– No queria verme envuelto con ella. Es… era una mujer muy complicada.
– ?Desde luego que lo era! -Consulto su reloj y se quito el estetoscopio-. De acuerdo, voy a hacer una llamada y comprobar los datos de usted. Si es quien dice ser, hablaremos. Pero primero iremos a comer.
Me dejo en la sala de espera. Regreso un rato despues, y me dijo:
– De acuerdo -sin mirarme.
Caminamos una manzana, hasta una cafeteria en Brighton. Ella pidio un bocadillo de atun con pan moreno y te de hierbas. Yo juguetee con unos huevos revueltos de la consistencia de la goma.
Comio rapidamente, sin ceremonias. Pidio un pijama para postre y se acabo la mitad antes de apartar el plato.
Tras limpiarse la boca, dijo:
– Cuando me dijeron que alguien queria hablarme de Sharon, francamente, me puse nerviosa. Me causo problemas y hacia ya tiempo que no trabajabamos juntas.
– ?Que clase de problemas?
– Un momento. -Llamo a la camarera y le pidio otro te. Yo pedi cafe. Con las bebidas nos trajeron la nota.
La tome.
– Yo pago.
– ?Comprando informacion?
Sonrei:
– Me estaba hablando de los problemas que le causaba Sharon.
Ella agito la cabeza:
– Amigo, no se si quiero meterme en esto.
– Sera confidencial -le prometi.
– ?Legalmente? ?Como si fuera usted mi terapeuta?
– Si eso la hace sentirse comoda…
– Una respuesta muy de comecocos… Si, me hace sentirme comoda. Lo que tenemos aqui es un tema muy delicado: estamos hablando de problemas
– Lo ultimo que pasaria por mi mente seria meterme en un juicio por esto.
– En eso coincidimos. -Palmeo la mesa con una mano con la suficiente fuerza como para que saltase el salero-. ?Maldita sea! Ella me utilizo: solo pensar en ello me pone furiosa. Lamento que este muerta, pero no logro apenarme por ello. Abuso de mi.
Sorbio su te.
– No la conoci hasta el ano pasado. Entro, se presento, y me invito a comer. Yo sabia lo que estaba haciendo: buscando que le mandasen pacientes. Bueno, no hay nada malo en eso. Yo solo llevo trabajando desde hace un ano, y tambien he tenido que pedir muchos favores. Y la primera impresion que me dio fue realmente buena: era brillante, hablaba bien, parecia saber muy bien lo que queria hacer. Y su curriculum era realmente magnifico: montones de variada experiencia clinica. Ademas, estaba aqui mismo, en este edificio. Y siempre es bueno eso de yo te mando un cliente mio, tu me mandas uno tuyo. Casi toda mi clientela son mujeres, y la mayor parte de ellas se iban a sentir mas comodas con una terapeuta que con un hombre; asi que me dije, ?por que no?, hagamos una prueba. Lo unico que me preocupaba era que fuese tan guapa, pues me dije que quizas eso resultase amenazador para el ego de algunas mujeres. Pero me dije a mi misma que ese era un modo de pensar sexista, asi que empece a mandarle pacientes… no demasiados, gracias a Dios. El mio es un consultorio pequeno.
– ?Tenia su oficina en el tercer piso? ?Con el doctor Kruse?
– Justo con ese. Solo que el jamas estaba alli: siempre estaba ella sola. Una vez me hizo subir; es un lugar pequeno, con una sala de espera del tamano de un sello de correos y una habitacion de consultas. Ella era la ayudante psicologica de Kruse, o algo asi. Y tenia su licencia.
– Un certificado de ayudantia.
– Lo que sea. Todo en orden.
Ayudante psicologica. Un cargo temporal, destinado a darle experiencia a un nuevo doctorado, bajo la supervision de un psicologo licenciado. Sharon se habia doctorado hacia seis anos, asi que hacia ya tiempo que podia haber solicitado su licencia normal. Me pregunte por que no la tendria. ?Que habria hecho durante estos seis anos?
– Kruse le escribio una sensacional carta de recomendacion -continuo-. El era catedratico de la Facultad, asi que supuse que su opinion era digna de credito. Realmente esperaba que todo iria bien, asi que fue un buen palo el ver que no era asi.
– ?Aun tiene ese curriculum?
– No.
– ?Recuerda algo de lo que decia?
– Solo lo que le he dicho. ?Por que?
– Voy a tratar de investigar hacia atras. ?Y como fue que abuso de usted?
Me lanzo una aguda mirada.
– ?Quiere decir que no se lo imagina?
– Supongo que sera algo que tendra que ver con un mal comportamiento sexual… con el irse a la cama con sus pacientes. Pero la mayoria de la clientela de usted son mujeres. ?Es que ella era lesbiana?
Se echo a reir.
– ?Ella lesbiana? Si, veo por que puede haber pensado eso. Francamente, no se que es lo que
– ?Como lo descubrio usted?
Parecio molesta.
– Estaba repasando la contabilidad, comprobando los impagados y la gente que no habia seguido acudiendo a consulta, y me di cuenta de que la mayor parte de las mujeres cuyos maridos le habia enviado, no habian pagado o seguido con las visitas. Era algo que se notaba a la legua, porque con el resto de mi clientela no habia problemas, la fidelidad de mis pacientes era casi perfecta. Empece a hacer unas llamadas, para averiguar que habia pasado. La mayor parte de las mujeres no querian ni hablar conmigo… algunas incluso me colgaron; pero dos si que hablaron. La primera de ellas me dio en todo el morro: al parecer su marido habia visitado a Sharon para algunas sesiones… algo que tenia que ver con estres en el trabajo. Ella le enseno a relajarse; eso fue todo. Pero, unas semanas mas tarde, ella le llamo y le ofrecio una sesion de seguimiento. Gratuita. Cuando el se presento, ella trato de seducirlo; al parecer la cosa fue muy fuerte: se quito la ropa. ?Cristo, aqui mismo, en la oficina! El la dejo plantada, se fue a casa y se lo conto a su mujer. Esta estaba como loca, gritandome que deberia estar avergonzada de asociarme con una mala puta, liante y amoral como aquella. La segunda que me contesto fue peor: lloraba y lloraba y no paraba.
Se froto las sienes, saco una aspirina de su bolso y se la trago con te.
– Increible, ?no? ?Visitas
– Lo siento -le dije.
– No tanto como yo. Y ahora me dice usted que Rasmussen esta a punto de estallar. Maravilloso.
– ?Era uno de ellos?
– Oh, si, un autentico principe. Su novia fue la que no paraba de llorar. Ella era una de mis pacientes, no demasiado sofisticada, con vagas quejas psicosomaticas: necesitaba atencion. Llegue a conocerla un poco y comenzo a abrirseme acerca de el… de como bebia demasiado, se drogaba, la maltrataba. Pase mucho tiempo aconsejandola, tratando de mostrarle que el era un perdedor, que tenia que dejarlo. Naturalmente, no lo hizo: era una de esas mujeres pasivas que tuvieron un padre dominante y que siempre estan ligando con sustitutos de