aliada. Afonso llamo a los zapadores mineros de la tercera compania, tambien implicados en la operacion, y arrasaron los refugios. Poco despues, un «Very Light» verde ilumino el cielo a la derecha. Era la senal de retirada que daba el comandante de la operacion, el capitan Ribeiro de Carvalho. Los hombres regresaron a la primera linea alemana y Afonso volvio al telefono del senalero.

– Aqui peloton del centro -anuncio-. Antonio. Repito. Antonio.

Se trataba del codigo que informaba de que iban a retirarse. Devolvio el telefono al senalero y dio la orden de retirada. El grupo entro por la brecha abierta en el alambre de espinos, atraveso la Tierra de Nadie y regreso a Copse Trench, el punto de Ferme du Bois de donde habian salido dos horas antes.

Capitulo 14

Afonso abandono las lineas en un estado de total agotamiento y, como todos los hombres que participaron en el raid, obtuvo un permiso especial de dos dias. Despues de presentarle un informe al mayor Montalvao, el comandante de la Infanteria 8, solicito un caballo y se fue hasta Bethune, al anexo que se habia convertido en su hogar. Dejo la montura amarrada a un roble, junto a un abrevadero, y camino ansiosamente hacia el local alquilado por Agnes. Se detuvo frente a la puerta de madera tosca, busco la llave en el bolsillo, la puso en la cerradura y entro.

– ?Agnes?

Nadie respondio. Miro a su alrededor y comprobo que todo se encontraba ordenado, el anexo relativamente templado. Su amante se habia ido probablemente a trabajar, pero habia dejado el anexo impecable antes de salir. Afonso cerro la puerta, se quito la chaqueta, fue hasta el lavabo, se miro al espejo, se vio cansado, para colmo sin afeitarse y con unas ojeras que le ensombrecian los ojos. Cogio la jarra, se echo agua fria en las manos, se lavo la cara, se quito la ropa inmunda, las botas enlodadas y los calcetines sucios, sumergio los pies en la tina, el agua estaba tan fria que hasta le dolieron los oidos, se paso agua por el cuerpo, esforzandose por quitarse el barro seco que le cubria la piel, se froto con jabon, volvio a pasarse agua, despues sumergio la cabeza en el agua fangosa, salio mas barro, se paso tambien una toalla humeda por el cuerpo, temblando de frio se seco deprisa, se puso calcetines limpios, un pijama lavado, se tumbo en la cama y se envolvio con las mantas.

Una superficie humeda, calida y suave pegada a sus mejillas y un agradable y familiar aroma perfumado lo hicieron abrir los ojos. Vio unos labios enormes frente a el y tardo dos segundos en volver en si. Era Agnes quien lo besaba.

– Ca va, mon mignon?

La voz era suave, casi una caricia, y Afonso se sintio bien.

– Hola, mon petit choux -dijo con voz de sueno.

Se dio cuenta entonces de que estaban en la penumbra, todo se encontraba oscuro, habia caido la noche, se habia pasado todo el dia durmiendo. La francesa le paso la mano carinosamente por la cara.

– ?Y? ?Como ha ido la guerra hoy?

Afonso vacilo. Quiso contarle todo, hablarle del raid, de los mil peligros, del miedo, de los muertos y de la historia del aleman moribundo, incluso abrio la boca, pero se interrumpio a tiempo, penso que era inconveniente relatarle la operacion, se asustaria y viviria sobresaltada, mas de lo que ya vivia, era preferible que siguiese creyendo que su capitan estaba ahora unicamente encargado de tareas burocraticas en las trincheras.

– Todo normal -repuso, fingiendose despreocupado-. Muchos papeles, muchos papeles.

– ?No has hecho des betises?

– Non.

– ?No has andado detras de demoiselles?

– ?En las trincheras?

Ella se rio.

– Oh la la! ?Son las peores! -exclamo, haciendole un guino con sus adorables ojos verdes.

– ?Ah, si, lo que mas hay alla son justamente demoiselles! -comento Afonso con una sonrisa amarga-. Tontita.

Dijo «tontita» en portugues y ella abrio mucho los ojos.

– Quoi?

– Tontita.

– C'est quoi, ca?

– ?Tontita? Pues… que se yo, es algo asi como…, pues…, parvalhone.

– Parvalhone?

Afonso se rio. Cuando no sabia cual era la palabra francesa exacta, afrancesaba una palabra portuguesa, pero no siempre le salia bien.

– No interesa -dijo desistiendo de encontrar la palabra exacta-. ?Como va el pequenito?

Agnes miro su vientre. La prominencia del embarazo era aun minuscula.

– Oh, se ha portado bien, es un amor.

– Tenemos que elegirle un nombre. ?Ya lo has pensado?

– Oui -dijo ella, poniendose seria-. ?Por que no Alphonse, como su papa?

– ?Afonso? No, vamos a pensar en otro…

– Tambien tenemos la posibilidad del nombre de mi padre. ?Como se dice Paul en portugues?

– Paulo.

– Hum, parece italiano. -Adopto una actitud meditativa, apreciando la sonoridad del nombre-. Paolo. Me gusta.

– Paulo -corrigio Afonso-. Me parece bien. -Le dio un beso-. Pero, oye, ?y si es una nina?

– Si es una nina, tenemos dos posibilidades. O Michelle, como mi madre, o, si no, el nombre de tu madre. ?Como se llama ella?

– Mariana.

– Mariana, pues. Uno de esos dos.

– ?Por que no Ines?

– ?Ines? ?Que nombre es ese?

– Es Agnes en portugues.

Agnes hizo una mueca con la boca, pensativa.

– Es una idea. Vamos a madurarla, al fin y al cabo, tenemos tiempo. El doctor Almeida me ha dicho que el parto no sera hasta octubre.

Afonso hizo esa noche el amor sin tranquilidad, las imagenes del raid, del aleman despanzurrado, de la carrera alocada, de los proyectiles que silbaban, todo en su mente todo el tiempo. Miraba a Agnes y veia la guerra, los muertos, las explosiones, los disparos, los «Very Lights», los gritos, la crueldad, el miedo. Tuvo dificultad en concentrarse. Despues de saciar sus cuerpos, se aferro a ella como si fuese a perderla al cabo de unos instantes. Emocionado, le cogio la mano y la miro a los ojos.

– ?Quieres casarte conmigo?

Agnes se estremecio y lo abrazo con fuerza.

– Oui, oui -susurro-. Pense que nunca me lo preguntarias.

El la beso en los labios y sintio sus mejillas humedas.

– Nos casamos, tenemos el hijo y vienes conmigo a Portugal. Vas a ver aquel sol…

Ella se sono.

– Oui.

– Voy a pedir un permiso para casarnos. ?Que te parece a finales de abril?

Вы читаете La Amante Francesa
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату