final.

– That's Dickens, ail right - coincidio Cook con sonrisa de conocedor.

– ?Y cual es el escritor que mas le gusta?

– Creo que Stevenson, me agrada su sentido de la aventura, el gusto por lo exotico. Pero, mire usted, estoy leyendo ahora una novela que salio hace poco tiempo y que es muy buena, muy original, muy profunda.

– ?De que trata?

– El libro se llama Of human bondage. Es la historia de un hombre que se enamora ciegamente de una mujer, pero ella no quiere saber nada de el. Lo extraordinario en esta novela es que el lector entra en la cabeza del personaje y comienza a pensar como el, a entender sus sentimientos, a comprender sus reacciones, a anticipar sus movimientos. El lector se transforma en el personaje.

– Parece interesante -coincidio Agnes-. ?Quien es el autor?

– Somerset Maugham. Es un escritor nuevo, yo mismo nunca habia oido hablar de el.

– Pues fijese, la novela que he comenzado ahora a leer es lo contrario, incluso me produce dolores de cabeza.

– ?Y por que?

– Porque la historia no avanza. Mon Dieu, da la impresion de que no tiene historia.

– ?Y que obra maestra es esa?

– A la recherche du temps perdu. Es un titulo que me parece adecuado, porque ya me siento buscando el tiempo que esa novela me hace perder. Fijese que las primeras cincuenta paginas se dedican a una escena en la que el personaje se encuentra en la cama esperando que su madre vaya a darle el beso de las buenas noches. ?Cincuenta paginas para eso!

Todos se rieron.

– ?Y quien es el genio que ha escrito esa obra de arte?

– Marcel Proust.

– No ira muy lejos -sentencio Cook.

– No diga eso, el libro esta extraordinariamente bien escrito.

– Pero ?cual es la historia?

– Ese es el problema, aun no he captado la historia -observo Agnes, pensativa-. Es cierto que voy aun por el principio, pero me parece que el personaje anda en busca de cosas de su memoria, de cosas perdidas en el tiempo, de ahi el titulo, posiblemente. Es algo extrano, pero me da la impresion de que, tal vez mas que de historias, este es un libro hecho de sensaciones, de impresiones, de olores, de sabores, de sonidos, de colores, de emociones, de afectos. Yo diria que es un gran fresco coloreado con nostalgia, momentos magicos de la infancia, pequenas cosas.

– Mire, yo tengo un amigo que una vez me dio la definicion perfecta de lo que es un buen libro -dijo Cook, que efectuo una pausa teatral para echar una bocanada fragante de su Coronita-. Un buen libro es aquel que esta bien escrito y tiene una buena historia. Si el libro esta bien escrito pero la historia es mala, el libro no es bueno. Si el libro tiene una buena historia pero esta mal escrito, tampoco es bueno. El libro solo es bueno si tiene una buena historia y esta bien escrito.

La lena en la chimenea crepitaba suavemente y los tres se recostaron en los respectivos asientos, tranquilos y serenos, disfrutando del momento y digiriendo aquella idea. Todos recordaron las novelas leidas a lo largo de sus vidas, pensaron en las que tenian buenas historias pero estaban mal escritas y en las que estaban bien escritas pero tenian malas historias. Y pensaron sobre todo en aquellas obras, raras y preciosas, que, con palabras sencillas y elegantes, frases graciosas y bien estructuradas, incluso poderosas, contaban historias inolvidables y arrebatadoras. Si, coincidieron, esos si que eran libros realmente buenos. ?Cuantas excelentes historias no se habran desperdiciado en malos textos, cuantos buenos redactores no se habran perdido en malas historias? Es como la pintura, considero Afonso. ?De que sirve tener buena tecnica si no se tiene imaginacion creativa? ?De que sirve tener imaginacion creativa si no se domina la tecnica de la pintura? ?No esta siempre una al servicio de la otra, dando y recibiendo, cambiando y evolucionando, transformandose e influyendose?

