Tosi para aclararme la garganta.

– Tienes una taza en el suelo -dijo Trapis mientras le pasaba una mano por la cabeza al bebe que tenia en brazos.

– ?Ooooh oohriii iiiiaa! -bramo Tanee, puntuando su grito con unos extranos jadeos. El ruido agito a los otros ninos, que se movieron nerviosos en sus camastros. El mayor de todos ellos, que estaba en el rincon, se tapo las orejas con las manos y empezo a gemir. Comenzo a mecerse adelante y atras, primero suavemente, luego cada vez con mas impetu, hasta golpearse la cabeza en el suelo de piedra cuando se inclinaba.

Trapis llego a su lado antes de que el nino pudiera hacerse dano de verdad. Lo abrazo y dijo: «Que, que. Ya va, ya va, Loni». El nino empezo a mecerse mas despacio, pero no dejo de hacerlo del todo.

– No hagas tanto ruido, Tanee. -La voz del anciano era seria, pero no severa-. ?Por que alborotas tanto? Loni podria hacerse dano.

– Ooooriaaaa -repitio Tanee en voz baja. Detecte una nota de remordimiento en su voz.

– Me parece que quiere que le cuente una historia -dije a Tra-pis, sorprendiendome a mi mismo.

– ?Aaaa! -dijo Tanee.

– ?Es eso lo que quieres, Tanee?

– Iiii.

Hubo un momento de silencio.

– Yo no se ninguna historia -dijo Trapis.

Tanee permanecio callado y enfurrunado.

«Todo el mundo sabe alguna historia -pense-. Todo el mundo sabe al menos una.»

– ?Ooooriaaaa!

Trapis miro alrededor, como si buscara una excusa.

– Bueno -dijo con reticencia-, hace tiempo que no contamos historias, ?verdad? -Miro al nino que tenia en brazos-. ?Te gustaria oir una historia, Loni?

Loni asintio con tanta vehemencia que estuvo a punto de golpearle la mejilla a Trapis con la cabeza.

– ?Te portaras bien y te sentaras tu solo para que pueda contaros una historia?

Loni dejo de mecerse casi de inmediato. Trapis lo solto poco a poco y se aparto de el. Tras lanzarle una larga mirada para asegurarse de que el nino no volveria a las andadas, fue lentamente hasta su silla.

– Bueno -murmuro por lo bajo al mismo tiempo que se agachaba para coger en brazos al bebe que acababa de dejar-. ?Tengo alguna historia? -le pregunto al nino, que tenia los ojos muy abiertos-. No, no tengo ninguna. ?Recuerdo alguna? Sera mejor que si.

Hizo una larga pausa, tarareando al nino en sus brazos y con aire pensativo.

– Si, claro. -Se irguio en el asiento-. ?Estais preparados?

Lo que voy a contaros paso hace mucho tiempo. Antes de que nacieramos ninguno de nosotros. Y antes de que nacieran nuestros padres. Fue hace mucho tiempo. Quiza… quiza hace cuatrocientos anos. No, mas de cuatrocientos anos. Mil anos, seguramente. O quiza no tanto.

Eran malos tiempos. La gente estaba hambrienta y enferma. Habia hambrunas y grandes epidemias. Habia muchas guerras y otras cosas malas en esa epoca, porque no habia nadie que las impidiera.

Pero lo peor de todo era que en esa epoca habia demonios en el mundo. Algunos eran pequenos y molestos; herian a los caballos y agriaban la leche. Pero habia otros mucho peores que esos.

Habia demonios que se escondian en el cuerpo de las personas y las hacian enfermar o enloquecer, pero esos no eran los peores. Habia demonios como grandes bestias que capturaban hombres y se los comian vivos, pero esos no eran los peores. Habia demonios que les arrancaban la piel a las personas y la utilizaban para vestirse, pero esos tampoco eran los peores.

Habia un demonio que destacaba entre todos: Encanis, la oscuridad devoradora. Pasara por donde pasase, su cara siempre estaba oculta en sombras, y los escorpiones que le picaban morian al entrar en contacto con tanta corrupcion.

Pues bien, Tehlu, creador del mundo y senor de todas las cosas, vigilaba el mundo de los humanos. Vio que los demonios se burlaban de nosotros y nos mataban y se comian nuestros cuerpos. Salvo a algunos, pero solo a unos pocos. Porque Tehlu es justo y solo salva a los dignos de ser salvados, y en aquellos tiempos, muy pocas personas actuaban buscando su propio bien, y menos aun buscando el bien de los demas.

