con los ojos fijos en la imagen, dos chicas de falda ancha y panuelo en la cabeza que flanqueaban a un chico con una gorra, detras de un muro de piedra.

– Son los ninos que dicen haber hablado con la Virgen -explico Afonso y, leyendo el pie de la foto, los identifico moviendo el dedo de izquierda a derecha-. Esta se llama Lucia, este es Francisco y esta es Jacinta.

La francesa miro fascinada la imagen.

– ?Y que vieron exactamente?

El capitan se puso a leer el texto, momentaneamente silencioso.

– Bien, el reportero comienza describiendo como llego a la gandara de Fatima, diciendo que vio alli a mucha gente y que todos estaban rezando -dijo, explicando el texto que acababa de leer. Hizo una pausa mas mientras leia los parrafos siguientes-. Comenzo a llover y los tres ninos llegaron al lugar media hora antes de la anunciada aparicion, los fieles se arrodillaron en el barro a su paso, y una de las ninas, Lucia, les pidio que cerrasen los paraguas. -Nueva pausa para leer-. El reportero dice que, a la hora esperada, el cielo comenzo de repente a clarear, la lluvia amaino y salio el sol. -Aun una pausa mas-. Esto es muy interesante, escuchen -exclamo Afonso, que se puso a traducir el texto palabra a palabra, en voz alta-: «El astro recuerda una placa de plata mate y es posible mirar el disco sin el menor esfuerzo. No quema, no ciega. Se diria que se esta produciendo un eclipse. Pero he ahi que se oye una sonora exclamacion y a los espectadores mas proximos que gritan: '?Milagro, milagro! ?Maravilla, maravilla!'. Ante los ojos deslumbrados de aquella gente, cuya actitud nos transporta a los tiempos biblicos y que, palida de asombro, con la cabeza descubierta, encara el azul, el Sol temblo, el Sol tuvo movimientos bruscos nunca vistos, fuera de todas las leyes cosmicas: el Sol 'bailo', segun la tipica expresion de los campesinos». -Afonso levanto la cabeza del periodico-. Interesante, ?no?

– Oui -dijo Agnes, fascinada, mirando la fotografia de los tres ninos en la primera pagina-. ?No dice nada mas?

El portugues retomo la lectura silenciosa del periodico y resumio su contenido.

– Dice aqui que el reportero hablo con las personas y no todo el mundo estaba de acuerdo con lo que todos acababan de presenciar. La mayoria confirma haber visto bailar al Sol, pero otros aseguraron haber observado el rostro de la propia Virgen y que el Sol giro sobre si mismo como una rueda de fuegos artificiales, bajando del punto donde se encontraba. Y unos pocos aseguran que hasta lo vieron cambiar de color.

– Ilusion optica -comento el baron Redier con una sonrisa condescendiente.

– Es posible -asintio Afonso.

– No digan disparates -comento Agnes-. ?Y los ninos?

El capitan leyo un poco mas.

– Lo esencial esta en esta frase que les voy a traducir -indico-: «Lucia, la que habla con la Virgen, anuncia con gestos teatrales, en brazos de un hombre que la lleva de grupo en grupo, que terminara la guerra y que nuestros soldados regresaran».

Cuando Afonso levanto la cabeza, vio a Agnes recostarse serena en la mecedora.

– Entonces, es verdad -dijo ella-. La guerra va a acabar.

– Eso lo dice el periodico.

– ?Y no lo cree?

– ?Que la guerra va a acabar? -se sorprendio el baron Redier, uniendose a la conversacion-. ?Como no va a creer en eso? ?Tambien yo! Aunque sea dentro de cien anos, esta claro que va a acabar.

– No seas tonto, Jacques, la profecia dice que la guerra acabara pronto.

– No fue eso, en rigor, lo que nuestro invitado ha leido en el periodico -dijo el baron, senalando O Seculo-. Lo que ahi escriben, por lo visto, es que la guerra terminara. Pero, la verdad sea dicha, no me parece una profecia muy dificil de hacer, es evidente que la guerra, tarde o temprano, va a terminar. Hasta yo puedo prever eso. Lo importante es saber cuando, y eso ya no se atreven a profetizarlo esos impostores fanaticos.

