– No podemos hacer mas que fastidiarnos el uno al otro -dije-. Los maestros se han asegurado de que sea asi. Si nos pasaramos, nos expulsarian por conducta impropia de un miembro del Arcano. ?Por que crees que no he hecho de su vida un infierno?
– ?Por pereza?-sugirio Wil.
– La pereza es una de mis principales virtudes -dije con desenvoltura-. Si no fuera perezoso, podria tomarme la molestia de traducir
Al final le vendi mi plaza a un desesperado Re'lar de la Factoria llamado Jaxim. El regateo fue duro, y al final le vendi mi plaza por seis iotas y un favor a concretar.
El examen de admisiones me fue todo lo bien que habria podido irme, considerando que no tuve tiempo para estudiar. Hemme todavia me guardaba rencor. Lorren mostro una actitud muy fria. Elodin tenia la cabeza apoyada en la mesa, como si durmiera. Los maestros estipularon una matricula de seis talentos, lo cual me puso en una situacion interesante…
El largo camino de Imre estaba casi desierto. El sol atravesaba las copas de los arboles y en el viento apenas se intuia el frio que pronto nos traeria el otono. Primero fui al Eolio a recuperar mi laud. Stanchion se habia empenado en que lo dejara alli la noche anterior, para que no lo rompiera en mi largo y embriagado camino de regreso.
Cuando me acercaba al Eolio, vi a Deoch apoyado en el umbral, pasando una moneda de un nudillo a otro de la mano. Al verme me sonrio.
– ?Hola! Pense que tus amigos y tu acabariais en el rio anoche, porque salisteis de aqui haciendo eses.
– Pero las haciamos en direcciones diferentes -explique-. Y asi nos equilibrabamos.
Deoch rio.
– Tienes a tu chica dentro.
Trate de reprimir el rubor y me pregunte como habia sabido Deoch que esperaba encontrar a Denna en el Eolio.
– No se si llamarla mi chica. -Al fin y al cabo, Sovoy era amigo mio.
Deoch se encogio de hombros.
– Como quieras llamarla. Esta con Stanchion detras de la barra. Yo la sacaria de alli antes de que empiece a tomarse confianzas con ella y a practicar digitaciones.
Note una oleada de ira, y tuve que hacer un tremendo esfuerzo para morderme la lengua. Mi laud. Estaba hablando de mi laud. Entre en el local, pensando que cuanto menos viera Deoch mi expresion, mucho mejor.
Me pasee por las tres plantas del Eolio, pero no encontre a Denna. En cambio si me tropece con el conde Threpe, quien, con mucho entusiasmo, me invito a sentarme con el.
– No se si podre convencerte para que vengas a visitarme a mi casa algun dia -dijo Threpe con timidez-. Estoy organizando una cena intima, y conozco a unas cuantas personas a las que les encantaria conocerte. -Me guino un ojo-. La noticia de tu actuacion ya se esta extendiendo.
Senti una punzada de ansiedad, pero sabia que codearse con la nobleza era un mal necesario.
– Sera un honor, senor.
Threpe hizo una mueca de disgusto.
– ?Tienes que llamarme senor?
La diplomacia es algo imprescindible para los artistas itinerantes, y un aspecto muy importante de la diplomacia es la observancia de los titulos y los rangos.
– Es cuestion de etiqueta, senor -dije con pesar.
– Al cuerno la etiqueta -repuso Threpe, enfurrunado-. La etiqueta es un punado de normas que la gente utiliza para poder ser grosera en publico con los demas. Yo naci Dennais en primer lugar, Threpe despues, y por ultimo conde. -Me miro, suplicante-. ?Que te parece Denn?
Vacile.
– Al menos aqui -insistio-. Me siento como una mala hierba en medio de un arriate de flores cuando alguien empieza a llamarme aqui senor.
Me relaje.
– Si eso te hace feliz… Te llamare Denn.
El conde se sonrojo, como si yo lo hubiera halagado.
– Habiame un poco de ti. ?Donde te hospedas?
– Al otro lado del rio -dije, evasivo. Los camastros de las Dependencias no eran precisamente lujosos. Threpe me miro con expresion de desconcierto, y anadi-: Estudio en la Universidad.
– ?En la Universidad? -dijo, perplejo-. ?Ahora ensenan musica?
Esa idea casi me arranco una carcajada.
– No, no. Pertenezco al Arcano.
Me arrepenti inmediatamente de haberlo dicho. El conde se recosto en el respaldo de la silla y me miro con extraneza.
– ?Eres mago?
– Oh, no -dije quitandole importancia-. Solo estudio. Ya sabes: gramatica, matematicas… -Elegi dos de las asignaturas mas inocentes que se me ocurrieron, y me parecio que el conde se relajaba un poco.
– Ah, pense que eras… -Dejo la frase en el aire y sacudio la cabeza-. ?Por que estudias en la Universidad?
La pregunta me pillo desprevenido.
– Pues… siempre quise estudiar. Hay mucho que aprender.
– Si, pero tu no necesitas nada de eso. Quiero decir que… -Busco las palabras-. Tocando como tocas… Estoy seguro de que tu mecenas te anima a concentrarte en la musica.
– No tengo mecenas, Denn -dije componiendo una timida sonrisa-. Y no es porque yo no quiera.
Su reaccion no fue la que yo esperaba.
– Maldita sea mi suerte. -Dio una fuerte palmada en la mesa-. Pense que alguien te estaba escondiendo. - Golpeo la mesa con un puno-. Maldita sea.
Se sereno un poco y me miro.
– Lo siento -dijo-. Es que… -Hizo una mueca de frustracion y suspiro-. ?Has oido un refran que dice: «Ten una esposa y seras feliz; ten dos y estaras agotado…»?
Asenti:
– … ten tres y se odiaran entre si…
– … ten cuatro y te odiaran a ti -concluyo Threpe-. Pues pasa lo mismo con los mecenas y los musicos. Acabo de escoger a mi tercer musico, un flautista que se encuentra en apuros. -Suspiro y sacudio la cabeza-. No paran de pelearse como gatos enjaulados. Se quejan de que no reciben suficiente atencion. Si hubiera sabido que ibas a aparecer tu, habria esperado.
– Eso que dices me halaga, Denn.
– Pues yo me tiro de los pelos. -Suspiro y puso cara de arrepentimiento-. No es justo. Sephran es bueno. Todos son buenos musicos, y se desviven por mi, como verdaderas esposas. -Me miro como disculpandose-. Si te acogiera a ti, se armaria la gorda. Ya he tenido que mentir sobre ese regalito que te hice anoche.
– Entonces, ?es como si fuera tu amante? -pregunte con una sonrisa.
Threpe rio entre dientes.
– No hay que llevar tan lejos la comparacion. Mira, sere tu casamentero. Te ayudare a encontrar un buen mecenas. Conozco a todos los nobles y a todos los ricos en cien kilometros a la redonda, asi que no sera muy dificil.
– Eso seria una gran ayuda -dije con entusiasmo-. Los circulos sociales de este lado del rio son un misterio para mi. -Entonces se me ocurrio una cosa-. Por cierto, anoche conoci a una joven y no se gran cosa sobre ella. Tu que conoces la ciudad… -Deje la frase inacabada a proposito.
– Ah, ya entiendo -dijo Threpe lanzandome una mirada de complicidad.
– No, no -proteste-. Es la muchacha que canto conmigo. Mi Aloine. Solo queria presentarle mis respetos.