final.
– ?Y cual es el escritor que mas le gusta?
– Creo que Stevenson, me agrada su sentido de la aventura, el gusto por lo exotico. Pero, mire usted, estoy leyendo ahora una novela que salio hace poco tiempo y que es muy buena, muy original, muy profunda.
– ?De que trata?
– El libro se llama
– Parece interesante -coincidio Agnes-. ?Quien es el autor?
– Somerset Maugham. Es un escritor nuevo, yo mismo nunca habia oido hablar de el.
– Pues fijese, la novela que he comenzado ahora a leer es lo contrario, incluso me produce dolores de cabeza.
– ?Y por que?
– Porque la historia no avanza.
– ?Y que obra maestra es esa?
Todos se rieron.
– ?Y quien es el genio que ha escrito esa obra de arte?
– Marcel Proust.
– No ira muy lejos -sentencio Cook.
– No diga eso, el libro esta extraordinariamente bien escrito.
– Pero ?cual es la historia?
– Ese es el problema, aun no he captado la historia -observo Agnes, pensativa-. Es cierto que voy aun por el principio, pero me parece que el personaje anda en busca de cosas de su memoria, de cosas perdidas en el tiempo, de ahi el titulo, posiblemente. Es algo extrano, pero me da la impresion de que, tal vez mas que de historias, este es un libro hecho de sensaciones, de impresiones, de olores, de sabores, de sonidos, de colores, de emociones, de afectos. Yo diria que es un gran fresco coloreado con nostalgia, momentos magicos de la infancia, pequenas cosas.
– Mire, yo tengo un amigo que una vez me dio la definicion perfecta de lo que es un buen libro -dijo Cook, que efectuo una pausa teatral para echar una bocanada fragante de su Coronita-. Un buen libro es aquel que esta bien escrito y tiene una buena historia. Si el libro esta bien escrito pero la historia es mala, el libro no es bueno. Si el libro tiene una buena historia pero esta mal escrito, tampoco es bueno. El libro solo es bueno si tiene una buena historia y esta bien escrito.
La lena en la chimenea crepitaba suavemente y los tres se recostaron en los respectivos asientos, tranquilos y serenos, disfrutando del momento y digiriendo aquella idea. Todos recordaron las novelas leidas a lo largo de sus vidas, pensaron en las que tenian buenas historias pero estaban mal escritas y en las que estaban bien escritas pero tenian malas historias. Y pensaron sobre todo en aquellas obras, raras y preciosas, que, con palabras sencillas y elegantes, frases graciosas y bien estructuradas, incluso poderosas, contaban historias inolvidables y arrebatadoras. Si, coincidieron, esos si que eran libros realmente buenos. ?Cuantas excelentes historias no se habran desperdiciado en malos textos, cuantos buenos redactores no se habran perdido en malas historias? Es como la pintura, considero Afonso. ?De que sirve tener buena tecnica si no se tiene imaginacion creativa? ?De que sirve tener imaginacion creativa si no se domina la tecnica de la pintura? ?No esta siempre una al servicio de la otra, dando y recibiendo, cambiando y evolucionando, transformandose e influyendose?
El sonido metalico y distante del Biedermeier dando la hora en el comedor lleno el silencio. Por asociacion de ideas, casi sin querer, Afonso se acordo entonces de lo que habia prometido la baronesa despues de cenar.
Los dos oficiales se volvieron en aquella direccion y repararon, por primera vez, en un pequeno cuadro realmente extrano: era un paisaje pintado de manera poco ortodoxa, el cielo recortado por formas geometricas de diferentes tonos de azul, las casas transformadas en rectangulos tenues, los arboles en triangulos verdes.
– Cubismo -explico la baronesa, divertida por la expresion de perplejidad de los dos militares.
– ?Cubismo?
– Es una nueva corriente artistica, muy
– Pero es horrible -dijo Cook con una mueca de rechazo.
– Yo diria que es diferente, original tal vez.
– Pero la naturaleza no es asi, el cielo no es asi, todo esta mal pintado.
– No esta mal pintado -aseguro la francesa-. La idea del cubismo no es representar el objeto tal como lo vemos, sino tal como lo conocemos. El cielo tiene varios tonos de azul porque sabemos que el cielo es asi, la intensidad de su luz varia con la luz del dia.
– Bonne nuit!
– Hasta manana, Tim.
El ingles se fue. Agnes y Afonso se quedaron solos.
Los lanudos caminaban ahora por las animadas aceras de la principal avenida de Merville, evitando el pavimento embarrado de la calle, ocupado por caballos y algunos carruajes, y el movimiento del centro del pueblo los puso mas alegres. Siguieron por la avenida hasta llegar a un edificio color ladrillo frente al cual se aglomeraba un considerable numero de soldados: era la puerta del burdel.
– Vaya -comento Baltazar-. ?Cuantos tipos necesitados!
Los soldados hacian cola; eran seguramente mas de un centenar. Se mezclaban ingleses, escoceses y portugueses en medio de gran algazara, cada uno esperando su turno, casi todos en grupo, siendo raros los hombres que aguardaban solos. Se multiplicaban los chistes y las carcajadas. Las propias autoridades francesas habian montado el burdel para servir a las tropas de aquel sector, y Le Drapeau Blanc era solo uno de los muchos existentes en la retaguardia de las lineas aliadas. Habia burdeles para oficiales, mas discretos y caros, donde hasta se conversaba con las prostitutas, mientras que los soldados se contentaban con versiones industrializadas y expeditivas, sin tiempo para grandes charlas porque el tiempo urgia y la clientela estaba a la espera, verdaderas fabricas de sexo masificado y en serie.
Matias y sus amigos se unieron a la cola. Delante de ellos habia unos ruidosos escoceses, facilmente reconocibles por los