– Ya la has encontrado -me contesto-. Pasa.

Entre; ella cerro la puerta y corrio el cerrojo. La habitacion no tenia ventanas, pero estaba bien iluminada y olia a lavanda, lo cual representaba un agradable cambio respecto al olor del callejon. Habia tapices en las paredes, pero los unicos muebles eran un pequeno escritorio, una estanteria y una gran cama con dosel con las cortinas corridas.

– Por favor -dijo la joven senalando el escritorio-. Sientate.

Se sento detras del escritorio y entrelazo las manos sobre el tablero. Cuando vi como se manejaba rectifique respecto a su edad. La habia calculado mal por su corta estatura, pero aun asi, no podia tener mucho mas de veintitantos anos, y eso no era lo que yo esperaba encontrar.

Devi pestaneo con gracia.

– Necesito un prestamo -dije.

– ?Que te parece si primero me dices como te llamas? -Sonrio-. Tu ya sabes mi nombre.

– Kvothe.

– ?En serio? -Arqueo una ceja-. Me han contado un par de cosas sobre ti. -Me miro de arriba abajo-. Creia que serias mas alto.

Yo habria podido decir lo mismo. La situacion me habia pillado desprevenido. Me habia preparado para vermelas con un maton musculoso, y para unas negociaciones cargadas de amenazas mal disimuladas y de bravuconadas. No sabia como reaccionar ante aquella nina inocente y risuena.

– ?Que te han contado? -pregunte para llenar el silencio-. Espero que nada malo.

– Cosas buenas y cosas malas. -Sonrio-. Pero ninguna aburrida.

Entrelace las manos para tenerlas quietas.

– Bueno, ?que hay que hacer exactamente?

– No eres muy bromista, ?verdad? -Devi dio un breve suspiro de decepcion-. No esta mal: directo al grano. ?Cuanto necesitas?

– Solo un talento -respondi-. Ocho iotas, para ser exactos.

Devi sacudio la cabeza con seriedad, agitando su cabello rubio rojizo.

– Me temo que no puede ser. No me compensa hacer prestamos tan pequenos.

Frunci el ceno.

– ?Que cantidad te compensa?

– Cuatro talentos. Es lo minimo.

– ?Y los intereses?

– Cincuenta por ciento cada dos meses. Asi que si quieres que te preste lo minimo, seran dos talentos al final del bimestre. Puedes cancelar toda la deuda por seis si quieres. Pero hasta que yo recupere el capital inicial, tienes que pagarme dos talentos cada bimestre.

Asenti; no estaba muy sorprendido. Era mas o menos cuatro veces lo que hasta el mas avaricioso prestamista habria cobrado.

– Pero estaria pagando intereses por un dinero que en realidad no necesito.

– No -dijo ella mirandome a los ojos con seriedad-. Estarias pagando intereses por un dinero que habrias pedido prestado. Ese es el trato.

– ?Y no puedes prestarme dos talentos? -propuse-. Asi, al final…

Devi movio las manos para interrumpirme.

– No estamos aqui para regatear. Solo te informo de las condiciones del prestamo. -Sonrio como disculpandose-. Perdoname si no lo he dejado claro desde el principio.

Observe la postura de sus hombros, como me miraba a los ojos.

– De acuerdo -dije, resignado-. ?Donde tengo que firmar?

Devi me miro sin comprender y fruncio ligeramente la frente.

– No tienes que firmar nada. -Abrio un cajon y saco de el una botellita marron con tapon de cristal. Puso un largo alfiler junto a la botellita, sobre el escritorio-. Solo necesito un poco de sangre.

Me quede paralizado en la silla, con los brazos junto a los costados.

– No te preocupes -me tranquilizo Devi-. La aguja esta limpia. Solo necesito tres gotas.

Al final recupere el habla:

– Lo dices en broma, ?no?

Devi ladeo la cabeza, y una leve sonrisa rizo una de las comisuras de su boca.

