justo como lo habian descrito los ninos, como una chabola de los esclavos en una plantacion de las de antes de la Guerra Civil. Esas pateticas edificaciones… y ahora estan mucho mejor de lo que estaban antes de que las arreglasemos: no habia ni agua, ni luz, ni gas… solo una bomba en el exterior, que daba un agua con quien sabe cuantos microorganismos. Y, antes de que les regalaramos esos arboles, solo tenian un terreno seco y polvoriento. Y Shirlee y Jasper estaban alli de pie, sonriendo, siguiendome por todas partes, pero sin protestar en lo mas minimo cuando entre en sus chabolas. Dentro, tuve mi primera sorpresa: habia esperado un caos, pero me encontre con que todo estaba muy limpio, bien conservado… las ropas perfectamente dobladas, la cama hecha a la perfeccion. Y ambos era muy concienzudos respecto a su higiene, a pesar de que tenian un poco descuidados sus dientes.
– Estaban bien entrenados -dije.
– Si. Como si alguien les hubiera inculcado lo mas basico…, lo que apoya la teoria de que se escapasen de una institucion. Desafortunadamente su entrenamiento no abarcaba el cuidado de ninos. Sharon estaba sucia, con ese precioso cabello negro suyo tan sucio, que parecia marron; todo el enmaranado, y con semillas de esas que se agarran. La primera vez que la vi estaba en lo alto de uno de los sauces, a horcajadas en una rama, desnuda como un recien nacido; y con algo brillante en una mano. Mirando hacia abajo con esos grandes ojos azules suyos. Desde luego, con aspecto de chimpance. Le pedi a Shirlee que la hiciese bajar. La llamo…
– ?La llamo por su nombre?
– Si: Sharon. Eso no tuvimos que improvisarlo. Shirlee siguio llamandola, suplicandole que bajase, pero Sharon la ignoro. Estaba claro que alli no habia autoridad paterna alguna, que no podian controlarla. Finalmente, hice ver que no me importaba y ella bajo, manteniendo las distancias y mirandome. Pero no estaba asustada. Por el contrario, parecia feliz de ver una cara nueva. Y entonces, hizo algo que me cogio realmente por sorpresa: la cosa brillante que habia estado sosteniendo en la mano era un bote abierto de mayonesa. Metio la mano dentro, agarro un pegote de salsa y comenzo a comersela. Las moscas la olieron y comenzaron a pasearse por encima de ella. Le quite el bote. Ella chillo, pero no demasiado fuerte; ansiaba que alguien la hiciera ser disciplinada. Coloque el brazo en derredor de ella. Eso parecio gustarle. Pero hedia de mala manera, parecia una de esas ninas salvajes que salen en los cuentos, de las que ha criado un animal. Y, sin embargo, tambien era una nina preciosa… ?esa cara, esos ojos!
»La sente en un tocon, alce el bote de mayonesa y dije: 'Esto se come con jamon cocido o atun. No sola'. Shirlee me estaba escuchando. Comenzo a lanzar una de sus risitas. Sharon le siguio la corriente y tambien se rio, mientras se pasaba las manos por su grasiento cabello. Luego me dijo: 'A mi me gusta sola'. Tan claro como el tanido de una campana. Esto me sobresalto, pues habia supuesto que ella tambien era una retrasada, y que no hablaba o apenas. La mire atentamente y vi algo en ella…, una rapidez en sus ojos, el modo en que respondia a mis movimientos…, que me indicaba que tenia algo bajo la azotea. Tambien coordinaba muy bien. Cuando le comente lo buena escaladora que era, me hizo toda una demostracion: se subio al arbol como un mono, hizo volteretas y se puso cabeza abajo. Shirlee y Jasper la miraron hacerlo y aplaudieron. Para ellos era un juguete.
»Les pregunte si me la podia llevar unas horas. Aceptaron sin dudarlo, a pesar de que no me conocian de nada. No habia entre ellos el nexo entre padres e hija, a pesar de que estaban claramente encantados con ella, y de que la besaron y abrazaron muchas veces, antes de que nos marchasemos.
– ?Como reacciono Sharon al que se la llevasen?
– No estaba contenta, pero no se peleo para impedirlo. Especialmente, no le gusto cuando trate de cubrirla con una manta. Y lo curioso es que, cuando se acostumbro a la ropa, ya nunca le gusto quitarsela…, como si el estar desnuda le recordase el modo en que habia vivido antes.
