estaba recordando a el. Haciendole un panegirico.

– Quiza -le dije-, pero a mi tambien se me ocurre otra posibilidad.

– ?Cual?

– Que fuera algo que Paul te dijese durante la hipnosis, y luego te sugiriese olvidar. Algo que, de todos modos, hubiera salido al fin a la superficie.

– No, yo… no hubo sugerencias de amnesia.

– ?Acaso las recordarias si las hubiese habido?

Se puso en pie, apreto los punos, y los mantuvo en tension a sus costados.

– No, Alex. El no me hubiera hecho una cosa asi. -Pausa-. ?Y que, si la hubiera hecho? ?Solo lo habria hecho para protegerme!

– Estoy seguro de que tienes razon -la aplaque-. Perdona el analisis de sofa. Son los gajes del oficio.

Me miro desde lo alto. Tome su mano, y se relajo.

– Despues de todo -prosegui-, el te hablo del intento de ahogarte… que es un tema tremendamente emocional.

– Del intento de ahogarme -musito-. Si, el me hablo de eso. Lo recuerdo claramente.

– Y tu me lo contaste a mi. Y a Helen. -Moldeando y transformando la verdad, como quien juega con plastilina.

– Si, claro que lo hice. Vosotros dos erais personas a las que me sentia cercana. Queria que ambos lo supieseis.

Se solto, fue a sentarse al extremo opuesto de la cama. Asombrada.

– Debio de ser una terrible experiencia, que te fuercen a hundirte bajo el agua, que alguien quiera matarte. Especialmente a esa edad. A esa edad tan temprana, formativa.

Me dio la espalda. Escuche el silencio, al arritmico siseo y gemido del respirar de Shirlee.

– ?Alex?

– ?Si?

– ?Crees que las mentiras son… una combinacion de elementos? -Su voz era vacia, muerta, como la de una victima de la tortura-. ?Ficcion combinada con verdades reprimidas? ?Que, cuando mentimos, lo que en realidad estamos haciendo es tomando la verdad y cambiando su contexto temporal… trayendola desde el pasado hacia el presente?

Le dije:

– Es una teoria interesante. -Y luego-: Si te sientes con animos, me gustaria oir como os conocisteis, al fin, Sherry y tu.

– Un par de dias despues de que tio Billy me visitase, vino Paul y me dijo que ella estaba dispuesta.

– De vuelta a su casa…

– Si. Me llevo a mi habitacion y me dijo que meditase, y que me asegurase de dormir bien esa noche. A la manana siguiente me acompano abajo, a la sala de estar. Todo estaba preparado, con cojines suaves y la luz tenue. Me dijo que esperase y se marcho. Un momento mas tarde volvio a aparecer. Con ella.

»Cuando la vi, una descarga electrica me recorrio la espina dorsal. A ella le debia de estar sucediendo lo mismo, porque ambas nos quedamos quietas largo rato, solo mirandonos. Ella era exactamente igual a mi, a excepcion de su cabello, que llevaba tenido rubio platino, y de que vestia ropas sexy. Comenzamos a sonreir… exactamente al mismo instante. Luego empezamos a reir, primero risitas, luego carcajadas, abrimos los brazos de par en par y echamos a correr la una hacia la otra… era como correr hacia un espejo. Unos minutos mas tarde ya estabamos hablando como si fueramos grandes amigas de toda la vida.

»Ella era divertida y dulce…, en nada parecida a lo que me habia descrito Paul. Nada de egoista y malcriada como habia implicado tio Billy. Era obvio que no tenia demasiados estudios, lo que me sorprendio, porque sabia que la habian criado en un ambiente de dinero. Pero era brillante. Y era educada en su forma de comportarse: se veia en su postura erguida, en el modo en que cruzaba las piernas. Me dijo que estaba estudiando para ser actriz, que ya habia sido la estrella en una pelicula. Le pregunte el titulo de la misma, pero ella se limito a echarse a reir y a cambiar de tema. Lo queria saber todo acerca de la escuela de postgraduados, todo acerca de la psico, y me dijo que se sentia orgullosa de que yo fuese a lograr mi doctorado. Realmente nos compenetramos muy bien, descubriendo que nos gustaba el mismo tipo de comidas, que usabamos la misma pasta de dientes, de liquido para enjuagarnos la boca y de desodorante. Fijandonos en pequenos amaneramientos que teniamos en comun.

