pasado a hablar de si mismo. Ambos se habian inclinado hacia adelante, con las manos cruzadas. A cualquier pasajero que casualmente hubiese mirado al pasar por el pasillo, le hubieran parecido, penso Dalgliesh, dos penitentes encerrados en un confesionario privado y dandose mutuamente la absolucion. No parecia que Berowne esperase unas confidencias reciprocas, un intercambio de indiscreciones. El hablaba y Dalgliesh escuchaba. Dalgliesh sabia que ningun politico hubiera hablado con tanta libertad de no haber tenido una confianza absoluta en la discrecion de su oyente. Era imposible no sentirse halagado. El siempre habia respetado a Berowne; ahora le miraba con afecto y era lo bastante sincero respecto a sus reacciones para saber por que Berowne habia hablado de su familia:

– No somos una familia distinguida, tan solo una familia antigua. Mi bisabuelo perdio una fortuna porque le fascinaba una cosa para la que estaba absolutamente falto de talento: las finanzas. Alguien le dijo que la manera de ganar dinero era comprar cuando las acciones estuvieran bajas y vender cuando la cotizacion fuese alta. Una norma mas que sencilla y que impresiono su mente, mas bien subdesarrollada, con la fuerza de una inspiracion divina. No tuvo la menor dificultad en seguir el primer precepto. El problema fue que nunca tuvo la oportunidad de seguir el segundo. Era todo un genio para escoger perdedores. Lo mismo le habia ocurrido a su padre, pero en el caso de este los perdedores corrian sobre cuatro patas. No obstante, me siento agradecido a mi bisabuelo. Antes de perder su dinero, tuvo la buena idea de encargar a John Soane los planos de la casa de Campden Hill Square. A usted le interesa la arquitectura, ?no es verdad? Me gustaria que la viese cuando pueda disponer de un par de horas. Es lo menos que se merece la casa. En mi opinion, es todavia mas interesante que el museo Soane de Lincoln's Inn Fields; supongo que usted lo calificaria de neoclasicismo perverso. Yo la encuentro satisfactoria, al menos en el aspecto arquitectonico, pero no se si es una casa mas apta para admirarla que para vivir en ella.

Dalgliesh se pregunto como sabia Berowne que a el le apasionaba la arquitectura. Solo podia ser por el hecho de haber leido sus poesias. A un poeta puede desagradarle profundamente tener que hablar sobre sus versos, pero saber que alguien los ha leido es algo que siempre se agradece.

Y ahora, sentado con las piernas extendidas, en una silla demasiado baja para acomodar en ella su estatura de un metro noventa y dos, con los ojos fijos en aquella unica llama, que permanecia inmovil en aquella calma aromatizada por el incienso, pudo oir de nuevo el tono, repleto de disgusto, con el que Berowne le habia explicado por que abandono la practica de las leyes.

– Son tan extranas las cosas que determinan por que y cuando toma uno ese tipo de decision. Supongo que llegue a persuadirme de que mandar gente a la carcel era algo que yo no estaba dispuesto a hacer durante el resto de mi vida. Y aparecer tan solo como defensor siempre me habia parecido una opcion excesivamente facil. En realidad, nunca supe fingir que podia asumir la inocencia de mi cliente por el hecho de que yo me hubiera ocupado de asegurar que no llegara a confesar. Cuando uno ha visto a su tercer violador salir en libertad por el hecho de haber sido mas listo que el fiscal, se pierde la aficion a ese tipo de victoria. Pero esto es tan solo la explicacion facil. Sospecho que no hubiera tomado la decision si no hubiese perdido un caso importante, al menos importante para mi. No creo que usted lo recuerde… el caso de Percy Matlock. Mato al amante de su esposa. No era un caso particularmente dificil y confiabamos en lograr un veredicto de homicidio involuntario. E incluso con ese veredicto menos severo, abundaban las razones para mitigar la pena. Sin embargo, yo no me prepare con el cuidado debido. Supongo que pense que no era necesario. En aquellos tiempos, yo era muy arrogante. Pero no fue tan solo eso. En aquella epoca, yo estaba muy enamorado, una de esas aventuras que cuando ocurren parece revestir una importancia extraordinaria, pero que despues le dejan a uno con la sospecha de que tal vez se tratara de una especie de enfermedad. Sea como fuere, no trabaje en el caso como hubiera sido de rigor. Matlock fue declarado culpable de asesinato y murio en la prision. Tenia una hija, una nina pequena. La condena de su padre desmonto la precaria estabilidad que ella habia conseguido mantener y, cuando salio del hospital psiquiatrico, se puso en contacto conmigo y yo le encontre un trabajo. Todavia sigue llevando la casa para mi madre. No creo que fuera capaz de hacer otra cosa, pobre muchacha. Por lo tanto, yo vivo con un recuerdo constante e ingrato de mi necedad y mi fracaso, y sin duda eso me hace bien. El hecho de que ella me este en realidad agradecida - devocion es la palabra que utiliza la gente- no me facilita mas las cosas.

