Henry, relacionadas con negocios. Habia hecho su fortuna con los ferrocarriles, el acero y los terrenos. Al igual que Leland, era dueno absoluto de sus empresas: jamas habia puesto acciones a la venta. A diferencia de Leland, se habia mantenido alejado de los titulares de la prensa.

En 1953 habia muerto, a la edad de cincuenta y un anos, de un ataque al corazon, mientras estaba de safari en Kenya, dejando a una doliente viuda, Hope Estes Vidal. En lugar de flores se rogaban contribuciones a la Asociacion del Corazon…

Ninguna mencion de descendencia. ?Y que habia del hijo que habia tratado Kruse? ?Se habia vuelto a casar la viuda? Segui peleandome con el indice y halle una unica entrada, fechada seis meses despues de la muerte de Henry Blalock: la venta de las Industrias Blalock a la Magna Corporation por una suma no especificada que se rumoreaba haber sido una ganga. Se hacia notar el declive de las propiedades de Blalock, que era atribuido a la incapacidad a adaptarse a las realidades cambiantes, especialmente a la creciente importancia de los transportes aereos transcontinentales.

La implicacion era clara: los aviones de Belding habian ayudado a dejar antiguos los trenes de Blalock. Y luego la Magna habia caido del cielo, y se habia apoderado de los restos.

Aunque, por el aspecto que tenia el alojamiento de Hope Blalock, la parte de restos que le habia quedado a ella era sustanciosa. Me pregunte si su hermanito Billy no habria vuelto a hacer de «intermediario», ocupandose de que los intereses de ella quedasen protegidos.

Otra hora de ir pasando fichas no me trajo nada nuevo. Pense en donde mas podia buscar, baje a la planta baja y le pregunte a la bibliotecaria de referencias si entre los volumenes almacenados se incluian los registros de la buena sociedad. Alzo la vista, me dijo que en Colecciones Especiales tenia el Libro Azul de Los Angeles, pero que esa seccion ya habia cerrado por hoy.

Mis pensamientos descendieron por los peldanos de la escala social hasta otra historia de hermano y hermana. Permaneci en la seccion de referencias y trate de hallar las informaciones de la prensa acerca de la incursion contra la droga en la que habia muerto Linda Lanier.

Fui al almacen de diarios del segundo piso… Hileras de cajones y filas de maquinas de microfichas. Mostre mi tarjeta de la Facultad, llene unos impresos y recogi carretes de microfichas.

Ellston Crotty habia fechado la accion policial en 1953. Suponiendo que Linda Lanier hubiera sido la madre de Sharon habria tenido que estar viva en el momento del nacimiento de esta, el 15 de mayo, lo cual aun localizaba mas la cosa. Asi que me abri camino a partir de la primavera de 1953, empezando con el Times y manteniendo en reserva el Herald, Mirror y Daily News.

Me llevo mas de una hora el hallar la historia. El 9 de agosto. El Times, que nunca habia destacado por su amor hacia las historias de crimenes, la relegaba a la mitad de la seccion primera del periodico, pero los otros diarios le habian dado tratamiento de primera plana, completo con prosa sanguinaria, fotografias de los «camellos» muertos en el tiroteo y de los polis que los habian matado.

Los articulos estaban de acuerdo con la narracion de Crotty, solo faltandoles su cinismo. Linda Lanier/Eulalee Johnson y su hermano, Cable Johnson, importantes «traficantes en heroina» habian disparado contra los agentes de Narcoticos Metropolitanos que intentaban hacer una redada en su casa, y habian resultado muertos al devolver estos el fuego. En una unica «operacion relampago», los detectives Royal Hummel y Victor DeGranzfeld habian puesto fin a una de las bandas de narcotraficantes mas depredadoras de la historia de L. A.

Las fotos de los detectives los mostraban sonrientes, arrodillados tras bolsones de polvo blanco. Hummel era ancho y carnoso, vestia un traje claro y un sombrero de paja de ala ancha. Crei detectar un asomo de Cyril Trapp en su cuadrada barbilla aguzada y estrechos labios. DeGranzfeld tenia forma de pera, con bigote y ojos como rendijas y vestia un traje cruzado de rayitas y un sombrero Stetson negro. Parecia estar a disgusto, como si el sonreir fuera algo que le hubiesen impuesto.