– ?Como este? -me tire del lobulo.

– No -se echo a reir-. Me temo que eso es solo mio.

– ?Te hablo de su vida en casa?

– No mucho esa primera vez… realmente, no queriamos hablar de otra cosa mas que de nosotras. Y a ella aun no se le habia hablado de Joan… Paul habia dicho que no estaba preparada para ello. Asi que nos concentramos en nosotras dos. Nos quedamos todo el dia en aquella habitacion. En la primera ocasion en que tuve la impresion de que hubiese en ella algo negativo fue cuando nos adentramos en el topico de los hombres. Sherry me dijo que se habia tirado a montones de hombres, tantos que habia perdido la cuenta. Ella me estaba sondeando… deseaba saber si yo lo aprobaba o lo desaprobaba.

»Yo no queria hacer juicios de valor, pero le dije que era una mujer de un solo hombre. Al principio, se nego a creerselo, pero luego me dijo que esperaba que, al menos, fuese un hombre infernalmente bueno. Fue entonces cuando le hable de ti. Y, por un momento, aparecio en sus ojos una mirada que daba miedo: de depredador. Hambrienta. Como si me odiase a mi por amar. Pero luego desaparecio, tan rapidamente, que pense que me la habia imaginado. Creeme, Alex, si la hubiera conocido mejor, te hubiese protegido. Protegido a ambos.

– ?Cuando empezo a ir mal?

Sus ojos se humedecieron.

– Poco despues, aunque en aquel tiempo no me di cuenta. Se suponia que debiamos ir juntas de compras, pero ella no aparecio. Cuando regrese a la casa de Paul, este me dijo que ella habia hecho las maletas y se habia marchado de la ciudad sin decirle palabra a nadie. Eso era normal en Sherry: no tenia control de sus impulsos. Tambien me dijo que no me preocupase, que yo no tenia la culpa. Finalmente, ella volvio, dos semanas mas tarde, en un terrible estado: amoratada, embotada, incapaz de acordarse de nada de lo que le habia sucedido, como no fuese que habia aparecido en un bar de Reno. Y desde ese momento, eso es lo que siguio sucediendo: entraba y salia. Estados de fuga, abuso de drogas.

– Jana. Tu disertacion.

Eso la sobresalto.

– La lei -le explique-. Estaba interesado… en ti. ?De quien fue la idea?

– Todo empezo casi como una broma. Yo habia estado pasando por un mes muy duro con ella… un par de sobredosis, montones de broncas verbales. Y estaba bajo la presion de mis estudios, pues tenia que presentar un tema de discusion, o lograr que el Departamento me concediese un aplazamiento… y ya seria el segundo. Estaba descargandome en Paul, hablandole acerca de lo mucho que ella me frustraba, de lo dificil que me lo estaba poniendo. Y diciendole que habria sido mas facil para mi el ser su terapeuta que su hermana. Nos reimos de esto, y el me dijo que el ser su terapeuta tampoco era una fiesta. Hablamos acerca de la perdida de control que surge del tratar con gente como esta. Y entonces el me dijo que por que no me colocaba en el rol del terapeuta, como un medio para establecer algun sentido de control en nuestra relacion, y que luego lo escribiese todo.

– Trabajar el problema.

– Paul me dijo que era algo que ella me debia.

– Parece como si Paul tambien hubiese estado irritado por ella.

– Estaba frustrado… Llevaba todos aquellos anos trabajando con Sherry, y ella no hacia sino empeorar. Deteriorarse. Hacia el final estaba ya claramente paranoide, cerca ya de convertirse en psicotica.

– Paranoide, ?acerca de que?

– De todo. La ultima vez que regreso… la vez que me destruyo la consulta… estaba convencida de que yo iba a por ella; de que estaba revelando sus secretos personales a mis pacientes, para humillarla. Todo surgia de su propio dolor, pero lo estaba proyectando hacia mi…, culpandome a mi, del mismo modo en que ya lo habia hecho

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