no se agrega nadie que no tenga cierta aficion a la muerte. El peligro comienza cuando el placer se convierte en un fin por si mismo. Entonces es cuando llega la hora de pensar en otro tipo de trabajo.
Kate tuvo ganas de preguntarle: «?Ha pensado usted alguna vez en otro trabajo, senor?», pero sabia que la tentacion era ilusoria. Habia ciertos superiores a los que cabia hacerles semejante pregunta despues de tomar un par de whiskies en la cantina de los oficiales, pero Dalgliesh no era uno de ellos. Recordo el momento en que le dijo a Allan que Dalgliesh la habia elegido para la nueva brigada. El habia contestado, sonriendo: «?No crees, pues, que ha llegado el momento de que trates de leer sus versos?», y ella habia replicado: «Preferirla llegar a adaptarme al hombre, antes de intentar adaptarme a su poesia». No estaba segura de haberlo conseguido. Dijo:
– El senor Lampart hablo de los navajazos. Deliberadamente, nosotros no le habiamos dicho como murio sir Paul. Por lo tanto, ?por que ha mencionado una navaja?
Dalgliesh repuso:
– Totalmente razonable. El era un viejo amigo, una de las personas que habian de saber como se afeitaba Berowne. Debio de adivinar cual fue el arma utilizada. Es interesante que no se decidiera a preguntarnos directamente si fue asi. A proposito, tendremos que comprobar esos horarios sin perder tiempo. Creo que es una tarea para Saunders. Lo mejor sera que haga tres viajes a la misma hora, con la misma marca de coche y la misma noche de la semana, y si hay un poco de suerte, con las mismas condiciones meteorologicas. Y necesitaremos saber todo lo posible acerca de Pembroke Lodge. Quien es el propietario de la finca, quien tiene acciones, como funciona el negocio y cual es su reputacion.
Ella no podia tomar nota escrita de sus instrucciones, pero por otra parte tampoco era necesario. Se limito a contestar afirmativamente y Dalgliesh prosiguio:
– Tenia los medios, tenia los conocimientos y tenia el motivo. No creo que quisiera un matrimonio con ella, pero, desde luego, tampoco deseaba una amante empobrecida que pudiera empezar a pensar en la cuestion del divorcio. Sin embargo, si queria ver muerto a Berowne, y muerto antes de que se gastara el dinero en algun proyecto descabellado para albergar vagabundos, no necesitaba cortarle el cuello. Es medico. Existen metodos mas sutiles. Ese asesino no mato simplemente por conveniencia. Hubo una explosion de odio en aquella habitacion y el odio no es una emocion facil de ocultar. No lo vi en Stephen Lampart. Arrogancia, agresion, celos sexuales contra el hombre poseedor de la mujer, pero odio no.
A Kate nunca le habia faltado valor y no le falto ahora. Despues de todo, el la habia seleccionado para su equipo. Era de suponer que juzgara que su opinion era digna de ser oida. El no buscaba una subordinada femenina para que acariciara su ego. Por consiguiente, dijo:
– Sin embargo, ?no pudo haber sido conveniencia mas que odio, senor? Matar sin despertar sospechas no es facil, ni siquiera para un medico. El no era el medico de cabecera de sir Paul. Y esto, de haberlo podido hacer como habia planeado, podia ser el asesinato perfecto, incluso lejos de la sospecha de asesinato. Fue Harry Mack el que enredo la cosa. Sin esa segunda muerte, ?no lo hubieramos interpretado segun las apariencias, es decir, como un suicidio?
Dalgliesh contesto:
– Seguido por el usual y eufemistico veredicto de «con las facultades mentales perturbadas». Tal vez. Si no hubiera cometido el error de llevarse las cerillas y quemar a medias el dietario. Eso fue un refinamiento innecesario. En ciertos aspectos, la pista de aquella cerilla a medio quemar es la mas interesante del caso.
De pronto, Kate se sintio a sus anchas con el, casi como una companera. Ya no pensaba en la impresion que pudiera causar ella, sino en el caso. Hizo lo que hubiera hecho con Massingham. Con los ojos fijos en la carretera, penso en voz alta:
– Una vez el asesino decidio quemar el dietario, supo que necesitaba llevarse las cerillas a la iglesia. Berowne no fumaba, por lo que no podia haber un encendedor en el cadaver. Evidentemente, hubiera sido una imprudencia utilizar su propio encendedor, si es que lo tenia, y no podia estar seguro de encontrar cerillas en la sacristia. Y cuando las encontro, la caja estaba encadenada y resultaba mas facil y rapido utilizar la caja que llevaba consigo. El tiempo era vital. Por consiguiente, volvemos a alguien que conocia a sir Paul, que conocia sus habitos, que sabia donde se encontraba el martes por la noche, pero que no estaba familiarizado con la iglesia. Sin embargo, dificilmente podia llevar el dietario en la mano cuando llego. Por lo tanto, llevaba una chaqueta o un abrigo con bolsillos amplios. O tal vez una bolsa o algo por el estilo, un macuto, una cartera, un maletin de medico.