– Seguro que si -dije, y pense en cuando haciamos el amor en el asiento trasero de mi coche.
– En realidad llego a convertirse en un autentico figurin de alta costura… acostumbraba a empaparse con las revistas de moda y recortar los modelos que le gustaban. Y nunca le gustaron los pantalones, solo los vestidos.
Vestidos de los anos cincuenta.
– ?Como te fue la primera vez que la llevaste a tu casa?
– Me permitio tomarla de la mano, y subio al coche como si ya lo hubiera hecho antes. Durante el viaje trate de hablar con ella, pero se limito a mirar por la ventanilla, sin abrir boca. Cuando llegamos a mi casa, bajo, se puso en cuclillas, y defeco en el mismo camino para coches. Cuando lance un grito de sorpresa, ella parecio realmente desconcertada, como si el hacer ese tipo de cosas fuese absolutamente normal. Resultaba obvio que nadie le decia lo que se puede y lo que no se puede hacer. La meti dentro de casa, le sente en el lavabo y la lave bien, y le cepille el cabello, para quitarle todo aquel enmaranamiento; en ese punto, si que empezo a lanzar autenticos alaridos. Luego, la vesti con una de las viejas camisas del senor Leidecker, la sente a la mesa, y le di una cena como Dios manda. Comio como un lenador. Al acabar, se levanto de la silla y ya iba a ponerse en cuclillas otra vez. La lleve en volandas al bano, y le ensene como se hacia. Eso fue el principio. Se que le importaba hacerlo bien.
– Pero, ?hablaba con fluidez?
– Era una cosa extrana, desigual. A veces, le salian frases enteras, y luego se encontraba con problemas hasta para describir algo de lo mas simple. Tenia tremendos agujeros en su conocimiento del mundo. Y cuando se sentia frustrada, comenzaba a grunir y senalar con el dedo, como Jasper. Y no eran senales de ningun idioma de gestos: yo conozco el idioma de los sordomudos, y ni ella ni Jasper lo conocian, a pesar que luego logre ensenarle a el un poquito. Jasper tiene su propio lenguaje primitivo… cuando se molesta en comunicarse de algun modo. Ese es el medio ambiente en el que ella vivia, cuando la halle.
– Desde eso a un doctorado -musite.
– Ya te he dicho que fue todo un milagro. Aprendio de un modo asombrosamente rapido: cuatro meses de trabajo intenso para lograr que se pusiera a hablar de un modo adecuado, otros tres para ensenarla a leer. Estaba preparada para aprender, era como un vaso que aguarda ser llenado. Cuanto mas tiempo pasaba con ella, mas claro tenia que no solo no era retardada, sino que era brillante. Muy brillante.
Y que ya habia sido educada. Por alguien que le habia ensenado a subir en los coches, que le habia ensenado frases enteras… y luego hecho agujeros en su conocimiento del mundo.
Helen habia dejado de hablar, tenia la mano ante la boca y estaba respirando trabajosamente.
– Todo para nada -dijo.
Miro al reloj de la pared.
– Lo siento, pero ya tengo que irme. Al venir me trajo Gabe. Me compro un casco con su propio dinero… ?como podria negarme a que me lleve en su moto? Y el pobrecillo debe de estar nerviosisimo, creyendose yo que se.
– Me encantara acompanarte a casa en mi coche.
Dudo, y luego dijo:
– De acuerdo. Dame un par de minutos para cerrar.
30
Su casa era grande, con el techo en punta y muy iluminada, adornada generosamente con detalles en blanco, y separada de la carretera por un cuarto de hectarea de manzanos en perfectas condiciones de crecimiento. La moto de Gabe estaba aparcada cerca del porche delantero, junto a un viejo camion Chevy y un Honda Accord. Me llevo alrededor de la casa, hasta una puerta lateral, y entramos por la cocina. Gabe estaba sentado ante la mesa, dandonos la espalda, desgranando maiz y escuchando estrepitosa musica rap en un portatil que no era mucho mas pequeno que su Honda. Habia mazorcas de maiz apiladas hasta su barbilla. Trabajaba lentamente, pero sin parar, agitando la cabeza al compas de la musica.
Ella le beso en la coronilla. El le lanzo una mirada de desdicha, como suplicando compasion. Pero, cuando me vio, la desdicha se convirtio en ira.
Su madre bajo el volumen del portatil.
– ?Que demonios hace
– ?No seas maleducado, Gabriel! No es eso lo que te enseno papa.