– Todavia toco en Anker's casi todas las noches. Si quieres pasarte…
– Pasare. -Denna suspiro y miro a Lentaren-. Ya llegamos tarde, ?verdad?
Lentaren miro hacia el sol entornando los ojos y asintio.
– Si, llegamos tarde. Pero si nos damos prisa, los alcanzaremos.
Denna se volvio hacia mi.
– Lo siento, pero hemos quedado para montar a caballo.
– No quiero retenerte por nada del mundo -replique, y di un paso hacia un lado, con elegancia, para apartarme de su camino.
Lentaren y yo nos saludamos con una inclinacion.
– Ire a buscarte un dia de estos -dijo Denna girandose al pasar a mi lado.
– Hasta pronto. -Apunte con la cabeza en la direccion hacia la que iban-. No quiero retenerte.
Se dieron la vuelta y echaron a andar por las calles adoquinadas de Imre. Juntos.
Wil y Sim me estaban esperando cuando llegue. Ya habian conseguido un banco con una buena vista de la fuente que habia enfrente del Eolio. El agua ascendia alrededor de las ninfas perseguidas por el satiro.
Deje el estuche del laud junto al banco y, distraidamente, abri la tapa, pensando que a mi laud quiza le gustara que le diera un poco el sol. No espero que lo entienda nadie, a menos que sea musico.
Me sente en el banco con mis amigos, y Wil me dio una manzana. El viento soplaba en la plaza, y vi como la rociada de la fuente se movia como cortinas de gasa. Unas pocas hojas de arce, rojas, describian circulos sobre los adoquines. Las vi danzar y girar, trazando extranos y complicados dibujos en el aire.
– ?Ya has encontrado a Denna? -me pregunto Wilem al cabo de un rato.
Asenti sin apartar la vista de las hojas. No me apetecia explicarle nada.
– Lo se porque estas callado -dijo el.
– ?No ha ido bien? -pregunto Sim.
– No ha ido como yo esperaba -conteste.
Ambos asintieron con la cabeza, y hubo otro momento de silencio.
– He estado pensando en lo que nos contaste -dijo Wil-. En lo que dijo Denna. Hay un fallo en su historia.
Sim y yo lo miramos con curiosidad.
– Dijo que estaba buscando a su mecenas -continuo Wilem-. Te acompano para buscarlo. Pero mas tarde dijo que sabia que el estaba bien porque… -Wil titubeo un poco- se lo encontro cuando volvia a la granja en llamas. Eso no encaja. ?Por que iba a buscarlo si sabia que estaba bien?
No me lo habia planteado. Antes de que pudiera pensar una respuesta, Simmon nego con la cabeza.
– Denna solo buscaba una excusa para pasar un tiempo con Kvothe -dijo como si fuera irrebatible.
Wilem arrugo un poco la frente.
Sim nos miro como si le sorprendiera tener que explicarse.
– Es evidente que le gustas -dijo, y empezo a contar con los dedos-: Te encuentra en Anker's. Va a buscarte al Eolio aquella noche que salimos los tres juntos. Se inventa una excusa para pasearse por el bosque contigo un par de dias…
– Mira, Sim -dije, exasperado-, si yo le interesara, podria encontrarla mas de una vez al mes sin necesidad de buscarla tanto.
– Eso es una falacia logica -dijo Sim con conviccion-. Causa falsa. Lo unico que demuestra es que eres malisimo buscando, o que ella es dificil de encontrar. Pero no que no le intereses.
– De hecho -intervino Wilem defendiendo a Simmon-, dado que ella te encuentra a ti mas a menudo que tu a ella, parece probable que pase un tiempo considerable buscandote. Tu tampoco eres facil de encontrar. Eso indica que hay un interes.
Pense en la nota que me habia dejado Denna en la ventana de mi habitacion, y por un instante tontee con la posibilidad de que Sim tuviera razon. Senti parpadear en mi pecho una debil llama de esperanza al recordar la noche que habiamos pasado en lo alto del itinolito.
