Cook-. Oye, Tim, ?este tio esta como una cuba o que?

– El es siempre asi.

– Ah, vale -exclamo. Miro la neblina, aun con cierto recelo por ponerse tan al descubierto, perfecto blanco para los francotiradores alemanes, sintiendose como si estuviera desnudo. El problema es que nadie parecia otorgar demasiada importancia a la posicion vulnerable en la que se encontraban, por lo que no seria el quien diese imagen de debil. Para abstraerse de la incomoda sensacion de peligro decidio seguir conversando-. ?Que significa eso de que tu amigo fue destacado durante el periodo de Navidad?

– El capitan Gleen ya ha pasado tres navidades en las trincheras. La primera fue justo aqui al lado, en Neuve Chapelle. El Alto Comando considero que el podria ser util, con todo su know-how, para ayudarnos a lidiar con los acontecimientos de estas fechas.

– ?Los acontecimientos de estas fechas? ?Que acontecimientos?

– La confraternizacion con el enemigo. El Alto Comando esta preocupado por eso.

– ?Confraternizacion? ?De que hablas?

– Me parece que sera mejor que el mismo te lo cuente -dijo el teniente Cook, que se dirigio a su colega en ingles-. Captain, ?puede decirle a nuestro amigo portugues lo que ocurrio en la Navidad de 1914?

– Christmas 1914 -repitio el oficial britanico, con los ojos inundados de nostalgia-. Fue una Navidad extraordinaria. Extraordinaria. -El capitan Gleen saco del bolsillo una caja amarilla de cigarrillos, con la marca Gold Flake escrita en la tapa, encendio uno, echo una bocanada y fijo los ojos en el infinito-. Solo llevabamos cuatro meses de guerra cuando llego la Navidad de 1914. Yo era en ese momento un corporal de los 18th Hussars destacado en un regimiento hindu de caballeria de los Royal Garhwal Rifles. Estabamos atrincherados justamente aqui, en Neuve Chapelle, en las mismas trincheras donde estan ahora los portugueses. Hubo violentos combates hasta el dia 24: los jerries atacaron el 20, los hindues retrocedieron el 22 y nuestro I Cuerpo respondio y reocupo posiciones. El tiroteo se prolongo durante la vispera de Navidad, pero, cuando cayo la noche, los combates se interrumpieron totalmente y todo quedo en silencio. Un silencio como este, en este momento. -Extendio la mano, senalando a su alrededor-. De repente, en medio de la oscuridad, comenzamos a ver luces que se encendian del otro lado. -Volvio a senalar con un gesto-. Eran hileras e hileras de luces. Lanzamos un «Very Light» y vimos que los jerries estaban colocando pequenos arboles de Navidad iluminados en la parte superior de los parapetos. Nosotros y los hindues nos quedamos atonitos mirando. Nuestros muchachos comenzaron a decir que era el divali, el divali. Les pregunte que era eso del divali y me explicaron que se trataba de la fiesta mas importante del calendario hindu, consagrada a una diosa que augurariqueza. Fue una noche curiosa, pero las cosas no fueron a mas.

– Eso fue en Nochebuena -intervino Afonso, medio preguntando, medio afirmando.

– Indeed -asintio.

– ? Y el dia de Navidad?

– Bien, ese dia fue diferente. La manana del 25 amanecio gloriosa, el dia era maravilloso, el sol brillaba alto en el cielo, la lluvia de Flandes habia desaparecido milagrosamente. En un momento dado, los jerries comenzaron a cantar. Eran prusianos del VII Cuerpo y cantaban a coro, algunos con magnificas voces de tenor, hasta se nos ponia la carne de gallina. Los oiamos entonar el O Tannenbaum, el Stille Nacht, Heilige Nacht, el O du Frohliche, todos muy afinados, llenos de entusiasmo, de emocion. Como eran prusianos, y en consecuencia militaristas, no se olvidaron, claro, de las canciones nacionalistas, en especial del Wacht am Rhein y del Deutschland uber Alles. Me parece estar oyendolos…

El capitan Gleen se callo por un instante, sumido en la memoria de aquellos momentos.

– ?Ustedes respondieron? -quiso saber el teniente Cook, que rompio el silencio.

– Los hindues no. Se quedaron callados, mirando. Pero algunos oficiales britanicos entonaron en voz baja el Tipperary. ?Nos imaginan cantando It's a long way to Tipperary? -Se rio-. Bien, hacia el mediodia empezamos a verlos haciendo desfilar sobre las trincheras sombreros y cascos colgados de palos. Despues se pusieron a acechar por los parapetos, primero con miedo, a continuacion alzando la cabeza cada vez con mas confianza. Nosotros estabamos pasmados viendolos.

– ?Y nadie disparo?