– ?No lo sabias? -me pregunto, sorprendida-. Aqui no suele entrar nadie que no sepa de que va esto.

– La verdad es que me cuesta creer que alguien… -Me atasque, sin saber que decir.

– No lo hace todo el mundo -me corto-. Suelo trabajar con estudiantes y ex estudiantes. La gente de este lado del rio me tomaria por una especie de bruja, un demonio o algo por el estilo. Los miembros del Arcano saben muy bien por que les pido sangre y que puedo hacer con ella.

– ?Tu tambien eres miembro del Arcano?

– Ex miembro -puntualizo ella, y su sonrisa se difumino un poco-. Llegue a Re'lar antes de dejar la Universidad. Se lo suficiente para que, con un poco de tu sangre en mi poder, no puedas esconderte nunca de mi. Te encontraria en cualquier sitio.

– Entre otras cosas -dije, incredulo, pensando en el modelo de cera que habia hecho de Hemme a principios del bimestre, y solo habia utilizado un pelo; la sangre era mucho mas eficaz para crear un vinculo- podrias matarme.

Devi me miro con franqueza.

– Para ser la nueva estrella del Arcano, eres muy estupido. Piensalo bien. ?Seguiria en mi negocio si tuviera por costumbre cometer felonia?

– ?Estan los maestros al corriente de esto?

Devi rio.

– Por el cuerpo de Dios, claro que no. Ni el alguacil, ni el obispo, ni mi madre. -Se senalo el pecho, y luego me senalo a mi-. Yo lo se y tu lo sabes. Eso suele bastar para asegurar una buena relacion de trabajo entre los dos.

– Y ?que pasa cuando no basta? -pregunte-. Si no tengo tu dinero a finales del bimestre. ?Que pasa entonces?

Devi abrio las manos y se encogio de hombros con indiferencia.

– Entonces llegamos a algun acuerdo entre los dos. Como personas razonables. Trabajas para mi, por ejemplo. Me revelas secretos. Me haces favores. -Sonrio y me miro lentamente con gesto provocativo, riendose de mi turbacion-. Si la cosa pintase mal y te mostraras muy poco colaborador, yo podria venderle tu sangre a alguien y recuperar mis perdidas. Todo el mundo tiene enemigos. -Volvio a encogerse de hombros con despreocupacion-. Pero las cosas nunca han llegado a ese punto. Generalmente basta con la amenaza para mantener a la gente a raya.

Escudrino la expresion de mi rostro y bajo un poco los hombros.

– No seas bobo -dijo con suavidad-. Has entrado aqui creyendo que encontrarias a un burdo renovero con cicatrices en los nudillos. Estabas dispuesto a cerrar un trato con alguien que no habria dudado en dejarte para el arrastre si te retrasabas un solo dia. Mi forma de trabajar es mejor. Mas sencilla.

– Esto es una locura -dije poniendome en pie-. De ninguna manera.

La risuena expresion de Devi se borro de su rostro.

– No te precipites -dijo sin disimular que se estaba enojando-. Te comportas como un granjero que cree que intento comprarle el alma. Solo es un poco de sangre para que pueda seguirte la pista. Es como una garantia. - Hizo un ademan tranquilizador con ambas manos, como si alisara el aire-. Mira, vamos a hacer una cosa. Te dejo tomar prestado la mitad del minimo. -Me miro, expectante-. Dos talentos. ?Te parece mejor asi?

– No -respondi-. Disculpame por haberte hecho perder el tiempo, pero no puedo hacerlo. ?Hay algun otro renovero por aqui?

– Por supuesto -replico ella con frialdad-. Pero no me inclino mucho a darte esa clase de informacion. -Ladeo la cabeza-. Por cierto, hoy es Prendido, ?no? ?No necesitas el dinero de la matricula para manana antes de mediodia?

– Ya lo encontrare yo solo -le solte.

– Seguro que si, con lo listo que eres. -Devi hizo un ademan con el dorso de la mano para indicarme que me

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