El levanto la vista sonriendo de oreja a oreja.
– Unicamente queria asegurarme de que me escuchaba.
– ?Miserable!
Harry se rio entre dientes y continuo leyendo:
– … el dia en que nacio, en una casita de campo de Hampshire, rodeada de rosas y mariposas, el dia antes de que la viruela causase estragos en la ciudad.
Levanto la mirada.
– No pare, no -dijo ella-. Ahora empieza a ponerse interesante. ?Que clase de viruela cree que es?
– ?Sabe que es usted una sanguinaria?
Ella ladeo la cabeza en un gesto de conformidad.
– Me fascinan las epidemias. Siempre me han fascinado.
Harry echo un vistazo a las ultimas lineas de la pagina.
– Me temo que se llevara usted un chasco. La escritora no da ninguna descripcion medica en absoluto.
– ?Tal vez en la pagina siguiente? -pregunto ella esperanzada.
– Continuo leyendo -anuncio el-. La epidemia se llevo a su querido padre, pero el bebe y su madre salvaron milagrosamente la vida. Entre los que murieron se encontraban su abuela paterna, ambos abuelos, tres tias abuelas, dos tios, una hermana y un primo segundo.
– Me esta tomando el pelo otra vez -le acuso ella.
– ?No! -insistio Harry-. Se lo juro, aqui lo pone todo. En Hampshire hubo una gran epidemia. Si no me hubiera lanzado el libro, podria verlo por si misma.
– Nadie escribe tan mal.
– Por lo visto hay alguien que si.
– No se quien es peor, si la escritora por haber escrito esta tonteria o nosotros por leerla.
– Yo me lo estoy pasando en grande -declaro el. Y asi era. Resultaba insolito estar sentado en esta ventana leyendole una novela pesima a lady Olivia Bevelstoke, la joven mas solicitada del panorama social. Pero la brisa era sumamente agradable y Harry habia pasado el dia entero encerrado, y cuando ahora el levantaba la vista, ella a veces sonreia. No le sonreia a el, aunque eso tambien lo hacia. No, las sonrisas que al parecer le llegaban a Harry al alma eran las que aparecian en su cara cuando no se daba cuenta de que el la miraba, cuando ella estaba simplemente disfrutando del momento, sonriendole a la noche.
No solo era guapa, era hermosa, tenia esa clase de rostro que hacia suspirar a los hombres: con forma de corazon y una piel de porcelana perfecta. Y sus ojos… las mujeres matarian por tener los ojos de ese color, ese impresionante azul aciano.
Era hermosa y ella lo sabia, pero no utilizaba su belleza como un arma. Simplemente formaba parte de ella, era tan natural como tener dos manos y dos pies de cinco dedos cada uno.
Era hermosa y el la deseaba.
Capitulo 12
– ?Sir Harry? -dijo Olivia con voz potente mientras se ponia de pie. Se apoyo en el alfeizar y aguzo la vista en plena oscuridad tratando de ver mejor su ventana, donde Harry estaba sentado y su silueta recortada por un titilante rectangulo de luz. Se habia quedado tan inmovil y, ademas, tan de repente…
Harry dio un respingo al oir su voz y levanto la vista hacia la ventana de Olivia, pero no exactamente hacia ella.
– Lo siento -musito el y devolvio rapidamente la atencion al libro, repasando el texto para encontrar donde se habia quedado.
– No, no, no se disculpe -le tranquilizo ella. La verdad es que estaba un poco raro, como si acabase de comerse algo en mal estado-. ?Se encuentra usted bien?
Harry alzo la vista hacia ella, y entonces fue realmente imposible describir o siquiera entender lo que paso. Sus miradas se encontraron y aunque estaba oscuro, y ella no podia ver el color de sus ojos, de ese tono chocolate intenso y calido, fue consciente de ello; noto la sensacion. Y en ese momento, sencillamente, se quedo sin aliento. Sin mas. Perdio tambien el equilibrio. Tropezo con su silla y se sento unos instantes, preguntandose por que tenia el pulso acelerado.
Lo unico que el habia hecho era mirarla.
Y ella… ella…
Ella casi se habia desmayado.
?Oh, Dios! Harry pensaria que era una autentica idiota. No se habia desmayado en toda su vida y… y, bueno, en realidad no se habia desmayado, pero tenia esa sensacion extrana de estar flotando, toda aturdida y mareada, y ahora el pensaria que ella era una de esas mujeres que necesitaba llevarse dondequiera que fuese un frasco con un preparado aromatico.
Lo que de por si ya era espantoso, solo que encima ella se habia pasado media vida criticando a esas mujeres. ?Oh, Dios! ?Oh, Dios! Se volvio a levantar con dificultad y asomo la cabeza por la ventana.
– Estoy bien -dijo en voz alta-. He perdido el equilibrio, eso es todo.
El asintio despacio y Olivia comprendio que no estaba totalmente presente. Tenia la mente lejos, muy lejos. Y entonces, como si hubiese regresado discretamente, Harry levanto la vista y se disculpo.
– Estaba en las nubes -le ofrecio a modo de explicacion-. Es tarde.
– Lo es -musito ella con aprobacion, aunque no creia que fuese mucho mas tarde de las diez. Y de pronto se dio cuenta de que no podria soportar que Harry le diera las buenas noches, que tendria que hacerlo ella primero. Porque… porque… Bueno, no sabia por que, solo sabia que era asi-. Estaba a punto de decirle que deberia irme ya -dijo Olivia hablando a borbotones-. Bueno,
Le sonrio a Harry, como si eso pudiese compensar las bobadas que salian por su boca.
– Como bien ha dicho -continuo-, se hace tarde.
El asintio de nuevo.
Y como el no dijo nada, ella quiso anadir algo mas:
– En fin, buenas noches.
El tambien se despidio, pero hablo en voz tan baja que en realidad Olivia no lo oyo, mas bien vio sus labios formando las palabras.
Y volvio a sentir lo mismo, como cuando sus ojos la miraban. Empezo en las yemas de los dedos y ascendio por sus brazos hasta que sintio escalofrios y exhalo, como si con la respiracion pudiese librarse de aquella extrana sensacion.
Pero permanecio en ella, produciendole un hormigueo en los pulmones, danzando por su piel.
Se estaba volviendo loca. Tenia que ser eso. O estaba agotada, demasiado tensa tras haber pasado la tarde con un principe real.
Retrocedio y alargo los brazos para cerrar la ventana cuando…
– ?Ah…! -Saco de nuevo la cabeza-. ?Sir Harry!
Este levanto la mirada. No se habia movido del sitio.
– El libro -dijo ella-. Se ha quedado con el libro.
Ambos contemplaron al unisono el vacio que mediaba entre los edificios.
– Lanzarlo hacia arriba no sera tan facil -comento ella-, ?verdad?
El nego con la cabeza y sonrio, un poco nada mas, como si supiese que no deberia hacerlo.
– Tendre que ir manana a verla para devolverselo.
Y Olivia volvio a experimentar esa extrana sensacion de ahogo, de burbujeo interno.
– Lo esperare impaciente -contesto ella, y cerro la ventana.
Y corrio las cortinas.