cuantos, pero a nadie de la Factoria, donde yo habia demostrado ser un trabajador incansable y un alumno aplicado.

La sigaldria, para explicarlo en pocas palabras, es un conjunto de herramientas para canalizar las fuerzas. Es como la simpatia, pero en solido.

Por ejemplo: si grababas la runa ule en un ladrillo y la runa doch en otro, las dos runas hacian que los ladrillos se pegaran el uno al otro, como si los hubieran unido con argamasa.

Pero no es tan sencillo como parece. En realidad, lo que pasa es que las dos runas revientan los dos ladrillos con la fuerza de su atraccion. Para evitarlo, tienes que anadir la runa aru^a, los dos ladrillos. Aru es la runa de la arcilla, y hace que las dos piezas de arcilla se peguen una a otra, solucionando tu problema.

Pero las runas aru y doch no encajan, porque no tienen la forma adecuada. Para que encajen, tienes que anadir unas runas de enlace: gea y teh. Luego, para equilibrarlo, tienes que anadir gea y teh al otro ladrillo. Entonces los dos ladrillos se unen sin romperse.

Pero solo si los ladrillos son de arcilla. La mayoria de los ladrillos no lo son. Por eso suele ser mejor mezclar hierro con la arcilla del ladrillo antes de cocerlo. Entonces tienes que utilizar la runa fehr en lugar de la runa aru, claro. Y tienes que cambiar las runas teh y gea para que encajen los extremos…

Como veis, la argamasa es un metodo mas sencillo y mas fiable para unir ladrillos.

Estudie sigaldria con Cammar. El tuerto con la cara cubierta de cicatrices era el guardian de Kilvin. Hasta que no le habias demostrado a Cammar que entendias bien la sigaldria no te dejaban pasar a un aprendizaje mas amplio con alguno de los otros artifices, mas experimentados. Los ayudabas con sus proyectos, y ellos, a cambio, te ensenaban los trucos del oficio.

Habia ciento noventa y siete runas. Era como aprender un idioma nuevo, solo que habia casi doscientas letras que desconocias, y muchas veces tenias que inventar tus propias palabras. La mayoria de los alumnos tenian que estudiar casi un mes antes de que Cammar los considerara preparados para pasar al siguiente nivel. Algunos alumnos tardaban un bimestre entero.

A mi, en total, me llevo siete dias.

?Como lo consegui?

En primer lugar, estaba motivado. Otros estudiantes podian permitirse el lujo de estudiar a un ritmo pausado. Sus padres o sus mecenas les pagaban los gastos. Yo, en cambio, necesitaba ascender deprisa en la Factoria para poder ganar dinero trabajando en mis propios proyectos. Mi prioridad ya no era la matricula, sino mi deuda con Devi.

En segundo lugar, yo era inteligente. Y la mia no era una inteligencia corriente y moliente. Era extraordinariamente inteligente.

Por ultimo, tenia suerte. Asi de sencillo.

Subi al mosaico de tejados de la Principalia con mi laud colgado del hombro. Era un crepusculo oscuro y nublado, pero yo ya sabia el camino. Pisaba con cuidado por las zonas con revestimiento de chapa embreada, porque sabia que tanto las tejas rojas como las grises de pizarra eran traicioneras.

En algun momento durante la reforma de la Principalia, uno de los patios habia quedado completamente aislado. Solo se podia acceder a el trepando por una alta ventana que habia en una de las aulas, o bajando por un nudoso manzano si ya estabas en el tejado.

Iba alli a practicar con mi laud. No podia hacerlo en mi cama de las Dependencias. En esa orilla del rio, la musica no solo era considerada algo frivolo, sino que si hubiera tocado mientras mis companeros de dormitorio intentaban dormir o estudiar unicamente habria conseguido ganarme mas enemigos. Asi que iba alli. Era un sitio perfecto, aislado, y estaba practicamente en mi puerta.

