Simmon asintio de nuevo y se aparto el flequillo de los ojos.

– Si, senor.

Lorren se dio la vuelta y se marcho. Con sus largas zancadas hacia ondular su negra tunica de maestro.

Simmon tambien era joven para estudiar en la Universidad, aunque era un par de anos mayor que yo. Era mas alto que yo, pero todavia tenia una cara y una timidez infantiles.

– ?Ya tienes sitio donde dormir? -me pregunto cuando echamos a andar-. ?Una habitacion en una posada o algo asi?

Negue con la cabeza.

– Acabo de llegar. De momento solo me he ocupado de pasar por Admisiones.

Simmon rio un poco.

– Ya se. Yo todavia tiemblo al principio de cada bimestre. -Senalo un ancho sendero bordeado de arboles que habia a nuestra izquierda-. Primero iremos a las Dependencias.

Me pare.

– Todavia no tengo mucho dinero -confese. No me habia planteado alquilar una habitacion. Estaba acostumbrado a dormir a la intemperie, y sabia que tenia que ahorrar mis tres talentos para comprar ropa, comida, papel y la matricula del bimestre siguiente. No podia contar con la generosidad de los maestros dos bimestres seguidos.

– No te ha ido muy bien en Admisiones, ?verdad? -dijo Simmon, comprensivo, al mismo tiempo que me cogia por el codo y me llevaba hacia otro edificio gris de la Universidad. Era un bloque de tres pisos, con muchas ventanas, y tenia varias alas que irradiaban del cubo central-. No le des mucha importancia. La primera vez que pase por Admisiones me puse muy nervioso y me cague. Metaforicamente hablando.

– No me ha ido tan mal -dije, y de pronto note el peso de los tres talentos que llevaba en la bolsa-. Pero creo que he ofendido al maestro Lorren. Me ha parecido un poco…

– ?Frio? -dijo Simmon-. ?Distante? ?Como una columna de piedra? -Se rio-. Lorren es asi. Circula el rumor de que Elxa Dal ha ofrecido diez marcos de oro a quien consiga hacerle reir.

– Oh. -Me relaje un poco-. Me alegro. Es la ultima persona que quisiera que me cogiera mania. Tengo pensado pasar mucho tiempo en el Archivo.

– Cuida los libros y no tendras problemas. En general, Lorren es muy indiferente, pero ten cuidado con sus libros. -Arqueo las cejas y sacudio la cabeza-. Es mas feroz que una osa protegiendo a sus oseznos. De hecho, preferiria que me atrapara una osa a que Lorren me viera doblando una pagina.

Simmon le dio una patada a una piedra, y esta dio unos saltitos sobre los adoquines.

– A ver. En las Dependencias tienes diferentes opciones. Una litera y un vale para comidas para todo el bimestre te costara un talento. -Se encogio de hombros-. No es nada del otro mundo, pero te protege de la lluvia. Por dos talentos puedes compartir una habitacion, y por tres puedes tener una habitacion para ti solo.

– ?Que incluye el vale para comidas?

– En la Cantina sirven tres comidas al dia. -Senalo un edificio largo de tejado bajo que habia al otro lado de la extension de cesped-. La comida no esta mala, siempre que no pienses mucho de donde puede haber salido.

Calcule mentalmente. Un talento por tres comidas al dia y un sitio seco donde dormir era lo maximo a que podia aspirar. Sonrei a Simmon.

– Creo que me quedare con eso.

Simmon asintio y abrio la puerta de las Dependencias.

– Entonces, litera. Vamos a buscar a un auxiliar para que te registre.

Las literas de los alumnos que no pertenecian al Arcano estaban en el cuarto piso del ala este de las Dependencias; eran las que quedaban mas lejos de los banos, que estaban en la planta baja. El alojamiento era tal como lo habia descrito Sim: nada del otro mundo. Pero la cama, estrecha, tenia sabanas limpias, y habia un baul con un candado donde podria guardar mis escasos objetos personales.

Todas las literas de abajo ya estaban ocupadas, asi que ocupe una de arriba en el fondo de la habitacion. Mire por una de las estrechas ventanas que habia sobre mi litera y me acorde de mi escondite en los tejados de Tarbean. Esa similitud resultaba extranamente reconfortante.

