Threpe me miro como si no me creyera, pero no estaba dispuesto a discutir.

– Me parece muy bien. ?Como se llama?

– Dianne. -Threpe, por lo visto, esperaba mas informacion-. Es lo unico que se.

Threpe dio un resoplido.

– ?Como es? Cantamelo, si lo prefieres.

Note que me ruborizaba.

– Tenia el cabello castano, hasta aqui -puse una mano por debajo del hombro-. Joven, con el cutis muy claro. -Threpe me miraba, expectante-. Guapa.

– Ya veo -cavilo Threpe acariciandose los labios-. ?Tenia el caramillo de plata?

– No lo se. Es posible que si.

– ?Vive en la ciudad?

Volvi a reconocer mi ignorancia. Cada vez me sentia mas ridiculo.

Threpe rio.

– Tendras que darme alguna otra pista. -Miro mas alla de mi hombro-. Espera, alli esta Deoch. Si hay alguien capaz de identificar a una muchacha, es el. -Levanto una mano-. ?Deoch!

– En realidad no es tan importante -me apresure a decir. Threpe me ignoro y le hizo senas al corpulento portero para que se acercara a nuestra mesa.

Deoch se acerco y se apoyo en una mesa.

– ?Que puedo hacer por ti?

– Nuestro joven cantante necesita informacion sobre una joven a la que conocio anoche.

– No me sorprende. Anoche habia un buen plantel de chicas hermosas. Y un par de ellas me preguntaron por ti. -Me guino un ojo-. ?Cual es la que te interesa?

– No se trata de eso -proteste-. Es la chica que canto la segunda voz de mi cancion. Tenia una voz maravillosa, y me gustaria proponerle que cantaramos juntos algun otro dia.

– Me parece que ya se de que va la cancion de que hablas. -Me miro con una amplia sonrisa de complicidad en los labios.

Me sonroje intensamente y segui protestando.

– No te preocupes, te prometo que no dire nada. Ni siquiera a Stanchion, porque eso vendria a ser como contarselo a toda la ciudad. Cuando se ha tomado una copa, es mas chismoso que una colegiala. -Me miro, expectante.

– Era delgada, con los ojos de color cafe -dije antes de pensar como sonarian esas palabras. Antes de que Threpe o Deoch pudieran hacer un chiste, anadi-: Se llama Dianne.

– ?Ah! -Deoch asintio lentamente, y su sonrisa se torno un poco ironica-. Debi imaginarmelo.

– ?Vive aqui? -pregunto Threpe-. Me parece que no la conozco.

– La recordarias -repuso Deoch-. Pero no, creo que no vive en la ciudad. La veo de vez en cuando. Viaja mucho, viene y va. -Se froto el cogote y me miro con cara de preocupacion-. No se donde podrias encontrarla. Pero ten cuidado, chico. Esa mujer te partira el corazon. Los hombres caen por ella como el trigo ante la hoja de una guadana.

Me encogi de hombros, como si nada pudiera estar mas lejos de mi mente, y me alegre cuando Threpe cambio de tema y se puso a contarnos un rumor sobre uno de los concejales de la ciudad. Rei con sus chanzas hasta que me termine la bebida; entonces me despedi de ellos y me marche.

Media hora mas tarde me hallaba ante la puerta de Devi, tratando de ignorar el rancio olor proveniente de la carniceria que habia debajo. Conte mi dinero por tercera vez y revise mis opciones. Podia saldar toda mi deuda y todavia tendria dinero para pagar la matricula, pero me quedaria sin un ardite. Tenia otras deudas que liquidar, y aunque estaba deseando librarme de mi obligacion con Devi, no me atraia la idea de empezar el semestre sin una sola moneda en el bolsillo.

De pronto se abrio la puerta y me sobresalte. La cara de Devi asomo, recelosa, por una estrecha rendija, pero al reconocerme se ilumino.

– ?Que haces ahi acechando? -me pregunto-. Los caballeros, por norma general, llaman a la puerta. -Abrio la puerta de par en par para dejarme pasar.

– Estaba valorando mis posibilidades -dije mientras Devi echaba el cerrojo. La habitacion estaba como la vez anterior, solo que ese dia olia a canela y no a lavanda-. Espero no causarte molestias si este bimestre solo te pago el interes.

– En absoluto -replico ella-. Me gusta considerarlo una inversion. -Senalo una silla-. Ademas, asi volvere a verte. No te imaginas las pocas visitas que recibo.

– Seguramente sera por tu ubicacion y no por tu compania -dije.

Devi arrugo la nariz.

– Ya lo se. Al principio me instale aqui porque era barato. Ahora tengo que quedarme porque mis clientes saben donde encontrarme.

Puse dos talentos encima de la mesa y los empuje hacia ella.

– ?Puedo preguntarte una cosa?

Devi me miro con picardia.

– ?Es una pregunta indiscreta?

– Un poco -admiti-. ?Alguna vez ha intentado alguien denunciarte?

– Pues no. -Devi se inclino hacia delante en la silla-. Esa pregunta tiene varias interpretaciones. -Arqueo una ceja-. ?Es una amenaza o simple curiosidad?

– Simple curiosidad -conteste sin vacilar.

– Te propongo una cosa. -Senalo mi laud con la cabeza-. Si me tocas una cancion, te cuento la verdad.

Sonrei. Abri el estuche y saque mi laud.

– ?Que te gustaria oir?

Devi reflexiono un poco.

– ?Sabes tocar «Vete de la ciudad, calderero»?

La toque, con gracia y soltura. Devi canto conmigo el estribillo, con mucho entusiasmo, y al final sonrio y me aplaudio como una nina pequena.

Supongo que, en realidad, eso es lo que era. Entonces yo la veia como una mujer mayor, con experiencia y segura de si misma. Yo, por otra parte, todavia no habia cumplido dieciseis anos.

– Una vez -dijo Devi mientras yo guardaba el laud-, hace dos anos, un joven E'lir decidio que seria mejor informar al alguacil que saldar su deuda.

La mire.

– ?Y?

– Y nada. -Se encogio de hombros-. Vinieron, me interrogaron y registraron mi casa. No encontraron nada comprometedor, por supuesto.

– Por supuesto.

– Al dia siguiente, el joven caballero confeso ante el alguacil. Se habia inventado toda la historia porque yo habia rechazado sus insinuaciones. -Sonrio-. Al alguacil no le hizo gracia, y multaron al caballero por conducta difamatoria contra una dama de la ciudad.

No pude evitar sonreir.

– Le estaba bien… -Me interrumpi, porque acababa de fijarme en una cosa. Senale la estanteria-. ?No es eso La base de toda materia, de Malcaf?

– Ah, si -contesto Devi con orgullo-. Es nuevo. Un pago fraccionado. -Senalo la estanteria-. Puedes curiosear, si quieres.

Me acerque y cogi el libro.

– Si hubiera tenido este libro para estudiar, no habria fallado una de las preguntas del examen de hoy.

– Creia que teniais muchos libros en el Archivo -dijo Devi con un deje de envidia.

Negue con la cabeza.

– Me han prohibido la entrada en el Archivo -explique-. En total, creo que he pasado dos horas en el Archivo, y una de ellas estuve recibiendo una bronca.

Devi asintio lentamente.

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