Y acto seguido solto un leve chillido y se abrazo la parte superior del cuerpo.
La velada habia acabado siendo perfecta.
A la tarde siguiente, Harry se puso el libro de
La proxima vez contaria tambien los pasos en sentido horizontal. Seria interesante comparar unos con otros.
Casi se habia recuperado por completo de la locura pasajera de la noche anterior. Lady Olivia Bevelstoke era asombrosamente hermosa; no era solo una opinion personal, sino un hecho comunmente aceptado. Todos los hombres la deseaban, sobre todo si habian llevado una vida monacal como la suya en estos ultimos meses.
Cada vez estaba mas convencido de que la clave para mantener la cordura pasaba por recordar
No, Winthrop le habia ordenado que se infiltrara en su vida,
Harry obedecia ordenes, se dijo mientras levantaba la aldaba de la puerta. Una tarde con Olivia, ?por la patria y el rey!
Y la verdad es que, en comparacion con la condesa rusa y todo su vodka, a Olivia daba gusto verla.
Sin embargo, con la atencion puesta en cumplir con su obligacion, cabria pensar que se habia alegrado aun mas al entrar en el salon y ver que lady Olivia no estaba sola. Su otra mision asignada, Alexei de Rusia, el principe de movimientos increiblemente afectados, estaba tambien ahi, con sus aires petulantes, sentado frente a ella.
En lugar de pensar que asi mataba dos pajaros de un tiro, le molesto.
– Sir Harry -saludo Olivia, dedicandole una radiante sonrisa cuando entro en el salon-. Recuerda al principe Alexei, ?verdad?
?Naturalmente que si! Casi tan bien como recordaba a su gigante guardaespaldas, de pie en un rincon con una postura enganosamente relajada.
Harry se pregunto si el tipo entraria tambien en la habitacion del principe; eso debia de ser incomodo para las mujeres.
– ?Que lleva en la mano? -le pregunto el principe.
– Un libro -contesto Harry mientras dejaba La senorita Butterworth encima de una mesa auxiliar-. Un libro que prometi prestarle a lady Olivia.
– ?De que trata? -solicito el principe.
– No es mas que una novelucha -intervino Olivia-. No creo que me guste, pero me la ha recomendado una amiga. -El principe no parecio inmutarse y ella le pregunto-: ?A Su Alteza que le gusta leer?
– No creo que este familiarizada con la literatura que yo leo -dijo el con desden.
Harry observo atentamente a Olivia. Se dio cuenta de que se le daba bien esta farsa de la llamada alta sociedad. Hubo en sus ojos un imperceptible destello de irritacion que disimulo y cambio por una expresion tan absolutamente amable y alegre que
Solo que el sabia que no lo era.
– Aun asi me gustaria saber cuales son sus preferencias literarias -insistio ella con cordialidad-. Me gusta aprender cosas de otras culturas.
El principe se volvio hacia ella y al hacerlo le dio la espalda a Harry.
– Uno de mis antepasados fue un gran poeta y filosofo. El principe Antiokh Dmitrievich Kantemir.
A Harry le parecio muy curioso; era bien sabido (entre los conocedores de la cultura rusa) que Kantemir murio sin descendencia.
– Asimismo, lei hace poco todas las fabulas de Ivan Krylov -continuo Alexei-. Es lectura obligada de todo ruso culto.
– Nosotros tambien tenemos escritores asi -comento Olivia-. Shakespeare. Todo el mundo lee a Shakespeare. Creo que seria casi antipatriotico no hacerlo.
El principe se encogio de hombros; esa era al parecer su opinion de Shakespeare.
– ?Ha leido a Shakespeare? -inquirio Olivia.
– He leido alguna cosa en frances -contesto el-, pero prefiero leer en ruso. Nuestra literatura es mucho mas profunda que la suya.
– Yo he leido
El principe Alexei se volvio a el sin disimular su sorpresa.
– No sabia que Bednaya Liza habia sido traducido al ingles.
Tampoco Harry lo sabia; el lo habia leido en ruso anos atras. Pero esta tarde ya habia cometido un error por imprudente y no estaba dispuesto a cometer otro, de modo que dijo:
– Creo que no me estoy equivocando de libro. El autor es… ?vaya, ahora no lo recuerdo…! Empieza por «k», creo, ?Karmazanon?
– Karamzin -le espeto el principe-. Nikolai Karamzin.
– Si, eso es -repuso Harry en un tono intencionadamente alegre-. Va de una campesina pobre a la que un aristocrata seduce y luego abandona, ?verdad?
El principe asintio secamente.
Harry se encogio de hombros.
– Pues alguien lo habra traducido.
– Tal vez intente encontrar un ejemplar -dijo el principe-. Quizas eso mejore mi ingles.
– ?Es muy conocido? -intervino Olivia-. Si logramos encontrar un ejemplar en ingles, me encantaria leerlo.
Harry la miro con desconfianza. Era la misma mujer que habia asegurado que no le gustaban ni
Paso un angel fugaz antes de que Olivia dijera:
– He pedido que nos traigan el te justo antes de que usted llegara, sir Harry. ?Se quedara a tomarlo con nosotros?
– Sera un placer. -Harry tomo asiento frente al principe y le dedico una sonrisa forzada.
– Confieso que se me dan fatal los idiomas -dijo Olivia-. Mis institutrices perdieron la esperanza de que algun dia dominase el frances. Siento una gran admiracion por aquellos que hablan mas de una lengua. Su ingles es verdaderamente magnifico, Vuestra Alteza.
El principe agradecio el cumplido asintiendo con la cabeza.
– El principe Alexei tambien habla frances -le explico Olivia a Harry.
– Como yo -respondio el, ya que no parecia que hubiese razon alguna para ocultarlo. Puede que al principe se le escapase algo en ruso, pero jamas haria eso en frances; habia demasiados hablantes de frances en Londres. Ademas, despues de pasar tantos anos en Europa lo raro habria sido que Harry no aprendiese un poco el idioma.
– Eso no lo sabia -dijo Olivia-. Tal vez los dos puedan conversar; o mejor no. -Solto una carcajada-. Tiemblo de horror solo pensar en lo que podrian decir de mi.
– Unicamente los mayores cumplidos -repuso el principe zalamero.
– Dudo que mis conocimientos puedan equipararse con los de Vuestra Alteza -mintio Harry-. Estoy convencido de que seria una conversacion frustrante para ambos.
De nuevo paso un angel, y de nuevo Olivia lleno el silencio.
– Tal vez nos pueda decir algo en ruso -le pidio al principe-. Creo que nunca he oido hablar esta lengua en voz alta, ?y usted, sir Harry?