– Se supone, por el contexto de la frase, que sera muy pronto. ?No cree en eso, Alphonse?

– Bien, me gustaria que fuese verdad…

– Pero ?lo cree o no lo cree?

– No se que pensar -titubeo Afonso-. Ojala fuese verdad.

– Eso es pura fantasia. -El baron se rio-. Vivimos tiempos dificiles y es en momentos asi cuando surgen profetas, milagros, supercherias que senalan el camino de la salvacion. Los mensajes mesianicos son normales en estos periodos de angustia e incertidumbre.

– ?Le parece? -pregunto el capitan.

– Estoy seguro -asevero el anfitrion-. Va a ver como la guerra no acabara inmediatamente y que, dentro de un tiempo, nadie va a volver a hablar de esos ninos.

Agnes lo miro con irritacion. Despues de un breve instante de mirada de enfado, suspiro y se volvio hacia Afonso.

– Jacques es ateo -explico-. Es peor que Robespierre. Fijese en que tambien le quita importancia a Lourdes.

– Ah -exclamo Afonso, nada sorprendido.

– ?Usted sabe lo que ocurrio en Lourdes?

– Naturalmente -asintio el capitan-. Tal como en Fatima el mes pasado, la Virgen se le aparecio, en una gruta de Lourdes, a una nina…

– Bernardette Soubirous.

– Exacto. La primera aparicion fue en 1858, hace ya casi sesenta anos.

– Oh la la! -se asombro la hermosa baronesa-. Hasta sabe el ano.

– Le dije que era un hombre de fe -sonrio Afonso.

– ?Supercherias! -intervino el baron, siempre esceptico, meneando la cabeza.

– Tuve una vez un profesor en la facultad que era tan antirreligioso como mi marido -dijo Agnes con una sonrisa-. Era el profesor de Anatomia, se llamaba Bridoux. El decia que la religion era la enemiga de la ciencia. - Miro a Afonso-. ?Usted piensa lo mismo, Alphonse?

– Si, hasta cierto punto puede ser verdad -asintio Afonso-. ?Sabe?, tanto la religion como la ciencia ofrecen explicaciones para el mundo, pero el problema es que esas explicaciones compiten entre si. Para que una sea verdadera, la otra tiene que ser falsa. Por eso la religion siempre ha hecho todo lo posible para desacreditar a la ciencia, y por ello la ciencia hace ahora lo mismo con la religion. Hay, sin embargo, una hipotesis que nadie ha planteado aun y que entiendo que merece ser analizada.

– ?Cual es?

– La posibilidad de que las dos esten diciendo la verdad, aunque complementandose la una con la otra, enunciando verdades diferentes. ?Se ha fijado en que no es posible demostrar cientificamente la existencia de Dios, pero tampoco es posible demostrar lo contrario?

– Es un hecho.

– Los filosofos ateos afirman que proyectamos en una entidad divina nuestras propias caracteristicas, lo que significa que Dios es una mera creacion humana.

– ?Quien ha dicho eso?

– Oh, varios filosofos. Que se yo: Schopenhauer, Hegel, Feuerbach…

– Todos alemanes. -Agnes se rio-. Solo por eso los boches merecen perder la guerra.

Afonso sonrio.

– Me doy cuenta de que esas ideas le parecen una herejia.

– No, no por eso, solo estaba bromeando. Creo incluso que esa tesis merece atencion.

– Es lo que yo pienso. Pero la verdad es que, si, por un lado, el hombre ha creado a Dios a su imagen, por otro se plantea la cuestion de saber quien ha creado al hombre. O, mas importante aun, ?quien ha creado todo lo que nos rodea, quien ha creado el universo? ?Acaso las cosas surgieron sin ninguna razon, el universo aparecio por aparecer, sin mas ni mas?

– Estoy de acuerdo con usted -dijo Agnes, estimulada por este pensamiento-. Tal vez la religion y la ciencia compartan la verdad, esa es una hipotesis fascinante.

– Mi idea va mas alla de eso, m'dame, mi idea es que no hay una unica verdad. Nietzsche decia que no hay hechos, solo interpretaciones, lo que es verdad desde el punto de vista del ser

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