expulsarian de la Universidad.

No podia negar que habia lastimado a Ambrose. Estaba herido y cojeaba. Tenia un gran rasguno rojo en la frente. Tambien llevaba un brazo en cabestrillo, pero estaba convencido de que eso no era mas que un elemento teatral que el habia anadido por su cuenta.

El problema era que, en realidad, yo no tenia ni la mas remota idea de que habia pasado. No habia tenido ocasion de hablar con nadie. Ni siquiera de darle las gracias a Elodin por ayudarme el dia anterior en el taller de Kilvin.

Los maestros dejaron que cada uno de nosotros presentara su causa. Ambrose hizo gala de un comportamiento ejemplar: cuando hablo lo hizo con mucha educacion. Al cabo de un rato, empece a sospechar que su aletargamiento pudiera deberse a una dosis demasiado generosa de analgesicos. Por lo vidriosos que tenia los ojos, deduje que podia tratarse de laudano.

– Abordemos las quejas por orden de gravedad -propuso el rector cuando hubimos relatado nuestra version de la historia.

El maestro Hemme hizo una sena, y el rector le cedio la palabra con un gesto de la cabeza.

– Deberiamos recortar las acusaciones antes de votar -dijo Hemme-. Las quejas del E'lir Kvothe son redundantes. No se puede acusar a un estudiante de robo y destruccion de la misma propiedad. O una cosa, o la otra.

– ?Por que dice eso, maestro? -pregunte educadamente.

– El robo implica la posesion de una propiedad ajena -dijo Hemme con un tono de voz razonable-. ?Como puedes poseer algo que has destruido? Deberiamos descartar una de las dos acusaciones.

El rector me miro.

– E'lir Kvothe, ?quieres retirar una de tus quejas?

– No, senor.

– Entonces propongo que votemos si debemos retirar la acusacion de robo -insistio Hemme.

El rector fulmino con la mirada a Hemme, castigandolo en silencio por hablar cuando no era su turno, y luego se volvio hacia mi.

– La testarudez ante un argumento razonable no es elogiable, E'lir, y el maestro Hemme ha presentado un argumento convincente.

– El argumento del maestro Hemme es imperfecto -replique con serenidad-. El robo implica la adquisicion de una propiedad ajena. Es ridiculo insinuar que no puedes destruir lo que has robado.

Vi que algunos maestros asentian con la cabeza, pero Hemme insistio:

– Maestro Lorren, ?cual es el castigo por robo?

– El estudiante recibe un maximo de dos latigazos en la espalda -recito Lorren-. Y debe devolver la propiedad o el precio correspondiente a la propiedad, mas una multa de un talento de plata.

– ?Y el castigo por destruccion de propiedad?

– El estudiante debe pagar la sustitucion o la reparacion de la propiedad.

– ?Lo ven? -dijo Hemme-. Cabe la posibilidad de que tuviera que pagar dos veces por el mismo laud. Eso no es justo. Seria como castigarlo dos veces por la misma falta.

– No, maestro Hemme -intervine-. Seria castigarlo por robo y por destruccion de propiedad. -El rector me lanzo la misma mirada que le habia lanzado antes de Hemme por hablar fuera de turno, pero yo no me amilane-. Si yo le hubiera prestado mi laud y el lo hubiera roto, seria otra cuestion. Si el me lo hubiera robado y lo hubiera dejado intacto, seria otra. No es una cosa o la otra. Es ambas cosas.

El rector golpeo la mesa con los nudillos para hacernos callar.

– Asi pues, ?no quieres retirar ninguno de los cargos?

– No.

Hemme levanto una mano, y el rector le cedio la palabra.

– Propongo que votemos para suprimir la acusacion de robo.

– ?Todos a favor? -pregunto el rector con voz cansina. Hemme levanto la mano, y Brandeur, Mandrag y Lorren hicieron otro tanto-. Cinco y medio contra cuatro: se mantiene la acusacion.

El rector prosiguio antes de que alguien pudiera interrumpirlo:

– ?Quien considera que el Re'lar Ambrose es culpable de destruccion de propiedad? -Todos levantaron la mano excepto Hemme y Brandeur. El rector me miro-: ?Cuanto te costo ese laud?

– Nueve talentos con seis -menti; sabia que era un precio razonable.

Ambrose se indigno al oirme:

– ?Anda ya! Tu nunca has tenido diez talentos en la mano.

Molesto, el rector golpeo otra vez la mesa con los nudillos. Pero Brandeur levanto una mano para pedir la palabra:

– El Re'lar Ambrose nos ha planteado una cuestion interesante. ?Como es posible que un estudiante que llego aqui en la indigencia se haya hecho con tanto dinero?

Algunos maestros me miraron con curiosidad. Agache la cabeza, como si estuviera avergonzado.

– Gane ese dinero jugando a esquinas, senores.

Hubo un murmullo de sorpresa. Elodin rio sin disimulo. El rector volvio a golpear la mesa.

– Se impone al Re'lar Ambrose una multa de nueve talentos con seis. ?Se opone algun maestro a esta sancion?

Hemme levanto una mano, pero nadie lo imito.

– Acusacion de robo. ?Numero de latigazos?

– Ninguno -dije, y unos cuantos maestros arquearon las cejas.

– ?Quien considera que el Re'lar Ambrose es culpable de robo? -pregunto el rector. Ni Hemme, ni Brandeur ni Lorren levantaron la mano-. Re'lar Ambrose, multa de diez talentos con seis. ?Se opone algun maestro a esta medida?

Esa vez, Hemme, enfurrunado, no levanto la mano.

El rector inspiro hondo y solto el aire ruidosamente.

– Maestro archivero, ?cual es el castigo correspondiente a conducta impropia de un miembro del Arcano?

– El alumno puede ser multado, azotado, suspendido del Arcano o expulsado de la Universidad, segun la gravedad de la afrenta -respondio Lorren sin alterarse.

– ?Castigo propuesto?

– Suspension del Arcano -dije, como si fuera lo mas sensato del mundo.

Ambrose perdio la compostura.

– ?Que? -exclamo, incredulo, y se volvio hacia mi

– Esto es absurdo, Herma -intervino Hemme.

El rector me miro con reproche.

– Me temo que estoy de acuerdo con el maestro Hemme, E'lir Kvothe. No creo que esto sea motivo para una suspension.

– Discrepo -dije tratando de emplear toda mi persuasion-. Piense en todo lo que ha oido hasta ahora. Sin ninguna otra razon que la antipatia que siente por mi, Ambrose se burlo de mi en publico, y luego me robo y destrozo el unico objeto de valor que tengo.

»?Es esta la clase de comportamiento propia de un miembro del Arcano? ?Es esta la actitud que quiere usted fomentar en el resto de Re'lar? ?Son la maldad y el resentimiento caracteristicas que usted aprueba en los alumnos que aspiran a convertirse en arca-nistas? Hace doscientos anos que no se quema a ningun arcanista. Si les entregan los florines a ninos mimados como ese -senale a Ambrose-, esa duradera paz y esa seguridad desapareceran en pocos anos.

Los habia impresionado. Lo vi en sus caras. Ambrose se movio, nervioso, a mi lado; su mirada iba de un maestro a otro.

Pasados unos momentos de silencio, el rector pidio los votos.

– Los que esten a favor de la suspension del Re'lar Ambrose…

Arwyl levanto la mano, y tambien lo hicieron Lorren, Elodin, Elxa Dal… Hubo un momento de tension. Mire a Kilvin y al rector, con la esperanza de que tambien ellos votaran a favor.

El momento paso.

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