El sonido metalico y distante del Biedermeier dando la hora en el comedor lleno el silencio. Por asociacion de ideas, casi sin querer, Afonso se acordo entonces de lo que habia prometido la baronesa despues de cenar.

– M'dame, hace un momento se refirio a un objeto artistico sorprendente…

– Oui -exclamo Agnes, con el rostro iluminado, y senalo un punto de la pared encima de una estanteria-. Es aquel cuadro.

Los dos oficiales se volvieron en aquella direccion y repararon, por primera vez, en un pequeno cuadro realmente extrano: era un paisaje pintado de manera poco ortodoxa, el cielo recortado por formas geometricas de diferentes tonos de azul, las casas transformadas en rectangulos tenues, los arboles en triangulos verdes.

– Good Heavens! -solto Cook, con los ojos desorbitados-. ?Que es eso?

– Cubismo -explico la baronesa, divertida por la expresion de perplejidad de los dos militares.

– ?Cubismo?

– Es una nueva corriente artistica, muy chic, muy avant garde -explico Agnes-. Ese cuadro es de Robert Delaunay; lo compre hace unos cuatro anos en la galeria Kahnweiler, en Paris.

– Pero es horrible -dijo Cook con una mueca de rechazo.

– Yo diria que es diferente, original tal vez.

– Pero la naturaleza no es asi, el cielo no es asi, todo esta mal pintado.

– No esta mal pintado -aseguro la francesa-. La idea del cubismo no es representar el objeto tal como lo vemos, sino tal como lo conocemos. El cielo tiene varios tonos de azul porque sabemos que el cielo es asi, la intensidad de su luz varia con la luz del dia.

– It's ghastly! -repitio el oficial britanico, aun horrorizado por lo que observaba e insistiendo en la idea de que no veia ninguna virtud artistica en el cuadro. Para no dar tiempo a que le exhibiese mas objetos de esa clase, susceptibles de ofender su sensibilidad estetica, Cook apago en el cenicero lo que poco que quedaba del Coronita, se levanto del sillon y bostezo-. Amigos mios, ha sido una reunion agradable, pero ya son las once de la noche y tengo sueno. Mi admiracion, madame, y mi agradecimiento. Afonso, old chap. Cheerio and behave yourself!

– Bonne nuit!

– Hasta manana, Tim.

El ingles se fue. Agnes y Afonso se quedaron solos.

Los lanudos caminaban ahora por las animadas aceras de la principal avenida de Merville, evitando el pavimento embarrado de la calle, ocupado por caballos y algunos carruajes, y el movimiento del centro del pueblo los puso mas alegres. Siguieron por la avenida hasta llegar a un edificio color ladrillo frente al cual se aglomeraba un considerable numero de soldados: era la puerta del burdel. Le Drapeau Blanc estaba escrito en un letrero rojo encima de la entrada.

– Vaya -comento Baltazar-. ?Cuantos tipos necesitados!

Los soldados hacian cola; eran seguramente mas de un centenar. Se mezclaban ingleses, escoceses y portugueses en medio de gran algazara, cada uno esperando su turno, casi todos en grupo, siendo raros los hombres que aguardaban solos. Se multiplicaban los chistes y las carcajadas. Las propias autoridades francesas habian montado el burdel para servir a las tropas de aquel sector, y Le Drapeau Blanc era solo uno de los muchos existentes en la retaguardia de las lineas aliadas. Habia burdeles para oficiales, mas discretos y caros, donde hasta se conversaba con las prostitutas, mientras que los soldados se contentaban con versiones industrializadas y expeditivas, sin tiempo para grandes charlas porque el tiempo urgia y la clientela estaba a la espera, verdaderas fabricas de sexo masificado y en serie.

Matias y sus amigos se unieron a la cola. Delante de ellos habia unos ruidosos escoceses, facilmente reconocibles por los kilts de lana Black Watch del regimiento highlander y boinas Tom O'Shanter. Los escoceses se reian estupidamente y daban senales de estar

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