habia echado de menos… Note las lagrimas preparandose para brotar de mis ojos.
– En serio, no hay ninguna chica. De verdad. -Trague saliva e intente recobrar la compostura.
– Me parece que nos estamos perdiendo algo, Sim. -Wilem me miraba de forma extrana-. Miralo bien.
Simmon escudrino mi cara. Esa forma de mirarme por parte de los dos basto para molestarme e impidio que me echara a llorar.
– Veamos -dijo Wilem como si estuviera dando una clase-, ?cuantos bimestres hace que nuestro joven E'lir estudia en la Universidad?
– Oh -dijo Sim captando la idea de nuestro amigo.
– ?Alguien quiere contestar? -pregunte con petulancia.
Wilem ignoro mi pregunta.
– ?A que clases vas?
– A todas -respondi, contento de tener una excusa para quejarme-. Geometria, Observacion en la Clinica, Simpatia Avanzada con Elxa Dal… Ademas del aprendizaje con Manet en la Factoria.
Simmon se quedo un poco impresionado.
– No me extrana que parezca que llevas un ciclo sin dormir -dijo.
Wilem asintio.
– Y todavia trabajas en el taller de Kilvin, ?verdad?
– Un par de horas todas las noches.
Simmon estaba perplejo.
– ?Y por si fuera poco, estas aprendiendo a tocar un instrumento? ?Te has vuelto loco o que?
– La musica es lo unico que me mantiene en la tierra -dije, y estire un brazo para acariciar mi laud-. Y no estoy aprendiendo a tocar. Solo necesito practicar.
Wilem y Simmon se miraron.
– ?Cuanto tiempo crees que le queda?
Simmon me miro de arriba abajo.
– Un ciclo y medio, como maximo.
– ?Que quereis decir?
Wilem se inclino hacia delante.
– Tarde o temprano, todos tratamos de abarcar mas de lo que podemos. Pero algunos estudiantes no saben cuando deben parar. Y se queman. Dejan los estudios o suspenden los examenes. Algunos enloquecen. -Se dio unos golpecitos en la cabeza-. Suele pasarles durante el primer ano. -Me miro de manera elocuente.
– Yo no intento abarcar demasiado -dije.
– Mirate en un espejo -me sugirio Wilem con franqueza.
Abri la boca para asegurarles a Wil y a Sim que me encontraba bien, pero justo entonces oi que daban la hora, y solo tuve tiempo para despedirme apresuradamente de ellos. Aun asi, tuve que correr para llegar puntual a Simpatia Avanzada.
Elxa Dal estaba de pie entre dos braseros de tamano mediano. Con su bien recortada barba y su negra tunica de maestro, seguia recordandome al tipico mago malo que aparece en tantas obras de teatro atur.
– Lo que debeis recordar es que el simpatista esta ligado a la llama -dijo-. Nosotros somos sus amos y sus sirvientes.
Metio las manos en las largas mangas de la tunica y empezo a pasearse.
– Somos los amos del fuego, porque lo dominamos. -Elxa Dal golpeo un brasero con la palma de la mano y lo hizo resonar debilmente. Las llamas prendieron en los carbones y empezaron a crecer avidamente-. La energia de todas las cosas pertenece al arcanista. Nosotros dominamos el fuego, y el fuego nos obedece.
Dal fue despacio hasta el otro rincon de la habitacion. El brasero que tenia a sus espaldas se apago, mientras que aquel hacia el que se dirigia prendio y empezo a arder. Admire su sentido de la teatralidad.
Se detuvo y volvio a situarse de cara a los alumnos.
– Pero tambien somos los servidores del fuego. Porque el fuego es la forma de energia mas comun, y sin energia, nuestra habilidad como simpatistas no sirve para nada.
Le dio la espalda a la clase y empezo a borrar formulas de la pizarra.
– Coged vuestro material, y veamos a quien le toca hoy verselas con el E'lir Kvothe. -Empezo a escribir con tiza una lista de los nombres de los alumnos. Mi nombre era el primero.