La comida consistio en un cuenco de humeante pure de patata, judias, unas estrechas lonchas de panceta y pan moreno recien hecho. Habia unos doscientos estudiantes sentados a las enormes mesas, hechas con tablas. Se oia un constante y debil murmullo de conversacion, punteado por risas y por el ruido metalico de las cucharas y los tenedores aranando las bandejas de laton.

Simmon me condujo a un rincon del fondo de la larga habitacion. Otros dos estudiantes levantaron la cabeza al ver que nos acercabamos.

Simmon hizo un gesto con una mano y dejo su bandeja encima de la mesa.

– Os presento a Kvothe, el nuevo mas nuevo de la Universidad. -Fue apuntando a cada una de las personas que nombraba-: Kvothe, estos son los peores alumnos que se pueden encontrar en el Arcano: Manet y Wilem.

– Ya nos conocemos -dijo Wilem. Era el moreno cealdimo del mostrador del Archivo-. Asi que era verdad que ibas a Admisiones -dijo con cierta sorpresa-. Crei que me estabas vendiendo hierro falso. -Me estrecho la mano y anadio-: Bienvenido.

– Que Tehlu nos asista -mascullo Manet mirandome de arriba abajo. Tenia como minimo cincuenta anos; llevaba el pelo alborotado y una barba entrecana. Tenia un aire ligeramente desalinado, como si acabara de levantarse de la cama-. ?Soy tan viejo como me siento? ?O es el tan joven como parece?

– Las dos cosas -dijo Simmon, risueno, al mismo tiempo que se sentaba a la mesa-. Veras, Kvothe, Manet lleva mas tiempo en el Arcano que todos nosotros juntos.

Manet dio un resoplido.

– Ya que lo dices, dilo bien. Llevo mas tiempo en el Arcano del que llevais vivos cualquiera de vosotros.

– Y todavia es un simple E'lir -anadio Wilem. Su marcado acento siaru hacia dificil distinguir si lo decia con sarcasmo o no.

– Hurra por ser un E'lir -dijo Manet con vehemencia-. Si os ascienden lo lamentareis. Confiad en mi. El ascenso solo conlleva mas problemas, y tener que pagar una matricula mas cara.

– Queremos nuestros florines, Manet -dijo Simmon-. A ser posible, antes de que nos muramos.

– El florin tambien esta sobrevalorado -replico Manet partiendo un trozo de pan y mojandolo en la sopa. La conversacion tenia un tono distendido, y deduje que era habitual.

– ?Como te ha ido? -le pregunto Simmon a Wilem con interes.

– Siete con ocho -gruno Wilem.

Simmon se mostro sorprendido.

– ?Que demonios ha pasado? ?Le has pegado un punetazo a alguno?

– He fallado en el mensaje cifrado -dijo Wilem, compungido-. Y Lorren me ha preguntado sobre la influencia de la subin-fundacion en la moneda modegana. Kilvin ha tenido que traducirmelo, y ni asi he sabido contestar.

– No sabes cuanto lo siento -dijo Sim alegremente-. Los dos bimestres pasados me derrotaste, pero tarde o temprano tenia que alcanzarte. A mi este ano me cobran cinco talentos justos. -Tendio una mano con la palma hacia arriba-. Ya me estas pagando lo que me debes.

Wilem se metio una mano en el bolsillo y saco una iota de cobre que le dio a Sim.

Mire a Manet.

– ?Tu no participas? -le pregunte.

El hombre de pelo alborotado solto una risita y nego con la cabeza.

– Las apuestas no me serian muy favorables -dijo con la boca llena.

– A ver -dijo Simmon dando un suspiro-. ?Cuanto tienes que pagar este bimestre?

– Uno con seis -contesto Manet sonriendo con cara de lobo.

Antes de que a alguien se le ocurriera preguntarme cuanto me habia costado la matricula, dije:

– He oido que a alguien le han impuesto una matricula de treinta talentos. ?Pasa eso a menudo?

– No, si tienes la precaucion de mantenerte en la zona baja del ranking.

– Solo con la nobleza -aporto Wilem-. Unos desgraciados de mierda que no pintan nada estudiando aqui. Creo

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