caetera. O sea que el mundo no tiene sentido, somos nosotros quienes se lo atribuimos, nosotros le inventamos un sentido para reconfortarnos.

– ?Y usted cree en eso?

– Que va, Afonso, claro que no. Si creyese en eso, no seria sacerdote, valgame Dios.

– ?No hay nada que considere verdadero de lo que el ha dicho?

– Bien, eso es otra cosa. Mira, Schopenhauer veia el mundo como algo cruel, un lugar de sufrimiento en el que es preciso matar para vivir. Por ejemplo, en todo momento los animales estan matando a otros animales, hay millares y millares de muertes por segundo en todo el mundo. Vae victis. Para que un solo animal carnivoro viva durante un ano, tendra que morir un centenar de animales para alimentar a ese unico sobreviviente. Y para que un solo animal herbivoro viva durante ese mismo ano, tienen que morir muchos vegetales para darle de comer. Por otro lado, las propias plantas viven a costa de la putrefaccion de la carne de los animales y de los restos de las otras plantas. O sea que la vida se alimenta de mucha muerte. Dura lex sed lex. Schopenhauer opinaba que el mundo de los hombres obedece a la misma ley, los seres humanos viven una vida de sufrimiento en que los hombres son esclavos de sus necesidades y deseos. Es una vida hecha de violencia, de frustraciones, de dolor, de enfermedades, de miedo, de esclavitud, de lucha, de victorias efimeras y derrotas permanentes, es un proceso de perdidas constantes y sucesivas, y lo peor es que todo eso siempre acaba mal, la vida termina invariablemente con la perdida final, la muerte; en nuestra existencia no hay finales felices.

– Resulta aterrador.

– Es deprimente.

– ?Considera todo eso verdadero?

– En cierto modo -dijo el maestro-. Vivir es sufrir. Y lo mas curioso es que, a pesar de ser un constante sufrimiento, nos aferramos a la vida con todas nuestras fuerzas, como si fuese el mayor tesoro, la cosa mas preciosa. Pero la vida esta siempre in articulo mortis. Ella nos rehuye, se nos escapa como agua entre los dedos, morimos en cada respiracion, a cada palabra, en cada mirada, momento a momento se acorta la distancia que nos separa de nuestro final, nacemos y ya estamos condenados a la muerte. La vida es breve, no es mas que un instante fugaz, un brillo efimero en las tinieblas de la eternidad.

– ?Le parece?

– Aun no tienes nocion de ello, Afonso, eres muy joven. -El maestro sonrio con tristeza-. Cuando somos jovenes, todo parece lento, pausado, casi eterno. Pero ten en cuenta que ello va cambiando con la edad. Parece que fue ayer cuando tenia quince anos, y ahora, casi pari passu, ya estoy llegando a los cuarenta. Parece que la vida se va acelerando, los anos ganando velocidad, y eso me asusta. Repara en don Crisostomo, que tiene sesenta. Sesenta anos aun es una edad de trabajo, de actividad. Pero, si nos fijamos bien, dentro de diez anos, probablemente, ya no estara vivo. Diez anos, hijo mio, no es nada. Diez anos es un mero soplo en el polvo del tiempo.

Afonso no se inmuto, para el diez anos eran mucho tiempo, eran dos tercios de su existencia, eran un dia lejano que se perdia en la eternidad del futuro. Creia que la vida era larga, tenia aun mucho camino por delante y aquella conversacion le parecia incongruente. Su preocupacion era comprender la vida para conquistarla, no para que ella lo derrotase…

– Si los filosofos ateos no le encuentran sentido a la vida, ?para que viven entonces?

– Buena pregunta. -El padre Nunes se rio, sintiendose comodo en ese terreno-. El problema de Schopenhauer es justamente que, sin Dios, el mundo se convierte en algo vacio, absurdo, sin razon de ser. Entonces, para sustituir a Dios, esgrime el concepto de arte. Schopenhauer decia que, con el arte, el hombre se libera momentaneamente de la esclavitud del deseo y de la tortura de la existencia, es arrancado de los grilletes del espacio y del tiempo y transportado a una realidad paralela, sublime, celestial. Lo que nos lleva, mi apreciado Afonso, a concluir que Dios es un artista.

– O a que el arte es divino.

– O a que el arte es divino -coincidio el sacerdote con una carcajada.

Afonso lo miro con intensidad y vacilo un momento, pero se decidio y, pesando las palabras, formulo la pregunta que mas lo atormentaba en aquel dialogo.

– ? Sera posible, padre, que hayamos inventado a Dios para darle sentido al mundo?

