aquello era culpa de ella, que lo habia hecho lo mejor que sabia, que nadie podria haberlo hecho mejor. Que estaba bien el tener aquel sentimiento, el estar dolida.

Finalmente ella alzo la vista, se sono la nariz, y me dijo:

– Es usted un hombre bueno.

– Gracias.

– Mi papa era un hombre bueno. ?Sabe?, murio.

– Lo siento.

– Se fue hace mucho, cuando yo estaba, ?sabe?, en el jardin de infancia. Volvia a casa con las cosas que habiamos hecho para el Dia de Accion de Gracias, ?sabe?, pavos de papel y sombreros de los Peregrinos… y vi como se lo llevaban en la ambulancia.

Silencio.

– ?Que edad tienes, Carmen?

– Veinte.

– Has pasado por muchas cosas en veinte anos.

Sonrio.

– Supongo que si. Y ahora Danny. El tambien era bueno, ?sabe? Aunque tenia mala baba cuando bebia. Pero, en el fondo era bueno. No me causaba muchos problemas, ?sabe? Y me llevaba a sitios, me traia cosas, de todo.

– ?Cuanto tiempo hacia que os conociais?

Penso.

– Unos dos anos. Yo conducia ese camion-cantina, ?sabe?, uno de esos que llaman carros de cucarachas. Lo llevaba a todas las obras, y Danny estaba trabajando en una de las construcciones, haciendo el andamiaje.

Asenti, para animarla.

– Le gustaban los burritos, ?sabe? -siguio-. Quiero decir carne y patatas, pero no frijoles… los frijoles le hacian peerse, ?sabe? Yo creia que era un chico guapo, asi que le daba platos gratis… el jefe no se enteraba, ?sabe? Luego empezamos a vivir juntos, ?sabe?

Me miro, con cara de nina.

Le sonrei.

– Nunca, jamas, pense que lo fuera a hacer, ?sabe?

– ?El matarse?

Balanceo la cabeza. Por sus mejillas pecosas corrieron lagrimas.

– Cuando bebia y se ponia muy cabreado, ?sabe?, hablaba sobre como la vida era una mierda, ?sabe?, que era mejor estar muerto, que un dia lo iba a hacer, ?sabe?, y que les dieran por alla a todos. Luego, cuando se hizo dano en la espalda… ?sabe?, el dolor, el no poder trabajar… estuvo muy deprimido. Pero nunca pense… -Se derrumbo de nuevo.

– No habia modo de saberlo, Carmen. Cuando una persona toma la decision de matarse, no hay modo de pararla.

– Aja -acepto, entre sollozos-. Una no podia parar a Danny cuando tomaba una decision, eso seguro. Era muy testarudo, ?sabe?, un verdadero cabezota. Trate de pararlo esta manana, pero el siguio adelante, ?sabe?, como si no me estuviera oyendo, lleno de alcohol y tirando adelante… ?sabe?, como si lo persiguieran todos los demonios.

– La doctora Weingarden dice que hablo de algunas cosas malas que habia hecho.

Ella asintio con la cabeza.

– Estaba muy hundido. Dijo que era, ?sabe?, un gran pecador.

– ?Y sabes por que estaba tan hundido?

Se encogio de hombros.

– Acostumbraba a meterse, ?sabe?, en peleas, pegaba a la gente en los bares… nada realmente fuerte, pero le habia hecho dano a alguna gente. -Sonrio-. Era pequeno pero, ?sabe?, muy duro. Peleon. Y le gustaba fumar yerba y beber, lo que le hacia ponerse muy peleon… pero era un buen tipo, ?sabe? No hizo nada realmente malo.

Queriendo saber cual era el apoyo con el que podia contar, le pregunte acerca de su familia y amigos.

– No tengo familia -dijo-. Ni tampoco la tenia Danny. Y no tengo amigos, ?sabe? Quiero decir que a mi no me importaba, pero a Danny no le gustaba la gente… quiza fuese porque su papa le pegaba siempre y eso le hizo, ?sabe?, odiar a todo el mundo. Por eso el…

– ?El que?

– Lo liquido.

– ?Mato a su padre?

– Cuando era un nino… ?en autodefensa! Pero los polis le hicieron una putada, ?sabe?, lo mandaron a un reformatorio hasta que tuvo los dieciocho. Salio y se hizo su vida, pero no le gustaba tener amigos. Lo unico que le gustabamos eramos yo y los perros: ?sabe?, tenemos dos mezclados de Rottweiler, Dandy y Paco. Lo querian mucho. Han estado llorando todo el dia, y lo van a echar a faltar de mala manera.

Lloro un largo rato.

– Carmen -le dije-, estas pasando por malos momentos. Te ayudaria tener a alguien con quien hablar. Me gustaria conectarte con una doctora, una psicologa como yo.

Alzo la vista.

– Podria hablar con usted.

– Yo… yo no acostumbro a hacer este tipo de trabajo.

Hizo un gesto de irritacion con los labios.

– Es la pasta, claro. Usted no acepta a los de Medi-Cal, ?verdad?

– No, Carmen. Es que soy un psicologo de ninos. Yo trabajo con ninos.

– Claro, lo entiendo -dijo, con mas tristeza que ira. Como si esta fuera la ultima injusticia en una vida llena de ellas.

– La persona con la que quiero mandarte es muy buena, y tiene mucha experiencia.

Hizo un mohin, se froto los ojos.

– Carmen, si hablo con ella y te doy su numero, ?la llamaras?

– Ni hablar. -Agito la cabeza violentamente-. ?No quiero a una doctora!

– ?Y por que no?

– Danny tenia una doctora. Y lo lio.

– ?Lo lio?

Escupio al suelo.

– ?Se lo tiro! ?Sabe? Siempre me decia: «Una mierda, Carmen, nunca hemos hecho nada», pero venia de verla, ?sabe?, y tenia esa mirada en los ojos y olia a haber hecho el amor… era repugnante. No quiero hablar de ello. Y no quiero una doctora, ni hablar.

– Leslie Weingarden es una doctora.

– Es diferente.

– La doctora Small, la persona que quiero que veas, tambien es diferente. Tiene unos cincuenta anos, es muy amable nunca haria nada deshonesto.

No parecia convencida.

– Carmen, me ha visitado a mi…

No comprendio.

– Ha sido mi doctora.

– ?De usted? ?Por que?

– A veces yo tambien necesito hablar. Todo el mundo lo necesita. Ahora, prometeme que la iras a ver en seguida. Si no te gusta, te buscare a otra persona. -Saque una tarjeta con el numero de mi contestador, y se la di.

Cerro una mano encima de la cartulina.

– Simplemente, creo que no esta bien -dijo.

– ?Que es lo que no esta bien?

– El que ella se lo tirase. Una doctora deberia, ?sabe?, saber lo que se hace.

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