Tres ciclos atras, Dal habia empezado a hacernos competir entre nosotros. Lo llamaba «batirse en duelo». Y aunque esos duelos suponian un respiro de la monotonia de la clase, esa reciente actividad tambien tenia un elemento siniestro.
Todos los anos salia un centenar de alumnos del Arcano; quiza una cuarta parte de ellos lo hacian con sus florines. Eso significaba que todos los anos habia cien personas mas en el mundo entrenadas para utilizar la simpatia. Personas con las que, por un motivo u otro, quiza tuvieras que medir tus fuerzas en el futuro. Aunque Dal nunca lo hubiera dicho, nosotros sabiamos que nos estaban ensenando algo que iba mas alla de la mera concentracion y la ingeniosidad. Nos estaban ensenando a luchar.
Elxa Dal llevaba un meticuloso registro de los resultados. Yo era el unico, en una clase de treinta y ocho alumnos, que seguia invicto. A esas alturas del curso, hasta los alumnos mas cazurros y mezquinos tenian que admitir que mi rapido ingreso en el Arcano era algo mas que pura chiripa.
Ademas, esos duelos resultaban provechosos en otro sentido, pues daban pie a apuestas clandestinas. Cuando queriamos apostar en nuestros propios duelos, Sovoy y yo apostabamos el uno por el otro. Aunque en general yo no tenia mucho dinero para apostar.
Asi pues, no fue casualidad que Sovoy y yo chocaramos al ir a recoger nuestro material. Le pase dos iotas por debajo de la mesa.
Sovoy se guardo las monedas en el bolsillo sin mirarme.
– Caramba -dijo en voz baja-. Veo que hoy estas muy seguro de ti mismo.
Me encogi de hombros con desenfado, aunque en realidad estaba un poco nervioso. Habia empezado el bimestre sin un ardite y me las habia ido arreglando como habia podido. Pero el dia anterior, Kilvin me habia pagado dos iotas por mi trabajo de todo un ciclo en la Factoria. Era el unico dinero que tenia.
Sovoy empezo a rebuscar en un cajon y saco cera simpatica, cordel y unas piezas de metal.
– No se que podre hacer por ti hoy. Las cosas se estan poniendo feas. Creo que lo maximo que sacaras sera un tres contra uno. ?Te sigue interesando si bajan tanto las apuestas?
Suspire. Como seguia invicto, las apuestas no me favorecian. El dia anterior, habian estado dos contra uno, lo cual significaba que habria tenido que arriesgar dos peniques con la esperanza de ganar uno.
– Tengo un plan -dije-. No apuestes hasta que hayamos establecido las condiciones del duelo. Deberias conseguir al menos tres contra uno contra mi.
– ?Contra ti? -murmuro el mientras cogia un monton de pa-rafernalia-. Eso solo lo haria si te enfrentaras al propio Dal. -Gire la cabeza para ocultar el ligero rubor que me produjo ese cumplido.
Dal dio unas palmadas, y todos corrieron a ocupar sus puestos. Me toco de pareja un alumno vintico llamado Fenton. Fenton estaba justo por debajo de mi en el ranking de la clase. Yo lo respetaba y lo consideraba uno de los pocos alumnos de la clase que podian plantearme un verdadero reto en la situacion adecuada.
– Muy bien -dijo Elxa Dal frotandose las manos con impetu-. Fenton, tu estas por debajo en el ranking. Escoge tu veneno.
– Velas.
– ?Y tu vinculo? -pregunto Dal por mera formalidad. Con velas siempre era mecha o cera.
– Mecha. -Fenton levanto un trozo de mecha para que lo vieran todos.
Dal se volvio hacia mi.
– ?Vinculo?
Me meti una mano en el bolsillo y saque mi vinculo con un floreo.
– Paja. -Un murmullo recorrio el aula. La paja era un vinculo ridiculo. Lo mejor que yo podia esperar era una transferencia del tres por ciento, un cinco a lo sumo. La mecha de Fenton era diez veces mejor.
– ?Paja?
– Paja -dije con un poco mas de seguridad de la que sentia. Si eso no hacia bajar las apuestas a mi favor, no sabia que otra cosa podria bajarlas.