La amplia sonrisa del padre Nunes se deshizo y suspiro, interrogandose adonde iba a buscar aquel chico ideas tan proximas a la herejia.

– Esa es la pregunta mas terrible de todas -declaro pesadamente-. Tal vez por ello no deberia ser una vexata quaestio. En vez de hablar ex cathedra sobre este asunto, debemos tener fe y creer que Dios existe independientemente de nuestra voluntad, la creencia en su existencia no depende de la logica ni de la prueba cientifica, depende unicamente de nuestra fe. Pero, si me pidieran un raciocinio logico, yo responderia con otra pregunta: ?nos resultaria posible estar aqui si no fuese por la voluntad de alguien?

– Pero ?se puede probar que Dios existe?

– Probar, probar, yo no diria, por lo menos no segun los llamados criterios cientificos de los que tanto se habla ahora -repuso-. Hubo un filosofo escoces, Hume, que sostuvo que la existencia de Dios es una cuestion de hecho, o El existe o no existe. Segun Hume, las cuestiones de hecho solo pueden resolverse a traves de la observacion. Fijate en que Hume era un empirista, creia en la observacion. Pero, como es evidente, nosotros no conseguimos observar a Dios, su existencia no es demostrable in vitro, lo que no significa, digo yo, que El no exista. En realidad, buscar pruebas no es otra cosa que lana caprina. Nunca he visto Braganca, pero se que Braganca existe. Hume comprobo que las pruebas de la existencia de Dios no son directas, sino resultados de una inferencia. Verbi gratia, el orden existente en el universo indica que el universo fue organizado por una inteligencia superior. Ese es un indicio, pero no, lo admito, una prueba final. Si quieres, tal vez haya sido Descartes quien presento el mejor indicio de la existencia de Dios. Descartes expuso ese indicio de un modo logico, llamando la atencion sobre el hecho de que el hombre es imperfecto pero tiene en la mente el concepto de un ser perfecto. Claro que, como nadie es capaz de imaginar algo mayor que si mismo solo basado en sus recursos, se deduce que ese concepto emana de la realidad. Si soy incapaz de imaginar por mi mismo un ser perfecto, y sin embargo lo imagino, solo puede ser porque ese ser perfecto efectivamente existe.

– Entonces, si Dios existe, ?donde esta El?

– Esta en todo -afirmo el maestro, abriendo los brazos y mostrando lo que lo rodeaba-. Tu amigo Spinoza puede incluso haber sido un judio hereje, pero dio una buena respuesta a tu pregunta. Newton dijo que Dios creo el universo y despues se quedo fuera y lo dejo funcionar segun las reglas que El mismo habia establecido. Pero Spinoza considero que esa idea estaba mal formulada, pues si Dios es infinito, ello se debe a que El esta en todo. Si estuviese separado del mundo y de los hombres, como una especie de entidad exterior, el mundo y los hombres serian su limite. No puede ser. Algo infinito, por definicion, no tiene limites. Siendo infinito, no puede Dios ser una cosa y el mundo y los hombres cosas diferentes. No puede haber nada que Dios no sea. Luego, si Dios es infinito, a fortiori Dios es todo.

– Eso contradice lo que afirman los filosofos alemanes -observo Afonso, con un mar de dudas en su cabeza-. Por lo que he entendido, para ellos es como si el hombre estuviese en lucha con el mundo.

– En cierto modo, si. En su quid pro quo, los filosofos ateos sacan a Dios de la ecuacion y tienden a establecer una division entre el mundo y el hombre. Fichte era uno de ellos: afirmaba que el universo de la materia inerte esta separado del universo de la vida. Pero, atencion, es necesario decir que otros filosofos alemanes tenian una opinion diferente, consideraban que todo es la misma cosa, un poco como Spinoza. Schelling, por ejemplo, sostenia, inter alia, que la naturaleza es una realidad total y que la vida forma parte de esa realidad como una evolucion natural de las cosas. Para el, la naturaleza es un proceso y los hombres integran ese proceso. La vida no esta separada de la materia inerte, sino que es una continuacion de ella. Lo realmente curioso en estas ideas de Schelling es que presentan al hombre como parte integrante de la naturaleza. Schelling observo que la naturaleza no es autoconsciente en su proceso creativo, pero el hombre lo es. Pero, si el hombre forma parte de la naturaleza, el ha traido conciencia a la naturaleza, esa ha sido su gran contribucion al proceso natural. Con el hombre, la naturaleza se hizo autoconsciente.

– ?Usted tambien lo cree?

– Claro que no. Fue Dios quien creo la naturaleza y al hombre ex nihilo, fue Dios quien decidio que la naturaleza no tendria conciencia y que el hombre la tendria. La conciencia es el instrumento

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