Afonso se encogio de hombros, cansado.

– Si, desde este punto de vista no ha estado mal. Entre todos los pelotones que participaron en el raid, matamos a un monton de boches, hicimos un prisionero, destruimos un decauville y unos cuantos refugios, no estuvo mal.

– ?Vosotros sufristeis muchas bajas?

– En mi peloton, ninguna. Pero, en los demas pelotones, hubo mas de diez hombres heridos, entre ellos un alferez y un teniente. Creo que encontraron un refugio que era un verdadero avispero de boches, pero los mataron a todos. O, mejor dicho, a casi todos, incluso apresaron a uno, que yo sepa.

– He oido decir que nuestros dos oficiales que acabaron heridos no se encuentran bien -comento Mascarenhas en voz baja; por un momento, se hizo un silencio embarazoso, pero el tramontano retomo la conversacion deprisa con un tono mas animado-. ?Y tu? ?Has visto a muchos boches?

– Ni por asomo. Los tipos se escabulleron, llegamos a pillar a unos cuantos en fuga y a otros escondidos en los refugios, pero nada especial.

– Espero que el raid haya puesto a los tipos a raya. Se estan envalentonando cada vez mas, con los ataques que nos lanzaron los dias 2 y 7. ?Te has fijado en que han intensificado las operaciones?

– Si, esta llegando la primavera, el barro comienza a secarse y la cosa se va a calentar.

– Pero no son solo los raids -insistio el mayor-. He estado leyendo los informes y he observado que los tipos han intensificado tambien las patrullas, este mes ya intentaron entrar varias veces furtivamente en nuestra primera linea. Eso raramente ocurria antes.

– ?Ah, si? No lo sabia…

– ?Y has notado que la artilleria boche ha estado mas activa de lo normal?

– En eso ya habia reparado. Me pregunto que es lo que estan pretendiendo hacer. Ademas, el propio Mardel esta preocupado, por eso hemos hecho el raid de ayer.

– Pues hoy las cosas se han puesto de nuevo calientes, el comando ha recibido la informacion de que los tios atacarian en todo momento y lanzo la orden de que nuestra artilleria bombardease Pietre, Lugny le Petit y algunos sectores de la retaguardia a la altura de Illies. De modo que, en este momento, hay una actividad desenfrenada.

Se quedaron los dos oyendo el rumor distante de la artilleria, los canones portugueses y alemanes a fuego y contrafuego. Madame Cazin se acerco mientras tanto a la mesa con el menu. Mascarenhas lo consulto y pidio unas andouilles con manzana. La duena del estaminet se alejo y el mayor le guino el ojo a Afonso.

– No se que cuernos es eso de las andouilles, pero por el nombre parece un ave. ?Seran tal vez golondrinas?

Afonso sonrio.

– Picadillo envuelto en tripa -dijo.

– ?Tripa?

– Rellena de picadillo. Y manzanas. Los normandos le ponen manzanas a todo.

– ?Normandos?

– Si, hombre, normandos. ?No sabias que la duena de este estaminet es normanda?

– ?Que? ?Ella? ?Una vikinga?

– No, hombre, Normandia es una region de Francia que esta aqui cerca, junto a la costa. Vino de alli, nada mas que eso.

– Ah -exclamo, hizo una pausa y se quedo pensando en el plato que habia encargado-. No me disgustan las tripas ni el picadillo. En Vila Real comemos eso y mucho mas.

Se quedaron los dos callados, mirando por la ventana que estaba junto a la mesa. Afonso bebio el ultimo trago de poire.

– ?Sabes lo que mas sorprendio cuando fuimos ayer a recorrer la Mitzi?

– ?Que?

– Las trincheras de los boches.

– ?Que tienen?

– Son de un lujo tremendo. Todo muy bien cuidado, el suelo seco, sofas, literas, iluminacion electrica, gramofonos, relojes de pendulo, alfombras, que se yo. Hasta he visto un refugio decorado con papel pintado, fijate.

– Estas bromeando.

– En serio. Aquello es increible, parece que estan en casa, esta todo muy limpio, muy bien organizado. Ademas, son de una seguridad a toda prueba. Los refugios de la linea B estan cavados en profundidad, defendidos por paredes de hormigon y conectados unos a otros por una red de tuneles subterraneos. Resulta dificil de creer.

– Pero ?es realmente asi?

– Tal como te lo digo. Tim ya me habia hablado de eso alguna vez, pero yo no lo crei, pense que eran patranas. Pero ahora que lo he visto…

– ?Como consiguen tenerlo todo tan arreglado?

– Han invertido mucho en las instalaciones de defensa. Por lo que parece, mientras que nosotros consideramos las trincheras como un lugar de paso, un refugio efimero mientras no los obligamos a retroceder, ellos las consideran como un puesto de permanencia a largo plazo, un sitio del que nunca saldran. Nuestros mandos piensan que tenemos que dejar de lado las comodidades para afirmar nuestra voluntad de expulsarlos, dicen ellos que es para que mantengamos el espiritu ofensivo. Los mandos de los alemanes, en cambio, piensan que su ejercito tiene que sentirse comodo para afirmar su voluntad de no retroceder. De modo que, mientras que nosotros estamos en una pocilga, ellos se regalan con suntuosas mansiones excavadas en la tierra.

Mascarenhas abrio las manos con las palmas hacia arriba, en un gesto resignado.

– C'est la vie!

Capitulo 15

La mano derecha se curvo como una garra, las unas cargadas con la suciedad negra del barro oscuro de la tierra, aquel barro viscoso y pegajoso que lo invadia todo y todo lo impregnaba, insidioso y tan omnipresente que todos se habian resignado a el. Vicente metio su mano por debajo de la camisa y se rasco el hombro izquierdo.

– ?Joder con las pulgas! -exclamo, volviendo el cuello hacia el lado donde sintio la comezon. Se levanto un poco la camisa, por el cuello, y observo la roncha roja producto de la picadura del parasito. Acto seguido, con la misma mano se rasco el cuero cabelludo, irritado por los piojos. Vicente recorrio el refugio con la mirada y suspiro de fastidio-. Solo a nosotros nos meten en este gallinero -rezongo-. Quien ha visto a los boches viviendo como hidalgos, en sus palacetes subterraneos, y quien nos ha visto aqui, en este agujero hecho de barro y mierda, debe de pensar que somos tontos. -Se callo un instante, reflexionando-. ?Y quieren saber algo? Realmente lo somos. Somos tontos, somos unos soberanos tontos por someternos a estas condiciones, y todos calladitos, mientras los cabrones de los oficiales se hacen con las mejores instalaciones, los buenos ranchos, las grandes cogorzas y las buenas mujeres, y se estan cagando en nosotros. Se estan cagando.

– Puedes estar seguro -coincidio Baltazar, tumbado en su catre, con los brazos abiertos y las manos cruzadas bajo la nuca, a manera de cojines, sosteniendo la cabeza-. Esto no es vida, no es vida. Estamos aqui arrastrandonos, manducamos unas raciones mal preparadas y, para colmo, tenemos que aguantar estos bombardeos del carajo que no hay forma de parar.

Fuera, la artilleria de los dos lados estaba ese dia muy activa, mas de lo normal. Es verdad que la actividad

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