No tuve que estudiar la foto de Linda Lanier/Eulalee Johnson para reconocer a la bomba rubia que habia visto seducir al doctor Donald Neurath. La foto era de estudio profesional, de gran calidad: el tipo de pose de tres cuartos, medio lado, cabello agitado por el viento, papel brillante, que preferian las aspirantes a actrices para sus poses publicitarias.

El rostro de Sharon, con una peluca platino.

Cable Johnson era inmortalizado con una foto de archivo de la carcel del condado, que lo mostraba como un perdedor, con cara de malo, mal afeitado, con ojos caidos y un grasiento corte de pelo a lo Elvis. Los ojos eran de vago, pero lograban proyectar esa cierta capacidad, de afilados bordes, de quien lucha por sobrevivir. Astucia mas que inteligencia abstracta. Era del tipo de persona que logra apanarselas a corto plazo, pero a la que le pone la zancadilla, una y otra vez, su hinchado ego y su incapacidad para retrasar la autosatisfaccion.

Su historial delictivo era calificado como «extenso», e incluia detenciones por extorsion, cuando habia tratado de arrancarles pasta a algunos corredores de apuestas de tres al cuarto del este de L. A., por embriaguez publica, por conducta escandalosa, por robo y robo con intimidacion. Una letania triste pero vulgar, nada que apoyase el etiquetado que les habian hecho a su hermana y a el los diarios como: «importantes traficantes de narcoticos, despiadados, sofisticados y que, de no haber muerto en la accion policial, hubieran llegado a inundar la ciudad de drogas».

Una fuente anonima del Departamento era citada afirmando que los Johnson estaban asociados a «elementos de la Mafia mexicana». Habian crecido en la ciudad fronteriza de Port Wallace, al sur de Texas, «un poblado sin ley que, entre los agentes de la justicia, es bien conocido como punto de entrada en el pais de heroina marron»; y luego se habian trasladado a L. A. con la clara intencion de enganchar con esta sustancia a los escolares de Brentwood Pasadena y Beverly Hills.

Como parte de su plan, habian logrado puestos de trabajo en un estudio no especificado; Cable Johnson como operario de equipo de rodaje, Linda como actriz contratada, a la que se le encargarian pequenos papeles de figuracion. Esto les suministraba una tapadera para «traficar con narcoticos dentro de la comunidad cinematografica, un segmento de la poblacion del que es bien sabido que esta viciado por el consumo de las drogas ilegales y que presenta habitos personales no conformistas».

La droga y los bolcheviques, los dos cocos de los Estados Unidos de los anos cincuenta. Cocos lo bastante temidos como para hacer que la muerte a tiros de una mujer joven y hermosa pareciese aceptable…, incluso deseable.

Pase unos cuantos carretes mas por la maquina. No habia nada que estableciese un nexo entre Linda Lanier y Leland, ni una palabra acerca de las orgias en los apartamentos especiales. Y nada tampoco acerca de una descendencia de Linda. Ni en solitario ni por parejas.

27

Viejas historias, viejas conexiones, pero aunque iba atando cabos, todavia quedaban muchos sueltos, y no estaba mas cerca de comprender a Sharon: ni de como habia vivido ella, ni de por que ella, y tantos otros, habian muerto.

A las diez treinta Milo me llamo y anadio algo mas a la confusion.

– El bastardo de Trapp no ha perdido tiempo en pasarme por la piedra -me dijo-. Me ha puesto a reorganizar el archivo de casos no resueltos…, puro trabajo inutil. El caso es que, al menos, he podido gastarme el oido de tanto tenerlo pegado al telefono. Y te dire que tu chica Ransom tenia una grave alergia a la verdad. No hay ningun certificado de nacimiento a su nombre en Nueva York, ni existen unos Ransom en Manhattan… ni en Park Avenue, ni tampoco en cualquiera de los otros barrios caros. Y eso que he retrocedido en el tiempo, hasta llegar a los anos cuarenta. Lo mismo digo para Long Island. Southampton es una pequena comunidad muy unida, y los gendarmes locales dicen que no hay Ransom alguno en el listin telefonico, y que ningun Ransom ha vivido jamas en ninguna de las mansiones grandes.

– Ella estudio alli.

– En Forsythe… que no es alli, sino cerca. ?Como lo averiguaste?

– Por sus impresos de solicitud de entrada en la Universidad. ?Y tu?

– Por la Seguridad Social. La solicito en 1971, y dio esa academia como su direccion. Pero esa es la primera vez en que su nombre aparece en alguna parte. Es como si antes no hubiera existido.

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