Eso hacia que Tehlu se sintiera desgraciado. Porque el habia creado el mundo para que fuera un lugar agradable para los humanos. Pero su iglesia estaba corrompida; robaba a los pobres y no vivia de acuerdo con las leyes que el le habia dictado…

No, esperad. Todavia no habia iglesia, ni sacerdotes. Solo habia hombres y mujeres, y algunos sabian quien era Tehlu. Pero incluso esos eran malvados, asi que cuando pedian ayuda al senor Tehlu, el no se sentia inclinado a socorrerlos.

Pero tras anos observando y esperando, Tehlu encontro a una mujer pura de corazon y de espiritu. Se llamaba Perial. Su madre le habia ensenado quien era Tehlu, y ella lo adoraba tanto como se lo permitian sus pobres circunstancias. Pese a que la vida no era facil para ella, Perial solo rezaba por los demas, y nunca por ella misma.

Tehlu la observo durante anos. Vio que llevaba una vida dificil, llena de desgracias y tormentos a manos de los demonios y de otra gente malvada. Sin embargo, ella nunca maldijo a Tehlu ni dejo de rezar, y siempre trataba a todo el mundo con respeto y amabilidad.

Asi que una noche Tehlu se aparecio a Perial en un sueno. Se planto ante ella; parecia que estuviera hecho de fuego o de luz solar. Se acerco a ella, resplandeciente, y le pregunto si sabia quien era.

– Por supuesto -contesto la mujer. No se puso nada nerviosa porque penso que solo era un sueno extrano-. Eres Tehlu, mi senor.

Tehlu asintio y le pregunto si sabia por que habia ido a verla.

– ?Vas a hacer algo para ayudar a mi vecina Deborah? -pregunto ella. Porque antes de acostarse habia estado rezando por su vecina-. ?Vas a hacer algo para que su esposo Losel sea mejor persona? No la trata bien. Un hombre no debe ponerle nunca la mano encima a una mujer, salvo por amor.

Tehlu conocia a los vecinos de Perial. Sabia que eran indignos y que habian cometido maldades. Todos los habitantes del pueblo eran indignos excepto Perial. Todos los habitantes del mundo eran indignos. Se lo dijo.

– Deborah se ha portado muy bien conmigo -repuso Perial-. Y Losel, al que no le tengo ninguna simpatia, es mi vecino de todas formas.

Tehlu le dijo que Deborah se acostaba con muchos hombres, y que Losel bebia todos los dias de la semana, incluso en Duelo. No, esperad. Todavia no existia el Duelo. Pero de todos modos, Losel bebia mucho. A veces se enfurecia tanto que pegaba a su esposa hasta que ella no se tenia en pie y ni siquiera podia llorar.

En su sueno, Perial guardo silencio. Sabia que Tehlu decia la verdad, pero aunque Perial era pura de corazon, no era necia. Ella ya sospechaba que sus vecinos hacian esas cosas que Tehlu habia mencionado. Con todo, incluso sabiendolo con certeza, seguia sintiendo carino por ellos.

– ?No vas a ayudarla?

Tehlu dijo que los dos esposos eran un buen castigo el uno para el otro. Eran malos, y a la gente mala habia que castigarla.

Perial hablo con sinceridad, quiza porque creia que estaba sonando; pero seguramente habria dicho lo mismo si hubiera estado despierta, porque Perial siempre decia lo que pensaba.

– Ellos no tienen la culpa de que la vida sea tan dificil ni de que haya tanta hambre y tanta tristeza en el mundo -dijo-. ?Que se puede esperar de la gente si tiene que convivir con los demonios?

Pero aunque Tehlu escucho las sabias palabras de Perial con los oidos, insistio en que los humanos eran malvados, y en que a los malvados habia que castigarlos.

– Me parece que no sabes que significa ser humano -replico ella-. Y yo, si pudiera, los ayudaria de todas formas -dijo con decision.

– Pues asi sera -dijo Tehlu; estiro un brazo y le puso la mano sobre el corazon. Cuando Tehlu la toco, Perial sintio como si fuera una gran campana dorada que acabaran de taner por vez primera. Abrio los ojos y comprendio que aquel no habia sido un sueno normal.

Por eso no le sorprendio descubrir que estaba embarazada. Tres meses mas tarde, dio a luz a un precioso nino de ojos oscuros. Lo llamo Mend. El dia despues de nacer, Mend ya gateaba. Dos dias mas tarde, sabia andar.

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