Dalgliesh observo:
– Tambien pudo haberlo llevado en medio de un periodico doblado.
Kate prosiguio:
– Llama a la puerta. Sir Paul le franquea la entrada. Pide ir al lavabo. Deja su bolsa alli, junto con las cerillas y el dietario. Se quita ropa. Tal vez se queda desnudo. Despues vuelve a la sacristia pequena. Pero esto empieza a parecer extrano, senor. Su victima no hubiera permanecido alli, esperando tranquilamente. Seguro que no al encontrarse ante un hombre desnudo y con una navaja abierta en la mano. Paul Berowne no era viejo ni estaba enfermo o debilitado. Se hubiera defendido. No es posible que ocurriera asi.
– Concentrese en las cerillas.
– Pero debia de estar desnudo cuando cometio el crimen. Al menos, desnudo hasta la cintura. El sabia que correria la sangre en abundancia. No podia correr el riesgo de mancharse la ropa. Pero… ?Claro! Primero atonta a su victima de un golpe. Despues va a buscar la navaja, se desnuda y efectua la operacion delicada. Vuelve al lavabo. Se lava rapidamente pero a fondo, y vuelve a vestirse. Despues, finalmente, quema el dietario. Asi puede estar seguro de que no habra sangre en la reja de la chimenea. Debio de ocurrir todo por este orden. Finalmente, tal vez por habito, se mete la caja de cerillas en el bolsillo de la chaqueta. Esto sugiere que estaba acostumbrado a llevar cerillas. Un fumador, tal vez. Debio de tener un sobresalto al meterse la mano en el bolsillo mas tarde y encontrarlas, y comprender que hubiera debido dejarlas en el lugar del crimen. ?Por que no regreso? Demasiado tarde, tal vez. O acaso no se sintiera capaz de entrar nuevamente alli.
Dalgliesh dijo:
– O acaso sabia que una segunda visita aumentaria el riesgo de ser visto, o de dejar alguna pista en la sacristia. Pero supongamos que el asesino se llevo su caja de cerillas adrede. ?Que sugiere esto?
– Que la caja que utilizo podia serle atribuida. Pero esto es improbable, desde luego. Utilizaria una marca corriente, una de esas cajas que hay a millones. Y no pudo saber que encontrariamos aquella cerilla medio quemada. Tal vez se la llevo porque era una caja que alguien podia echar en falta. Tal vez planeara devolverla, y esto significa que no fue a la iglesia desde su propia casa. Logicamente, el venia de Campden Hill Square, donde se habia apropiado del dietario y tambien de la caja de cerillas. Pero, en este caso, si la caja de cerillas procedia de casa del propio Berowne, ?por que no dejarla en el escenario del crimen? Aunque se averiguase la procedencia de la caja, solo podia llevarnos hasta el propio Berowne. Por lo tanto, hemos de pensar de nuevo en un simple error. Una cuestion de habito. Se metio la caja en el bolsillo.
Dalgliesh dijo:
– Si lo hizo, no debio de preocuparle mucho despues de la primera impresion causada por el descubrimiento. Se diria que nosotros supondriamos que Berowne utilizo las cerillas de la caja encadenada, o que pensariamos que las cerillas se habian quemado junto con el dietario. O acaso llegaramos a la suposicion de que pudo haber utilizado una cerilla de uno de esos estuches que se obtienen en hoteles y restaurantes, lo bastante pequenas como para consumirse sin dejar traza. Desde luego, no cabe imaginar a Berowne como un hombre que recogiera cerillas del restaurante, pero la defensa podria argumentar que esto fue lo ocurrido. No es este, precisamente, un momento propicio para solicitar acusacion solo por las pruebas forenses, y no hablemos ya de ese par de centimetros de cerilla medio quemada.
Kate pregunto:
– ?Como cree usted que ocurrio, senor?
– Posiblemente, de modo muy parecido a lo que usted ha descrito. Si sir Paul se hubiera encontrado ante un asaltante desnudo y armado, dudo que hubieramos encontrado lo que encontramos en aquella habitacion. No habia senal de lucha, lo cual sugiere que primero debio de quedar aturdido por un golpe. Hecho esto, el asesino emprendio su trabajo, con rapidez, expertamente, sabiendo perfectamente lo que habia de hacer. Y no necesito mucho tiempo. Un par de minutos para desnudarse y coger la navaja. Menos de diez segundos para cometer el asesinato. Por consiguiente, el golpe para aturdir a la victima no tuvo que ser muy fuerte. De hecho, debio de estar muy bien calculado, para no dejar una contusion sospechosamente grande. Pero hay otra posibilidad. Pudo haber puesto algo alrededor de la cabeza de Berowne, y de este modo haberlo derribado. Algo blando, un panuelo