– Nadie disparo. Supongo que nos parecio que, en aquellas circunstancias, eso habria sido asesinato a sangre fria. Comenzaron entonces a gritar en ingles, deseandonos feliz Navidad. «A Happy Christmas to you all!», vociferaban. Algunos hasta tenian acento cockney, ?no es increible? Otros gritaban: «Friede auf der Erde». Yo pillo algo de aleman, pero no entendi. El capitan Collins, que hablaba con fluidez el aleman, me dijo que eso significaba «paz en la Tierra». No les respondimos. Una hora despues, repitieron la gracia. Lanzaron varios gritos de Happy Christmas y, en un momento dado, se pusieron en pie sobre los parapetos, desarmados, totalmente a merced de nuestros fusiles y ametralladoras. Nosotros estabamos perplejos. Los soldados apuntaron las Lee- Enfield para acabar con los prusianos, pero el capitan Collins dio una orden prohibiendo disparar. Todo quedo en suspenso, ellos saludando, nosotros quietos. La situacion era anormal y, medio vacilantes, algunos de nuestros hombres se pusieron tambien de pie y saludaron, lo que provoco una fiesta del lado de los jerries. Ellos gritaron diciendo que podian darnos unos puros y que nos acercasemos, que no dispararian, que era Navidad. Desconfiamos. Salio entonces un prusiano que cogio una caja de puros, salto a la Tierra de Nadie y avanzo en nuestra direccion. -El capitan Gleen senalo un sitio a la izquierda, en una parte de la Tierra de Nadie cubierta de neblina-. Vino por alli, me parece que lo estoy viendo, con el pickelhaube en la cabeza, una gabardina manchada de barro, la caja de madera a la altura del pecho, sostenida con las dos manos como si fuese un tesoro. Como nadie se movia, yo salte tambien a la Tierra de Nadie y fui a reunirme alli con el. -Senalo a la izquierda, indicando el punto de la trinchera de Neuve Chapelle que habia ocupado en esa tarde memorable-. Yo estaba nervioso, me temblaban las piernas, sentia fusiles invisibles apuntados a mi cabeza, a mi pecho, a mis piernas. Hasta pense en dar media vuelta y echar a correr, pero me controle y segui adelante, preguntandome mil veces que estaba haciendo en medio de la Tierra de Nadie. Nos encontramos en el centro, junto al alambre de espinos. El me entrego la caja y me dijo: «A Happy Christmas to you». Me quede pasmado, sin saber que hacer ni que decir. Le estire el brazo y le di la mano, le dije: «Danke schon und Merry Christmas». Cuando nos vieron en el handshake, los jerries del otro lado comenzaron a gritar como locos, parecian los de Cambridge festejando la victoria sobre Oxford en la regata, muchos saltaron a la Tierra de Nadie y vinieron en nuestra direccion, nuestros hindues los imitaron y fueron a reunirse con ellos, era de no creer. Se dieron la mano unos a otros, se entregaron regalos, nosotros les dabamos cigarrillos, corned-beef, bizcochos, chocolates, ron, te y mermeladas Tickler; ellos nos obsequiaban con schnapps, sauerkraut, cognac, vino y dulces. Pero tenian sobre todo muchos puros que, por lo visto, se distribuian en abundancia en la retaguardia como presentes del kaiser. Los puros eran tantos que el capitan Collins comento que habiamos caido en medio de un batallon de millonarios. - Gleen solto una carcajada y suspiro-. Ah, fue una fiesta increible, tendrian que haberlo visto, aquella fue realmente una Navidad en serio. Pensandolo bien, fue tal vez, en cierto modo, la mejor Navidad de mi vida, el ambiente era absolutamente fantastico.

– ?Conversaron? -pregunto Afonso.

– Claro. Habia muchos handshakes y sonrisas, pero logramos hablar un poco. Me quede con la impresion de que ellos creian estar ganando la guerra y se sorprendian de que nosotros siguiesemos combatiendo. Hubo uno que dijo incluso que habia tropas alemanas en Londres, lo que provoco una risotada general entre los oficiales britanicos. Creo que se quedaron desconcertados con nuestra reaccion. -Gleen enterro el cigarrillo en la nieve y la punta incandescente se hundio en el hielo blando y se apago con un fssssh-. Despues, un oficial jerry propuso que enterrasemos los cuerpos que yacian abandonados en la Tierra de Nadie, y estuvimos de acuerdo. Entregamos todos los jerries que encontramos de nuestro lado y ellos nos entregaron los hindues que habia de su lado. Un cura jerry oficio alli una misa campal. Aun lo veo rezando con las manos juntas el padrenuestro, con sus rodillas en la nieve y la cabeza gacha diciendo: «Vater unser, der Du bist im Miel, Geheiligt verde Dein Name». Despues nos sacamos fotos, volvimos a saludarnos y nos

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