Despues siguio hablando de su hermano, muerto cinco anos antes en Irlanda del Norte:

– El titulo me llego a traves de su muerte. La mayoria de las cosas que yo suponia valiosas en la vida han llegado hasta mi a traves de la muerte.

No hablo, recordo Dalgliesh, de las «cosas valiosas» sino de las «cosas que yo suponia valiosas».

Podia oler, dominando la insistencia invasora del incienso, el leve olor acre del humo de la vela. Al abandonar su silla, la dejo encendida, con su llama palida contaminando el aire, y atraveso la nave y la verja para pasar a la parte posterior de la iglesia.

En la sacristia grande, Ferris habia montado su mesa metalica y depositado ordenadamente en ella su botin, con cada pieza etiquetada y metida en su bolsa de plastico. Ahora, lo contemplaba todo dando unos pasos atras, con el aire ligeramente ansioso del que monta una parada en un bazar parroquial y se pregunta si esta exponiendo debidamente sus articulos. Y ciertamente, asi dignificados y etiquetados, aquellos objetos diversos y ordinarios habian adquirido un significado casi ritual: los zapatos, uno de ellos con su costra de barro detras del tacon, la jarra manchada, el secante con su zigzag de marcas muertas dejadas por manos muertas, el dietario, los restos de la ultima cena de Harry Mack, el estuche cerrado de la navaja, y, ocupando el centro de la mesa, la prueba principal, la navaja asesina abierta, con pegotes de sangre en su hoja y en su mango de hueso. Dalgliesh pregunto:

– ?Algo interesante?

– El dietario, senor.

Ferris hizo un movimiento como si se dispusiera a sacarlo de su bolsa, pero Dalgliesh le dijo:

– Dejelo. Cuenteme.

– Es la ultima pagina. Parece como si hubiera arrancado las entradas de los ultimos dos meses y quemado estas paginas por separado, arrojando despues el libro abierto a las llamas. La tapa solo esta chamuscada. La ultima pagina es la que contiene los calendarios del ano pasado y del proximo. Ni siquiera tiene trazas de haberse chamuscado, pero falta la mitad superior. Alguien ha roto la pagina en dos. -Y anadio-: Supongo que pudo haberla doblado para utilizarla prendiendole fuego a partir del piloto del calentador de gas.

Dalgliesh levanto la bolsa que contenian los zapatos y comento:

– Es posible.

Sin embargo, le parecia improbable. Para un asesino con prisas, y este asesino las tenia, hubiera sido un metodo complicado e inseguro de conseguir fuego. Si habia llegado sin encendedor ni cerillas, seguramente lo mas facil hubiera sido sacar la caja del soporte sujeto con la cadenilla al calentador. Examino los zapatos que sostenia y dijo:

– Hechos a mano. Hay algunas rarezas que no pueden pasar por alto. Las punteras todavia estan brillantes, pero los lados y los tacones estan mates y ligeramente manchados. Parece como si hubieran sido lavados. Y todavia hay trazas de barro en los lados, asi como debajo del tacon izquierdo. Probablemente, el laboratorio encontrara senales de que han sido raspados.

Penso que dificilmente podian ser los zapatos que uno esperase encontrar en un hombre que habia pasado el dia en Londres, a no ser que hubiera paseado por los parques o a lo largo del camino de sirga del canal. Sin embargo, dificilmente hubiera podido llegar a pie a Saint Matthew siguiendo ese trayecto, y no habia senales de que se hubiera limpiado los zapatos en algun lugar de la iglesia. Pero esto volvia a ser anticipar las teorias a los hechos. Cabia esperar que se enterasen mas tarde del lugar donde Berowne habia pasado su ultimo dia en la tierra.

Kate Miskin aparecio en el umbral y dijo:

– Doc Kynaston ha terminado, senor. Esta todo dispuesto para retirar los cadaveres.

X

Massingham suponia que Darren vivia en una de las viviendas de pisos construidas por el Ayuntamiento de Paddington, pero la direccion que finalmente, despues de persuadirlo, le habia dado, correspondia a una calle corta y estrecha cerca de Edgware Road, un enclave de cafes baratos y ordinarios, en su mayoria goaneses y

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