazas espantosas colgadas de sus pequenos ganchos. No necesita nada mas, ?verdad? Con seis personas ya basta. No puede venir nadie mas porque no habria taza para el. Y lo mismo en la alacena. Le he echado un vistazo y lo se. Seis de cada cosa. Nada roto. Nada desportillado. Todo muy bien ordenado. Seis platos corrientes, seis de postre y seis soperos. Me ha bastado con abrir ese armario que hay detras de mi para saber como es usted. ?Nunca le entran ganas de dejar de contar la vajilla y empezar a vivir?

– Si por empezar a vivir se refiere a jaleo y violencia, no, no tengo ganas. Ya tuve bastante de eso cuando era una cria.

Sin mover la pistola, alargo la mano izquierda y levanto el pestillo de la alacena. Despues saco los platos corrientes, uno por uno, y los coloco sobre la mesa. Dijo:

– ?Verdad que no parecen reales? No parece que hayan de romperse.

Levanto uno de los platos y lo golpeo contra el borde de la mesa. Se partio limpiamente en dos. Despues cogio el siguiente. Ella siguio cocinando tranquilamente mientras oia romper un plato tras otro, cuidadosamente, y como las dos mitades eran dispuestas ordenadamente sobre la mesa. La piramide crecia. Cada golpe era como una pequena detonacion. Ella penso: Si realmente la policia se encuentra aqui, si han instalado sus dispositivos de escucha, captaran estos ruidos y trataran de identificarlos. El mismo pensamiento debio de ocurrirsele a el, que dijo:

– Es una suerte para las dos que no este la bofia ahi afuera. Se preguntarian que estoy haciendo y si entraran seria lamentable para esa vieja bruja. Los platos rotos no ensucian, pero no es posible colocar ordenadamente sangre y sesos encima de una mesa.

Ella le pregunto:

– ?Como lo hizo? ?Como se las ingenio para sorprenderle? Tuvo que presentarse ante el medio desnudo, con la navaja en la mano…

Habia hecho la pregunta para motivarle, para halagarle, pero lo que no esperaba era su respuesta. Broto de el casi como si fuesen amantes y el hubiera estado anhelando hacer sus confidencias. Dijo:

– Pero ?no lo comprende? ?El queria morir, maldito sea, queria morir! Practicamente, lo pidio. Hubiera podido tratar de detenerme, de rogar, de discutir, de iniciar una pelea. Hubiera podido suplicar, pedir misericordia. «No, por favor, no lo hagas. ?Por favor!» Eso era todo lo que yo queria de el. Por favor. Solo esas dos palabras. El cura pudo decirlas, pero no Paul Berowne. Me miro con aquel menosprecio… Y despues me volvio la espalda. ?Le aseguro que me volvio la espalda! Cuando entre medio desnudo, navaja en mano, nos quedamos mirandonos el uno al otro. El lo supo entonces. Claro que lo supo. Y yo no lo hubiera hecho si el me hubiese hablado, aunque fuese como a un ser medio humano. No le hice nada al nino. Puedo ser misericordioso. Y aquel nino esta enfermo. Si sale de aqui con vida, haga algo por el, por el amor de Dios. ?O es que no les importa, maldita sea?

Repentinamente, los ojos azules se habian vuelto luminosos. Ella penso: Esta llorando. En realidad, esta llorando. Y lloraba en silencio, sin una mueca en la cara. Kate no sintio compasion, tan solo una clara curiosidad. Apenas se atrevia a respirar, aterrorizada al pensar que la mano de el pudiera estremecerse, que se disparase el arma apoyada en la cabeza de su abuela. Podia ver los ojos de la anciana, agrandados y vidriosos como si ya estuviera muerta, su cuerpo rigido por el terror, sin osar parpadear a pesar de la presion del duro metal contra su craneo indefenso. Entonces el recupero el dominio de si mismo y, con un sonido entre sollozos y risas, dijo:

– Debia de parecer un loco de atar. Desnudo, o casi, pues solo llevaba puestos los calzoncillos. Y la navaja. El debio de ver la navaja. Quiero decir que yo no la ocultaba, ni mucho menos. Por tanto, ?por que no me detuvo? Ni siquiera se mostro sorprendido. Lo natural era que se quedara aterrorizado. Era de suponer que tratara de impedirlo. Pero el sabia a que habia ido yo alli. Solo me miro como diciendo: «?Asi que eres tu? Es extrano que hayas de ser tu». Como si yo no tuviera otra opcion. Tan solo un instrumento. Insensato. Pero yo si tenia opcion. Y el tambien la tenia. ?Dios, pudo haberme detenido! ?Por que no lo hizo?

Ella dijo:

– No lo se. No se por que no le detuvo. -Y acto seguido pregunto-: Ha dicho que no le hizo nada al nino. ?Que nino? ?Es que ha hablado con Darren?

El no contesto. Seguia mirandola fijamente, pero era como si no la viese, subitamente remoto como si hubiera entrado en un mundo privado. Y despues dijo, con una voz tan fria, tan prenada de amenaza, que ella apenas pudo reconocerla:

– Aquel mensaje sobre Trabajos de amor perdido, de Shakespeare. Era un codigo, ?verdad?

Exhibio una siniestra sonrisa de satisfaccion y ella penso: Dios mio, lo sabe y le alegra saberlo. Ahora tiene la excusa que el quiere, la excusa para matarnos. Su corazon empezo a latir con fuerza, como un animal que saltara y rebotara contra su pecho, pero consiguio mantener firme su voz:

– Claro que no. ?Como iba a serlo? ?De donde ha sacado semejante idea?

– De su libreria. La examine brevemente mientras exploraba el piso antes de que regresara. Tiene sus pequenas ambiciones, ?verdad? Todos los aburridos mamotretos de siempre, los que la gente se cree obligada a tener cuando intentan causar cierta impresion. ?O es que su amiguito trata de educarla? Le va a costar lo suyo. Sea como fuere, tiene usted un Shakespeare.

Kate respondio con firmeza, a traves de unos labios que parecian haberse hinchado y resecado al mismo tiempo:

– No era un codigo. ?Que codigo podia ser?

– Por su propio bien, espero que no lo fuese. No voy a dejarme acorralar en este agujero, con la policia afuera, esperando una excusa para entrar y liquidarme. Seria una operacion limpia, sin preguntas embarazosas.

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