Los setos estaban muy crecidos y el cesped era un desman de malas hierbas y plantas con flores. Pero debajo del manzano habia un banco que satisfacia perfectamente mis necesidades. Solia ir por la noche, cuando la Principalia estaba cerrada y abandonada. Pero ese dia era Zeden, y eso significaba que si cenaba deprisa, tendria casi una hora entre la clase de Elxa Dal y mi jornada en la Factoria. Mucho tiempo para practicar.

Sin embargo, esa noche, cuando llegue al patio, vi luces a traves de las ventanas. La clase de Brandeur se estaba alargando.

Asi que me quede en el tejado. Las ventanas del aula estaban cerradas, de modo que no habia peligro de que me oyeran.

Apoye la espalda en una chimenea y empece a tocar. Pasados unos diez minutos se apagaron las luces, pero decidi quedarme donde estaba en lugar de perder el tiempo bajando.

Estaba tocando «Las canas de Tomas» cuando el sol salio de detras de las nubes. Una luz dorada bano el tejado, se derramo por el alero e ilumino una pequena parte del patio que habia abajo.

Entonces fue cuando oi el ruido. Un repentino susurro, como si hubiera un animal asustado alli abajo. Pero luego oi otra cosa, un ruido que no era el que habrian hecho una ardilla o un conejo en los setos. Era un ruido duro, un golpazo vagamente metalico, como si alguien hubiera dejado caer una pesada barra de hierro.

Deje de tocar; la melodia inacabada seguia sonando en mi cabeza. ?Habria otro estudiante alli abajo, escuchando? Guarde el laud en su estuche, me acerque al borde del tejado y mire hacia el patio.

No podia ver a traves del denso seto que cubria la mayor parte del extremo oriental del patio. ?Habria trepado alguien por la ventana?

La luz del ocaso iba extinguiendose rapidamente, y cuando baje por el manzano la mayor parte del patio estaba ya a oscuras. Desde alli comprobe que la ventana estaba cerrada; por ella no habia entrado nadie. Aunque oscurecia muy deprisa, la curiosidad vencio a la cautela y me meti en el seto.

Habia tramos en que el seto formaba cavidades; era como estar dentro de una concha verde de ramas vivas que dejaban suficiente espacio para permanecer comodamente agachado. Pense que aquel seria un buen sitio para dormir si no tenia suficiente dinero para pagarme la cama en las Dependencias el bimestre siguiente.

Pese a la poca luz que habia, comprobe que estaba solo. No habia sitio para que se escondiera alli nada mas grande que un conejo. Tampoco vi nada que pudiera haber producido aquel sonido metalico.

Tarareando el pegadizo estribillo de «Las canas de Tomas», fui a gatas hasta el otro extremo del seto. Cuando sali por el otro lado vi la rejilla de un desague. Habia visto otras parecidas por la Universidad, pero esa era mas antigua y mas grande. De hecho, la abertura era lo bastante ancha para que, una vez retirada la reja, pasara por ella una persona.

Con vacilacion, cerre una mano alrededor de uno de los frios barrotes de hierro y tire de el. La pesada rejilla pivoto sobre una bisagra y se levanto unos ocho centimetros. Yo no entendia por que no se levantaba mas. Tire mas fuerte, pero no consegui abrirla del todo. Al final desisti y la deje en su sitio. Hizo un fuerte ruido, vagamente metalico. Como si alguien hubiera dejado caer una pesada barra de hierro.

Entonces mis dedos notaron algo que mis ojos habian pasado por alto: un laberinto de muescas grabadas en la superficie de los barrotes. Las examine mas atentamente y reconoci algunas de las runas que estaba aprendiendo con Cammar: ule y dock.

Entonces lo vi todo claro. De repente, el estribillo de «Las canas de Tomas» encajaba con las runas que habia estado estudiando con Cammar los ultimos dias:

Ule y doch son

ambas para enlazar,

reh para buscar,

kel para encontrar.

Gea es llave,

teh cerrojo,

pesin agua,

resin roca.

No pude continuar porque sono la sexta campanada. El sonido me saco de mi ensimismamiento, y di un

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