– Si -dijo Agnes con una sonrisa educada-. Es un local muy agradable.

El hombre le extendio la mano.

– Me llamo Serge -se presento-. Serge Marchand.

– Encantada. Yo soy Agnes Chevallier.

Se dieron la mano y ella intento una vez mas volver al tratado, pero Serge no la dejo.

– ?Es parisiense?

– No, soy de Lille.

– ?Ah, quien diria!

– ?Que?

– Que usted no es de aqui. La verdad, parece realmente parisiense.

– ?Yo? ?Parisiense? -Ser confundida con una parisiense tenia algo de chic y, lisonjeada, dejo el libro a un lado-. Digame, pues, que hace de mi una parisiense.

– Oh, muchas cosas, muchas cosas.

– ?Que? -pregunto sonriente.

– Para empezar, su aspecto.

– ?Que tiene mi aspecto?

– Es un je ne sais pas quoi. No lo se. Tal vez su apariencia fina, el vestido elegante, muy faconnable, sus rasgos delicados…

El garcon aparecio con la cerveza y la choucroute, que coloco sobre la mesita. Serge pidio tambien una cerveza. Agnes dio un sorbo a la suya y miro a su companero de mesa.

– Le agradezco el elogio, pero mire que en provincias hay muchas personas como yo, ?que se piensa? Se ve enseguida que usted es parisiense, con esas ideas de que solo en Paris hay glamour y todos los demas son rusticos provinciaux.

– Pero da la casualidad de que yo no soy parisiense.

Agnes vacilo, sorprendida.

– ?Ah, no?

– ?Se da cuenta de que nos parecemos? ?Se da cuenta? Tal como yo, tambien usted juzga a los demas por su aspecto.

– Vaya novedad, todos lo hacemos. Pero digame entonces de donde es.

– Soy de la region mas atrasada de Francia, fijese.

– ?Es de Corcega?

– Bien, soy atrasado pero no hay que exagerar. -Serge se rio-. No, vengo de la Bretana.

– ?Ah, si? Y ?que esta haciendo un breton en Paris?

– Lo mismo que usted, supongo. Estoy estudiando.

– ?Y que estudia?

Serge reviro los ojos y suspiro.

– Estoy terminando Derecho en el College de France.

– Quien lo oyese hablar diria que no le gusta la carrera.

– ?Bah!

– ?No le gusta su carrera?

– Nada.

– ?Y por que sigue?

– Oh, es muy complicado -dijo el con un gesto de fastidio-. En primer lugar, porque vengo de una familia de abogados, el Derecho es una tradicion que viene de lejos. Causaria un disgusto en mi casa si no siguiese la carrera. Ademas, porque lo que a mi me gustaria hacer no alcanza para alimentar a nadie. Por otra parte, no tengo talento para dedicarme a lo que realmente me apasiona.

– ?Y que le apasiona?

– El arte.

Agnes hizo un gesto de agradable sorpresa.

– Ah, ?usted es artista? ?Es musico?

– No. -Serge sonrio-. No soy artista ni musico. Pero me interesa mucho la pintura, me encantaria saber pintar.

– Como Cezanne…

– Si, Cezanne me gusta, pero ahora hay otros artistas mas interesantes, artistas verdaderamente revolucionarios.

– ?Quienes?

– Picasso, Braque, Derain…

– Nunca he oido hablar de ellos.

– Es natural, solo son conocidos en el medio e, incluso alli, no siempre por los mejores motivos.

– ?Por que?

– Porque su pintura rompe con las reglas clasicas. Y cuando se rompe con las reglas clasicas… oh la la… ?Hay gente que no esta de acuerdo!

– ?Y con que reglas han roto?

– En primer lugar, la perspectiva. -Cogio un lapiz e hizo un dibujo en una hoja-. ?Lo ve? Cuando dibujamos algo, lo hacemos siempre a partir de un punto. Un poco como en las fotografias, que se sacan desde un punto hasta otro. Nosotros vemos el otro punto por la perspectiva del punto desde donde se ha sacado la foto o se ha hecho la pintura. Eso es la perspectiva. Pero estos nuevos pintores han decidido hacer cuadros desde varias perspectivas simultaneas.

– Eso no es posible.

– No solo es posible, sino que ellos lo han hecho. Picasso comenzo a pintar objetos con el afan de mostrar sus tres dimensiones, colocando muchas perspectivas en el mismo cuadro. Hace como si fuesen fotografias superpuestas del mismo objeto, en las que vemos el objeto simultaneamente desde varios angulos, desde varias perspectivas. Eso fue lo que hizo, pero no se quedo ahi. En vez de mostrar los objetos como unidades, los corto en pedazos y comenzo a pintarlos de forma fragmentada.

– Pero ?se puede entender asi la pintura?

– No se entiende nada -exclamo Serge con una carcajada contagiosa. Abrio los brazos e hizo un gesto amplio con las manos-. El titulo del cuadro nos da una indicacion y nosotros, a partir de ahi, logramos descubrir el objeto, que esta solo insinuado. Pero, si no conocemos el titulo, resulta un mero conjunto de figuras geometricas indescifrables. Como si el pintor partiese de una imagen concreta y despues removiese los rasgos de la realidad, creando una amalgama de formas y colores.

– ?Y el resultado es bonito?

– No se si es bonito, es una cuestion de gusto, pero tenga en cuenta que la idea es fascinante.

Lo que a Agnes le parecio realmente interesante en Serge fue su conservacion, diferente de la de los demas chicos que habia conocido. En vez de intentar proyectar una imagen de hombre fuerte, viril y protector, Serge parecia mas empenado en hablar de arte. Tenia alma de artista, mirada sonadora, una forma dulce de hablar y muchos conocimientos del ambiente artistico, gracias sobre todo a sus amistades con la gente de la Ecole des Meaux-Arts. Otra caracteristica era que se mostraba fragil; Agnes se sorprendio al verse atraida por esa cualidad. Descubrio que le gustaban los hombres fragiles, no sabia por que, pero la vulnerabilidad la conmovia, le despertaba tal vez un tierno sentimiento maternal.

Para el segundo encuentro eligieron Le Procope, supuestamente el mas antiguo cafe del mundo, con fama de haber sido frecuentado por Voltaire y Napoleon. Despues de beber dos tazas de chocolate caliente y de ponerse de acuerdo en tratarse de tu, Serge invito a Agnes a visitar la galeria Kahnweiler, donde, segun el, estaban revolucionando el mundo de la pintura. Caminaron los dos bajo un paraguas hasta la Rue Vignon y, al dejar atras la puerta de la galeria aquella tarde lluviosa, Agnes entro en el universo del cubismo.

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