Entonces recorde que esa noche Denna deliraba. Y recorde a Denna sujetandose al brazo de Lentaren. Pense en el alto, atractivo y rico Lentaren y en todos los otros hombres, muchisimos, que tenian algo que ofrecerle que valiera la pena. Algo mas que una buena voz y varoniles bravatas.
– ?Sabes que es verdad! -Simmon se aparto el cabello de los ojos y rio como un nino-. ?Esto no lo puedes rebatir! Se ve a la legua que esta colada por ti. Y tu eres muy tonto si no lo quieres ver.
Suspire.
– Mira, Sim, me encanta que Denna y yo seamos amigos. Es una persona encantadora, y me lo paso muy bien con ella. Eso es todo lo que hay. -Conferi a mi tono de voz el grado justo de jovial indiferencia para convencer a Sim, con la esperanza de que me dejara tranquilo un rato.
Sim me miro un momento, y luego se encogio de hombros.
– Si es asi… -Me apunto con el trozo de pollo que se estaba comiendo-. Fela no para de hablar de ti. Cree que eres un tipo fenomenal. Y ademas le salvaste la vida. Estoy seguro de que ahi tienes posibilidades.
Me encogi de hombros y me quede observando los dibujos que hacia el viento con el agua de la fuente.
– ?Sabeis que tendriamos que…? -Sim no termino la frase y miro mas alla de mi; de pronto, se borro de su rostro toda expresion.
Me di la vuelta para ver que estaba mirando, y vi el estuche de mi laud, vacio. Mi laud habia desaparecido. Mire alrededor, frenetico, listo para ponerme en pie de un brinco y echar a correr en su busca. Pero no fue necesario, porque unos palmos mas alla estaban Ambrose y unos cuantos amigos suyos. Ambrose sujetaba mi laud con una mano.
– Tehlu misericordioso -murmuro Simmon. Y luego, en voz alta, dijo-: Devuelveselo, Ambrose.
– Tranquilo, E'lir -le espeto Ambrose-. Esto no es asunto tuyo.
Me levante sin dejar de mirarlos a el y a mi laud. Creia que Ambrose era mas alto que yo, pero cuando me levante vi que mediamos lo mismo. A Ambrose tambien parecio extranarle un poco.
– Damelo -dije, y alargue un brazo. Me sorprendio ver que no me temblaba la mano. Pero por dentro si temblaba: de miedo y de rabia.
Dos partes de mi intentaron hablar al mismo tiempo. La primera parte gritaba: «No le hagas nada, por favor. Otra vez no. No lo rompas. Damelo, por favor. No lo cojas asi, por el mastil». La otra mitad recitaba: «Te odio, te odio, te odio», como si escupiera sangre.
Di un paso adelante.
– Damelo. -Mi voz me sono extrana, monotona y desprovista de emocion. Llana como la palma extendida de mi mano. Habia dejado de temblar por dentro.
Ambrose titubeo un momento, desconcertado por mi tono de voz. Note su desasosiego: yo no me estaba comportando como el esperaba que lo hiciera. Detras de mi, oi a Wilem y a Simmon contener la respiracion. Detras de Ambrose, sus amigos esperaban, inseguros de pronto.
Ambrose sonrio y arqueo una ceja.
– Es que te he escrito una cancion, y necesita acompanamiento. -Cogio el laud con rudeza y rasgueo las cuerdas sin ton ni son. Algunos estudiantes que pasaban por alli se pararon para oirle cantar:
Habia una vez un liante llamado Kvothe
que tenia una lengua de escorpion.
Los maestros lo tenian por simpatico
y por eso le daban con el latigo.
Los curiosos ya habian formado un corro alrededor de Ambrose, y sonreian y reian, entretenidos con su pequeno espectaculo. Animado, Ambrose hizo una amplia reverencia.
– ?Todos juntos! -grito alzando las manos como un director de orquesta, y usando mi laud como batuta.
Di otro paso adelante.
– Devuelvemelo o te mato. -En ese instante, lo decia en serio.
Todos guardaron silencio. Al ver que no iba a conseguir la reaccion esperada, Ambrose fingio indiferencia.
– Hay gente que no tiene sentido del humor -dijo dando un suspiro-. Cogelo.